Liberal Valery Giscard d’ Estaing cuando liberalizó el aborto en Francia siendo un presidente católico y conservador. Liberales las mujeres que escoltan a otras mujeres que desean abortar en los estados republicanos donde quedan pocos centros de interrupción voluntaria. Liberales los gobiernos que permitieron que las mujeres fueran dueñas de sus bienes en los años treinta del siglo XX colombiano. Liberales los 34 primeros países del mundo que autorizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo. Liberales Esmeralda Arboleda y sus amigas que lograron el voto femenino y el nombramiento como ministra de Educación de Josefina Arboleda durante la dictadura militar de los años cincuenta en Colombia. Liberal Joseph Biden, que desea garantizar el derecho nacional al aborto en los Estados Unidos.
Liberales los gobiernos de Ciudad de México que –a comienzos del siglo– permitieron que fuera la única ciudad en el continente donde la interrupción voluntaria del embarazo fuera legal y segura. Liberal Juan Manuel Santos, que firmó la ley Rosa Elvira Cely, relativa al feminicidio en Colombia. Liberales los países que permiten la eutanasia o procedimiento de muerte asistida (Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, España y Colombia). Liberal Gabriel Turbay, como lo ha demostrado la politóloga Olga Lucía González, que rescató su estirpe democrática. Liberal la Corte Constitucional del 2006, que votó el primer fallo (C/355) que despenalizó el aborto para tres causales. Liberales los políticos y las políticas de la Asamblea Constituyente de 1991 que en el marco de un país multiétnico y pluricultural garantizaron los derechos de los pueblos indígenas. Liberal la Corte Constitucional del 2022, que, por medio del fallo C/055, despenalizó el aborto hasta las veinticuatro semanas de gestación. Liberal el gobierno de Alfonso López Pumarejo, que instauró el voto universal para los ciudadanos (hombres) de todas las clases sociales en 1936.
Oponerse a que paguen impuestos esas iglesias multimillonarias que pululan en todos los rincones del país y los ultrarricos pensionados es muy lamentable.
Liberal Uruguay, que legalizó el consumo del cannabis para uso recreativo y para su comercialización. Liberal el presidente Olaya Herrera, que ratificó los convenios de la OIT para la promulgación de la licencia de maternidad regulada y legal. Liberal el gobierno de Ernesto Samper, que renegoció ese Concordato tan restrictivo y conservador que teníamos en el siglo XX. Liberales los que hicieron que Santos reconociera el conflicto armado en Colombia. Liberales los que, en el gobierno de Miguel Abadía Méndez, lograron que se promulgaran las escuelas mixtas en todo el territorio nacional.
Liberales todos y todas. Pero este Partido Liberal Colombiano de hoy, pues, perdóneme, no tiene nada de liberal. Es lo más retardatario que he visto. Oponerse a que paguen impuestos esas iglesias multimillonarias que pululan en todos los rincones del país y los ultrarricos pensionados es muy lamentable. Lean la columna del experto Rodrigo Uprimny el domingo pasado, quien además expone todos los argumentos técnicos del asunto de las pensiones. Lo cito: “Si uno cree en la igualdad, resulta imposible entender que un pensionado con una alta mesada, digamos de 20 millones o más, no pague impuesto a la renta pero sí deba hacerlo un trabajador con un salario mucho menos, digamos de 5 millones de pesos”.
Mejor dicho, más liberal el bizcocho rojo que lleva el mismo nombre. Con eso les digo todo.
FLORENCE THOMAS
* Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad