A una semana de la Cumbre Planetaria sobre el Clima, COP-27, a celebrar en Egipto, se han multiplicado los informes que denuncian la gravedad del problema del cambio climático. Ante la inacción de poderes y empresas de las potencias más poderosas del mundo, los científicos se rebelan para denunciar la situación.
El informe ‘Cuenta atrás para la salud y el cambio climático’, publicado por la prestigiosa revista científica Lancet, fue ampliamente difundido días pasados. Realizado por 99 científicos y dirigido por el University College de Londres, puso de manifiesto que el calentamiento del Planeta, agravado por la persistente dependencia de energías sucias (carbón, petróleo y gas) está teniendo múltiples repercusiones sanitarias y ejerce una presión adicional sobre los sistemas de salud mundiales.
Otros informes abruman estos días a la Humanidad, mientras el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), ante la futura Cumbre de Egipto, denuncia que lo acordado en anteriores Cumbres, como la de Glasgow (2021), e incluso la de París (2015) no se ha cumplido.
Por su parte, la Organización Internacional de la Energía (OIE) acaba de alertar sobre que la demanda de combustibles fósiles ha alcanzado máximos, disparando la inflación y poniendo en entredicho los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ante la inacción de poderes y empresas de las potencias más poderosas del mundo, los científicos se rebelan para denunciar la situación.
Mientras tanto, la semana pasada, la Organización Mundial de Meteorología (OMM) daba a conocer en su boletín anual que “la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha alcanzado niveles máximos desde que se comenzaron a registrar hace 40 años”.
El diario británico The Guardian se preguntaba estos días si ante los fenómenos meteorológicos extremos que experimenta el Planeta: olas de calor, fuertes precipitaciones, incendios forestales, tormentas y sequías, que en 2021 afectaron a un tercio de la superficie terrestre, “¿Es posible aún dar marcha atrás?”; destacando que “mientras asistimos a una degradación catastrófica del clima, la sociedades energéticas europeas registran beneficios récord, y en 2022 los han duplicado, según la Agencia Internacional de la Energía”.
En vísperas de la Cumbre del Clima, se está registrando una rebelión de los científicos agrupados en Scientist Rebellion que están saliendo a la calle, en distintos países suspendiendo su actividad investigativa, para difundir la realidad de la crisis climática mediante acciones pacíficas de desobediencia civil, ya que, según ellos. “ni los políticos ni el mundo de la empresa están itiendo los efectos del cambio climático y sus consecuencias extremas sobre la biosfera”.
Para el divulgador científico Javier Sampedro: “el cambio climático, causado fundamentalmente por los países ricos más emisores de gases, no solo daña el planeta del futuro, sino que mata a la gente en el presente. A mucha gente”.
P.S. Brasil. Tras la derrota por la mínima de Bolsonaro el pasado domingo, inferior a la de la primera vuelta en 3 puntos, se viven días de incertidumbre en Brasil. El actual Presidente no se pronunciaba, mientras se producían importantes algaradas con bloqueos por parte de los transportistas que pedían la intervención del ejército para impedir la victoria de Lula. Seguimiento remoto del inicio de golpe que derrocó al socialista Salvador Allende en Chile en 1973, con la inspiración de Estados Unidos. Jair Bolsonaro aguardó taimado en unas horas decisivas para ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Solo que esta vez se produjo una llamada inmediata del presidente estadounidense Biden para reconocer y felicitar al Presidente electo. Bolsonaro aflojó, pero las espadas seguirán en alto en Brasil hasta el 1 de enero y después. A Lula le espera un Congreso hostil y los poderes económicos en contra, en un país donde ha prendido el odio, con 33 millones hambrientos y lo que el sociólogo Boaventura de Sousa llama un “golpe de Estado continuado” que intentará por todos los medios que Lula da Silva no culmine su mandato.
ANTONIO ALBIÑANA