Escribí el año pasado, en el marco de mi tiempo como profesor e investigador de Florida International University, un libro titulado El Fiscal, con Editorial Planeta, que acaba de publicarse. En el texto muestro con detalle no solo los episodios de mi vida pública como Alto Consejero Presidencial y Fiscal General, sino los de mi tiempo previo como académico en diversos espacios. Pero, más allá de la historia que narré, este ejercicio de escritura fue una experiencia interesante para dar cuenta de la historia institucional del país y, sobre todo, de la justicia desde mi rol como jefe del ente acusador.
Este libro, como muchos otros, es vital para romper la instalación de narrativas falsas de ciertos activistas periodísticos y políticos desvergonzados. Con esto, se lucha contra la alteración de la historia o de la realidad. Hoy, por ejemplo, en Colombia, por causa de estas narrativas, el resentimiento es parte del paisaje político y social nacional.
Veamos el ejemplo lamentable de RTVC, que se ha convertido en una trinchera de Petro para instalar falsedades, acabar honras o establecer una narrativa divisoria entre los colombianos. Hace unos días el mismo Petro, sin mayor vergüenza, señaló que la banda criminal M-19, a la que él perteneció, no tuvo nada que ver con la toma y quema del Palacio de Justicia. Invoca a un narco del cartel de Medellín como fuente para negar los hechos, desconociendo el informe de la verdad que realizó la Corte Suprema de Justicia en el que se muestra con claridad el vínculo criminal entre el cartel de Medellín y el M-19 para quemar el Palacio en 1985.
Si se observa el caso venezolano, la situación es la misma. Se le dice a la población que antes del golpista Hugo Chávez y de la revolución bolivariana existían podredumbre y unos partidos que habían acabado al país. Los nuevos relatos incluso vuelven héroes a los golpistas y justifican los actos de fuerza contra la democracia. Hoy, para el régimen hay tres historias de ese país: la del siglo XIX con Bolívar, Páez, Tadeo Monagas y Guzmán Blanco; luego, en el siglo XX la de Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Y la última es la de Chávez y Maduro. En ese país evaporaron la época democrática del país entre 1959 y 1999. Todo lo que se valora hoy en Venezuela son las dictaduras.
Siempre habrá posiciones a favor o en contra, pero escuchar la historia de quienes la hemos vivido es importante para entender y defender la institucionalidad y la democracia.
Por eso, escribir y explicar por parte de los servidores públicos que asumieron altos cargos lo que ocurrió es valioso. Siempre habrá posiciones a favor o en contra, pero escuchar la historia de quienes la hemos vivido es importante para entender y defender la institucionalidad y la democracia. No puede olvidarse que los autócratas y dictadores que han llegado al poder democráticamente buscan romper las estructuras del Estado, la tridivisión de poderes, alterar las constituciones, destruir los partidos políticos, mostrarse incontaminados para desbaratarlo todo y crear una narrativa de ruptura. Los casos abundan.
Hoy ya no estamos hablando de Venezuela, Cuba o Nicaragua. Nos tocó a los colombianos ver un ataque de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Nos tocó ver cómo la polarización y la división se convirtieron en vehículos para justificar la destrucción de lo existente.
Petro y su gente no podrán cambiar la narrativa del país ni alterar las instituciones y nuestra democracia si somos capaces de entender que detrás de unos discursos atiborrados de insanias y estupideces sin sentido debemos contraponer con vigor nuestra defensa a lo que nos ha permitido existir como nación. La reconstrucción del país no solo tendrá que ser política, social o económica, sino moral.
El Fiscal es un libro donde se muestra que la inmensa mayoría de los colombianos somos personas laboriosas, disciplinadas y trabajadoras, que el mérito existe, que las instituciones valen y que la palabra se cumple. La violencia, la ineptitud y la corrupción deben rechazarse y combatirse así se nos haya incrustado temporalmente en el Gobierno. Los invito a leerlo.
* Ex fiscal general de la Nación. Profesor del Adam Smith Center for Economic Freedom, Florida International University (FIU)