Acabo de asistir a Art Basel Miami. Este evento nació en 2002 como una extensión de la original Art Basel Suiza que se realiza desde 1970, y que se ha consolidado como punto de encuentro para todos los actores del circuito de las artes plásticas.
Si bien Art Basel Suiza y Miami son eventos distintos en su naturaleza, ambos conservan su dignidad en el ámbito del arte mundial y mantienen el nivel año tras año.
La experiencia para los asistentes es completa, pues allí no solo se pueden ver las obras de grandes creadores y colecciones de muchos amantes del arte, sino que además es una oportunidad para relacionarse y conocer cómo es la tendencia entre las obras seleccionadas por cada galería. Este año observé que sobresalía la cantidad de obra textil. El tejido tomó una gran relevancia, el movimiento del mercado que se dejó ver muy activo en ventas, es un buen termómetro dado la situación de incertidumbre mundial.
La feria contaba con sus habituales galerías y secciones, con proyectos de gran escala (Meridians), Nova (para obras recientes), Positions (artistas emergentes), Survey, Kabinett y Magazines, que enriquecían la oferta.
La exposición se realizó en el Centro de Convenciones de Miami Beach. El magnetismo del evento es tal, que se genera una gran actividad paralela y diversa en otros lugares, como lo es Pinta Miami, Art Miami, Ink, Wynwood Walls y Design Miami; Untitled y Scope.
Es clara la importancia de este tipo de ferias magnas que logran a su alrededor movimiento y atraen visitantes de todas partes del mundo. Como adición a esto, se mueve la economía de la ciudad, como pocas veces en solo cuatro días. La actividad de los hoteles, los restaurantes, los shopping malls, hacen que Miami y Miami Beach reciban cientos de millones de dólares. Cabe recordar la gran cantidad de talento y mano de obra empleada en la instalación de obras y en la construcción de las facilidades necesarias para que el público disfrute de las muestras y las actividades paralelas.
Miami no cuenta con un sistema sólido de transporte público, así que asistir a los eventos que hay en la exposición central y/o en las actividades satélites, este año en especial, resultó caótico.
La ciudad tiene un gran movimiento durante el que se conoce como el Miami Art Week y se dispone para recibir mucho público.
Debo, pues lo considero necesario, poner sobre la mesa un asunto clave: Miami no cuenta con un sistema sólido de transporte público, así que asistir a los eventos que hay en la exposición central y/o en las actividades satélites, este año en especial, resultó caótico, pues la movilidad colapsó. Se calcula que llegaron más de 80.000 visitantes al recinto central.
Los miles de asistentes llegan en vehículo, en su gran mayoría, y las calles se vuelven una línea interminable, 'bómper contra bómper', lo cual convierte el grato paseo en horas de conducción, esperando poder acceder a un lugar. Llegar a las invitaciones, con horarios establecidos, es simplemente imposible de cumplir. Esto sumado a la dificultad de conseguir un lugar para parquear. A ello le sumamos los trancones que generan las construcciones que se estaban realizando de nuevos puentes. La infraestructura vial no para de desarrollarse, crece y crece y con todo eso el tráfico no fluye como debería.
Esa tensión entre la actividad artística y el sistema de transporte me puso en evidencia que siempre será necesario pensar las ciudades para los peatones y los ciudadanos de a pie, a quienes también se les debe facilitar el a los eventos de este tipo.
Cabe felicitar a las galerías colombianas que asistieron al evento: Instituto de Visión, Casas Riegner, Espacio Continuo y a los artistas nuestros, representados en las galerías internacionales.
Coletilla: hoy se cumplen 80 años del fallecimiento de uno de los grandes en la historia, pionero del arte abstracto, de origen ruso, Vasili Kandinsky. No solo nos dejó grandes pinturas, sino que también fe un gran pensador, quien escribió textos como De lo espiritual en el arte. Un buen momento para recordarlo y volver sobre sus obras.