En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

¿Languidecimiento terminal?

El Partido Conservador Colombiano fue fiel a unas ideas funcionales a la estabilidad del Estado.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Yo nunca he sido miembro del Partido Conservador. Me crie en una familia santanderista, radical, liberal, llerista y galanista. Aunque yo era más bien de línea MRL. Viví bajo la herencia de 150 años de sectarismo y desconfianza permanente hacia la bandera azul. Aun así, el ejemplo del bipartidismo en otras democracias del mundo y la pedagogía civilizadora del Frente Nacional me hicieron apreciar mejor la importancia del bipartidismo y su poderosa capacidad de crear identidad política.
El ‘Partido Conservador’ está cumpliendo 170 años de existencia, y la celebración de tan señalada fecha fue realmente deprimente, no obstante los ingentes esfuerzos de los dirigentes para darle algo de lustre a semejante hito histórico. Con todo el aprecio y respeto que me merecen Ómar Yepes y Carlos Holguín, no son, precisamente, el mascarón de proa que necesita esa colectividad para relanzarse al futuro. Los encuentros programados parecían más un velorio que un jolgorio. El languidecimiento terminal del conservatismo no se debe a que esa ideología haya pasado de moda. Ese fenómeno tiene otras causas y claros responsables.
El pensamiento conservador tiene dos vertientes, que se acomodan bajo el mismo rótulo pero son radicalmente diferentes. De una parte están los que creen en la defensa de la familia, de la institucionalidad, de la justicia, de la libertad de empresa, de bajos impuestos, de permitirles a las fuerzas del mercado operar en libertad, de los derechos de las minorías... Y de la otra están los fascistas, la extrema derecha, que dice creer en todo lo anterior para conseguir votos, pero que realmente hacen todo lo contrario. Son los defensores de la guerra, de los ejércitos privados, del corporativismo, del autoritarismo, de la desinstitucionalización, del populismo económico, del nacionalismo, de la intolerancia, de la xenofobia, de la represión...
El Partido Conservador Colombiano fue, durante la mayoría de sus 170 años, fiel a unas ideas de derecha funcionales a la estabilidad del Estado y el crecimiento económico. Esa es una de las lecciones importantes que se desprenden del excelente libro de Juan Esteban Constaín sobre Álvaro Gómez. Sin embargo, es precisamente esa vertiente del conservatismo histórico la que está en extinción. Hoy, la colectividad se entregó para su mal, como incauta e ingenua jovencita, a las oscuras perversiones de la extrema derecha. En vez de aferrarse a su patrimonio de entereza moral y reciedumbre en la defensa de unos valores que urgentemente necesita Colombia, se dejó seducir por las golosinas y las tentaciones que le pusieron enfrente los fascistas.
En cierta forma, apostándoles a la evidente popularidad del jefe y a su cadena de victorias electorales, el conservatismo se resguardó –como pollitos en aguacero– bajo las alas protectoras del uribismo. Creían que por esa vía alcanzarían un resurgir electoral jalonado por las evidentes habilidades politiqueras de quien se volvió su mentor.
Paradójicamente, no es muy diferente de lo que le pasó al Partido Republicano con Trump. Para derrotar a Clinton y a Obama escogieron a un bicho raro como es el actual presidente de Estados Unidos. Y están descubriendo a las malas el desastre que significa entregar el pensamiento conservador al cuidado de un extremista de la magnitud del actual inquilino de la Casa Blanca.
Pero las cosas no pasan solas. Los que le entregaron la dócil damisela, los que le vendieron el Partido Conservador al uribismo por sus propios odios e intereses tienen nombre propio. A ellos les cabe la responsabilidad de que el Partido Conservador esté ‘ad portas’ de fenecer.
‘Dictum’. Las redes son lavadoras de conciencias. Basta con mandar una carita triste ante una atrocidad, y ya. A eso se reduce ser ciudadano en esta época.
GABRIEL SILVA LUJÁN

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.