No soy vecino del portal de las Américas y sin embargo llevo varias semanas poniéndome en sus zapatos. No es posible que a ocho meses del paro nacional que paralizó al país y convirtió a esa zona del suroccidente de Bogotá en epicentro de las protestas, la vida siga transcurriendo como si estuviéramos en la semana cero del paro.
¿Acaso los residentes y trabajadores de ese sector de Kennedy están condenados a nunca jamás volver a la vida normal? ¿Por qué no se ven los esfuerzos para acabar con esa pesadilla?
Estaciones de TransMilenio que siguen sin ser reparadas y por ende siguen cerradas. Enfrentamientos constantes entre la policía y supuestos manifestantes en medio de la noche. Gases lacrimógenos, violencia, intranquilidad... En fin, no soy vecino del portal de las Américas, pero hoy más que nunca deberíamos todos sentirnos parte de esa comunidad que terminó condenada a vivir en un paro sin fin mientras el resto de la ciudad retomó el ritmo previo a las largas semanas de protestas de la primera mitad de este 2021.
¿Que el tema no es culpa de la alcaldesa, sino de quienes hacen que impere el desorden?
Concedería eso de no ser porque las istraciones locales pueden encontrar salidas y soluciones que bien podrían negociar con aquellos que insisten en promover el desorden en esa zona. O, al menos, desenmascarar a los responsables de esa situación, que parecieran más interesados en desestabilizar la istración de Claudia López y mostrarla débil ante un reto clave para un gobernante: garantizar la tranquilidad de sus gobernados.
No soy vecino del portal de las Américas ni del parque Nacional. Pero alcaldesa, haga algo. Así ese algo sea echar al agua a los operadores políticos que se están ensalzando gracias a estos bloqueos.
Pasa lo mismo con el parque Nacional.
No soy vecino del parque, y sin embargo llevo varias semanas pensado en quienes sí lo son y en quienes tenían en el parque Nacional un espacio de esparcimiento. No entiendo cómo se cumplen ya cinco semanas desde que un grupo de indígenas de la comunidad emberá se tomó este tradicional e histórico espacio del centro de la ciudad para convertirlo en un campamento improvisado en el que pareciera que no hay ley que prevalezca.
¿Qué está pasando? ¿De verdad estamos ante una istración que no puede tramitar estos asuntos sociales, que también terminan siendo de seguridad? ¿Hay algún motivo que vaya más allá de lo evidente para justificar estas parálisis?
Es claro que estamos en un periodo electoral en el que cada situación se convierte en un potencial generador de votos para el candidato equis o el candidato ye. Y tal vez quienes viven el drama del portal de las Américas o el campamento del parque Nacional terminen viéndose influenciados a votar por uno u otro ante la pasividad de la istración en lo concerniente a estas situaciones no resueltas. Pero esto no debe ser óbice para que no se nos cuente qué es lo que está pasando. No puede ser que nos acostumbremos a que barrios enteros padezcan situaciones que alteran su vida normal y lo observemos como si se tratara de algo que pasa más allá de las fronteras de nuestro país.
No soy vecino del portal de las Américas. No soy vecino del parque Nacional. Pero a nombre de ellos le digo: Claudia López, por favor, haga algo. Así ese algo sea echar al agua a los operadores políticos que se están ensalzando gracias a estos bloqueos que afectan a la ciudad.
Alcaldesa, haga algo, para que al menos en esto usted pueda señalarles a sus contradictores políticos que es falso cuando dicen que usted no hace nada.
#PreguntaSuelta: ¿usted considera que la llamada Coalición de la Experiencia (integrada por exalcaldes y exgobernadores) en realidad representa a la centroderecha o, sencillamente, es la verdadera coalición de la derecha?
JUAN PABLO CALVÁS