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Dos muertes viales por minuto, la pandemia silenciosa

Es una pandemia. Entre 2011-2021 murieron 15 millones de personas por siniestros viales.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el Reporte Global de Seguridad Vial 2023, que resume los datos y avances de 194 países del mundo. Es el compendio de información base para medir si logramos nuestros objetivos, con recomendaciones basadas en evidencia de cómo lograrlos. El reporte arranca con un tono optimista, pero muestra una realidad escabrosa. Por primera vez desde que se realiza el seguimiento global, los datos de 2021 muestran una reducción de muertes de 5 % frente a la cifra agregada de 2010. Es decir, dan la impresión de que se logró la meta inicial del decenio de acción por la seguridad vial 2011-2020 de estabilizar y empezar a reducir las muertes viales.
(También le puede interesar: Cumplir normas sale gratis y salva vidas)
Pero en 2015 la vara se puso mucho más alta: como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las Naciones Unidas establecieron la ambiciosa meta de reducir en 50 % las muertes en 2020 respecto al 2011. Quedamos lejísimos, tanto que las mismas Naciones Unidas empujaron esa meta hasta 2030 (reducir en 50 % respecto al 2021). Para eso, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el segundo decenio de acción por la seguridad vial; nuevamente con una meta ambiciosa, pero que parece posible si adoptamos las medidas necesarias: más y mejor movilidad sostenible, infraestructura y vehículos seguros, legislación y control de comportamientos de riesgo, e instituciones efectivas.
Si miramos la cifra global, es un desastre de dimensiones planetarias. En 2021, la OMS estima que tuvimos 1’190.000 fallecidos, es decir, 2,24 muertos cada minuto en algún rincón del planeta. Muertes todas evitables, no accidentales. Es como si se hubieran caído 2,267 aviones airbus A380 de con 525 pasajeros cada uno, 43 aviones a la semana ¡6 aviones diarios! Es una pandemia. Por covid-19 han muerto 7 millones de personas desde su inicio. Entre 2011-2021 murieron 15 millones de personas por siniestros viales. El covid-19 está controlado; hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para vencerlo (UCI, vacunas, encierros) con un altísimo costo económico y social. La pandemia silenciosa de la inseguridad vial sigue su marcha sin control.
En la medida que la mayoría de las personas vivimos en países de ingresos medios y bajos (91 % de la población), también tenemos alta concentración de las muertes viales (87 %), a pesar de que solo tenemos el 64 % de los vehículos y el 12 % de las carreteras pavimentadas. Las muertes viales están concentradas en el sur y este de Asia (28 %), el Pacífico (25 %), África (19 %) las Américas (12 %), el este del Mediterráneo (11 %). Europa solo tiene el 5 % de las fatalidades y también las tasas más bajas en relación con su población; los países europeos han hecho la tarea año tras año de mejorar su ambiente urbano, sus vehículos, su infraestructura y su comportamiento. Aplican los principios de sistema seguro, visión cero, que funcionan.
Una de las tareas del Ministerio de Transporte y de la Agencia Nacional de Seguridad Vial es completar estas recomendaciones de la OMS, ojalá antes del próximo informe en dos años.
La parte optimista del reporte de OMS indica que más de la mitad de los países han logrado reducción de fatalidades entre 2010 y 2021, de los cuales 10 países más del 50 % (Bielorrusia, Brunéi, Dinamarca, Japón, Lituania, Noruega, la Federación Rusa, Trinidad y Tobago, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela) y 35 países entre 30 % y 49 %. Es decir, muestra que es posible reducir muertes viales.
Más de la mitad de las muertes son de peatones, ciclistas y motociclistas (los s vulnerables). Desde 2010 las muertes de peatones han aumentado 3 % (son 23 % del total) y las de ciclistas 20 % (son 6 % del total). Se requiere más infraestructura segura para caminar y circular en bicicleta, que son los modos de menor impacto ambiental y de menor costo: 80 % de las vías del mundo no tienen infraestructura segura para peatones y solo 0.2 % de las vías globales tienen carriles para bicicleta, según el reporte OMS.
Respecto a Colombia, el aplicativo de datos publicado al tiempo con el informe muestra que tenemos una situación grave, y que antes que reducir hemos aumentado las muertes viales. La OMS estima 8,341 muertes viales en 2021 en nuestro país (indica un posible subregistro de 15 %) y una tasa de 16 muertes por 100. 000 personas. Estamos muy lejos de los países con mejor desempeño con menos de 3 muertes viales por 100.000 personas, y muy por encima de países de la región y de ingreso similar.
La OMS califica varios puntos sobre cada país. Respecto a infraestructura, indica que no tenemos estándares técnicos para diseño seguro de nuestras vías, ni hacemos inspecciones y auditorías de seguridad vial de forma sistemática. En cuanto a los estándares vehiculares, resalta que hacemos revisión técnica periódica y tenemos un buen reglamento de cinturones; pero nos faltan estándares de impacto frontal y lateral, control electrónico de estabilidad ESC, protección de peatones, frenos antibloqueo ABS para motos. Algunos serán obligatorios en 2025 (ABS motos y ESC automóviles).
Tenemos también legislación fuerte en límites de velocidad (#LeyJuliánEsteban), uso de cinturones de seguridad, conducción en estado de embriaguez y prohibición de uso de dispositivos móviles. Nos falta reforzar y reglamentar el requerimiento de ajuste de cascos y prohibir que menores usen motos. Requerimos una ley para que menores de doce años viajen en sillas seguras.
Si bien en Colombia tenemos Soat que nos da a servicios de emergencia, la OMS recomienda que garanticemos gratuito a rehabilitación de heridos y atención psicológica a víctimas y familiares, así como una ley del buen samaritano (que ayudar a un herido no signifique un riesgo legal). En relación con el tema institucional, la OMS resalta que tenemos agencia y tenemos plan nacional con metas consistentes al plan global, pero que no tenemos asegurado el presupuesto de implantación. También sugiere que regulemos el tema de horas máximas de conducción y tiempos obligatorios de descanso para conductores de camiones y buses.
Una de las tareas del Ministerio de Transporte y de la Agencia Nacional de Seguridad Vial es completar estas recomendaciones de la OMS, ojalá antes del próximo informe en dos años. Las cifras de siniestralidad de 2023 muestran que, antes de ir mejorando, estamos retrocediendo con un incremento de 1,59% frente a 2022 (que fue el peor año en registro). El ministro de Transporte, William Camargo, ha demostrado conocimiento del tema y buenas intenciones; pero las acciones son aún insuficientes. El Gobierno Nacional, por ejemplo, está en mora de liderar una campaña de control de comportamientos riesgosos, especialmente exceso de velocidad, invirtiendo recursos en dispositivos electrónicos de control, apoyando a las autoridades locales en los procesos contravencionales y acompañando con comunicaciones efectivas el proceso. Control es protección, entiendo será una prioridad con el cambio de comandante de la dirección de tránsito de la Policía. Necesitamos paz vial para ser potencia mundial de la vida.
DARÍO HIDALGO

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