No podía ser de otra manera. Las expectativas que, como Defensoría del Pueblo, se tenían en torno a la reunión que sostuvimos, en el Vaticano, con el papa Francisco fueron superadas con creces.
El sumo pontífice, además de expresarnos su inmenso amor por Colombia, evidenció grandes conocimientos sobre lo que pasa en nuestro país en materia de vulneraciones a los derechos humanos (DD. HH.) y, claro, expresó su preocupación por lo que está pasando en las zonas de frontera con los enfrentamientos entre los grupos armados ilegales.
Por supuesto, en la audiencia tuvimos la oportunidad de ahondar y detallar más sobre esos dos aspectos y otros en los que Colombia requiere, como lo hemos manifestado en diversos escenarios, una mirada internacional, para explorar y hallar soluciones de fondo que permitan la garantía de los derechos de todos los habitantes de territorio.
En la conversación, el Papa mostró gran interés por la afectación de los DD. HH. de las poblaciones más vulnerables de Colombia, principalmente de los migrantes y de quienes viven las consecuencias de la confrontación de grupos armados ilegales, el Eln y las disidencias de las Farc, en zonas de frontera.
El Papa mostró gran interés por la afectación de los DD. HH. de las poblaciones más vulnerables, de los migrantes y de quienes viven las consecuencias de la confrontación de grupos armados.
Igualmente, el sumo pontífice pidió que le ampliáramos información sobre la situación de los líderes sociales y las condiciones de los valores humanos y del respeto a la vida en Colombia.
En este sentido, como presidente de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (Ganhri, por su sigla en inglés), le expuse las acciones que, en los últimos años, el Estado colombiano ha desplegado para garantizar el respeto de los derechos humanos de los colombianos y de los migrantes, tanto en tránsito como de quienes tienen al país como su último destino.
En esta materia hay un claro reconocimiento del Papa hacia la labor que desde las diferentes instituciones del Estado colombiano se ha venido adelantando.
Durante nuestra conversación, también tuve la oportunidad de pedirle respetuosamente al papa Francisco una oración por nuestro país y por todos sus habitantes, para desarmar los espíritus de los violentos, quienes son el principal factor de vulneración de los DD. HH.
Él, con su infinita bondad, dijo que podíamos contar con eso, pues cada día ora y pide por nuestro pueblo, al que, reiteró en varias ocasiones, quiere entrañablemente.
Tras escuchar la exposición acerca de nuestro trabajo en el territorio con las comunidades, el Papa calificó como “titánica” la labor que desarrolla la Defensoría del Pueblo como Institución Nacional de Derechos Humanos y exaltó toda la labor que hace la entidad en beneficio de los más vulnerables.
Al final de la charla ratificamos el compromiso con la Iglesia de trabajar de manera conjunta por la defensa y protección de los derechos humanos de la población más vulnerable.
Estamos seguros de que el sumo pontífice, con su fuerte liderazgo y su inconmensurable vocación de servicio, ayudará al país haciendo un llamado a las instancias internacionales y países para que miren lo que está sucediendo en regiones como Arauca, Vichada, Norte de Santander y el Pacífico colombiano.
Con certeza, lo que viene es un mayor impulso para estructurar y articular acciones urgentes que nos permitan restablecerles a estas personas el goce de sus derechos. Quién mejor que su santidad para hacer ese llamado a la acción internacional que ha venido impulsando la Defensoría del Pueblo, y también para llamar la atención de los grupos armados ilegales a que pongan fin a las acciones que tanto dolor están causando, particularmente a las poblaciones más vulnerables.
CARLOS CAMARGO ASSIS
* Defensor del Pueblo