Después de 102 años, desde aquel 31 de diciembre de 1919, cuando su excelencia, el señor presidente de la República, don Marco Fidel Suárez, sancionó la ley 126, con la que ordenó la creación de la Escuela Militar de Aviación, academia en la que se forman los oficiales pilotos de la Fuerza Aérea, que lleva su nombre, él le puso alas al país y le permitió ejercer la soberanía sobre los inmensos valles, llanuras, selvas y la majestuosidad de sus montañas y mares.
Con su decisión, inspirada en el acelerado crecimiento y desarrollo de la aviación en el mundo, en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, dio vida a una gran institución, una Fuerza que honraría por siempre a ese gran ser humano, humilde, piadoso, académico, maestro, político, estadista, escritor y poeta. Ese día nació una fuerza militar que permanentemente se fortalece, se moderniza, se eleva más alto, innova, construye nuevas capacidades y se entrena para alcanzar los fines del Estado y defender los más altos intereses nacionales.
Sus memorias de vida y gobierno, después de apartarse de la presidencia, para dedicarse a encontrar su paz personal, sacrificada por la vida pública, y consagrar el resto de sus días a quienes amaba, honrar a su esposa e hijo fallecido en 'Los sueños de Luciano Pulgar', nos inspiraron para dar testimonio del sueño inconcluso que marcaría la más profunda huella de su existencia.
Ese sueño que no fue escrito era para muchos una ambición irrealizable, una ilusión, una utopía. Sin embargo, la visión, el coraje y la voluntad de don Marco Fidel le heredaron a Colombia una institución que la conectaría, la integraría, la protegería y sería arquitecta de su futuro. Luciano dio paso a un poder dominante en los cielos y el espacio, que preservaría la democracia, protegería a los ciudadanos, sus derechos y libertades; un guardián leal que serviría a la fraternidad entre pueblos hermanos, sueño al que siempre se entregó con devoción.
Luciano Pulgar, ese personaje imaginario que el señor presidente hizo su confidente, no vivió para sorprenderse con la realidad alcanzada de su propio sueño, porque, para su creación, la institución que en el centésimo segundo aniversario de vida le rinde el más sentido tributo, el cielo dejó de ser el límite. Hoy, gracias a ella, el país se construye a partir de una nueva frontera: el espacio.
Don Marco Fidel no plasmó en sus memorias este sueño que tanto le apasionaba, que se adelantaba a su propio tiempo, que se haría indeleble, y por el que siempre sería recordado. Por eso, 'El último sueño de Luciano Pulgar' es la obra con la que la Fuerza Aérea, en el marco de la celebración de su aniversario, salda una deuda de honor con su fundador, patriota y pionero del aire.
Por él la escribimos, como homenaje a su ser, obra y memoria inmortal, a su visión y su legado; herencia perpetua, cuya energía vive y palpita en esta Fuerza que pertenece a los colombianos.
La Fuerza Aérea Colombiana es su sueño hecho realidad.
GENERAL RAMSÉS RUEDA RUEDA