Hora de trazar rumbos

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Quedaron definidos el nuevo Congreso de la República y los candidatos presidenciales de las coaliciones políticas. También las dieciséis circunscripciones de paz. Llegó la hora de trazarle rumbos ineludibles al debate que sigue, de cara a la primera vuelta presidencial. Claro, en medio de un gran debate por la posible existencia de un fraude electoral.

Tópicos como la paz y la implementación de los acuerdos firmados entre el gobierno Santos y las Farc, la consolidación de la democracia y las libertades y los DD. HH., el desempleo y la informalidad laboral, la inseguridad, el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos y el tema del modelo económico que el país requiere son prioritarios ahora.

El nuevo Congreso tendrá el reto de ganar credibilidad entre los ciudadanos y de comprometerse con la agenda que contempla los grandes cambios que reclaman los colombianos. Corporación que no se puede seguir percibiendo como un apéndice del Ejecutivo, porque pierde fuerza en el control político y en la actitud crítica que debe mantener con dicho poder, proclive a desbordamientos dañinos.

Hay que recomponer la política internacional; el manejo de la problemática en la frontera con Venezuela, al igual que las relaciones con ese gobierno, espera modificaciones de fondo. Porque los más afectados con la actitud del Gobierno Nacional son nuestros compatriotas, así como buena parte de los migrantes de dicho país. No se trata de desconocer los graves desaciertos del gobierno de Maduro, sobre todo en materia de violación de los DD. HH., sumado a su errático manejo económico y social, sino de abrir canales diplomáticos para tratar bilateralmente estos problemas. Más aún cuando tuvimos que entrar en el juego geopolítico de los EE. UU. y nos encontramos con un Joe Biden propiciando acercamientos con dicho gobierno, mientras llama a Duque para involucrarlo en su estrategia contra Rusia.

Otros frentes internacionales demandan atención: con Gabriel Boric en la presidencia de Chile nos cambia el panorama y nuestro relacionamiento con dicho país. Además, sigue pesando, negativamente, el trato desconsiderado que da al Gobierno cubano, al que debemos reconocimiento por su apoyo al proceso de paz. Mientras, Jair Bolsonaro arrasa con la reserva ambiental que es el Amazonas, indiferente al cambio climático.

En fin, el próximo presidente tendrá que introducir cambios drásticos en nuestro papel como nación en el campo internacional y fortalecer los canales de comunicación con los países vecinos, en general.

El crecimiento económico debe mantener un rumbo sostenido, con énfasis en la reactivación con desarrollo social, máxime si se corre el peligro de perder lo ganado producto de la ofensiva desatada por Rusia, país del que provienen productos básicos para nuestra alimentación y para el fortalecimiento de algunas actividades agrarias y similares.

La lucha contra el hambre y la miseria no arroja resultados: muchos compatriotas están privados de los tres alimentos básicos, frente al desinterés demostrado por muchos empresarios y comerciantes.

Así que esta fase de las elecciones presidenciales exige que las propuestas y programas estén más sintonizadas con las realidades del país. Hay candidatos que pretenden ganar adeptos propalando temores y prevención frente a las propuestas de sus opositores, o tratando de distorsionar su pensamiento e iniciativas.

Es claro que los candidatos más posicionados son los que ganaron las consultas de las coaliciones: Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez. A los otros les quedan pocas opciones: bien podrían pensar en establecer alianzas que consoliden las propuestas de cambio. Acuerdos que deben darse en un marco de grandeza con el país y con los colombianos. Ante todo, que se supere el escenario de insultos y agravios para intensificar esfuerzos en la búsqueda de alternativas sociales, económicas y políticas que conformen el nuevo cuadro de la sana confrontación electoral.

Se le debe recordar a Fico que mientras más uribistas y del CD llegue a su campaña, peor le va a ir en las elecciones y, por lo demás, pierde franqueza en su discurso de ser un candidato independiente.

JAIME FAJARDO LANDAETA