No soy ingenuo: sé que es casi imposible que la Cámara de Representantes investigue al presidente Gustavo Petro, pero lo cierto es que las bases para un juicio por indignidad del mandatario (artículo 175 de la Constitución) están dadas. Y no solo por las gravísimas revelaciones sobre su comportamiento, que no surgen de la oposición sino de Álvaro Leyva, quien fuera durante casi dos años su Ministro de Relaciones Exteriores. Hay mucho más que eso.
En carta del 19 de abril al mandatario, Leyva asegura que el Presidente desapareció durante dos días en París: “Momentos embarazosos para mí como persona y como su Canciller. Y mucho más cuando supe en dónde había estado. Me apena decirlo hoy –tarde ciertamente–, pero por esa época ya tenía conocimiento de episodios suyos de similar comportamiento. Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción”.
Eso ocurrió durante la visita oficial de Petro a Francia, en junio de 2023, cuando estuvo desaparecido entre el fin de la tarde del viernes 23 y la mañana del domingo 25. Ese viernes, los periodistas que cubrían la gira del mandatario habían dejado sus hoteles y, al anochecer, lo esperaban en el aeropuerto, donde el avión presidencial estaba listo para volver a Colombia, a las 10 p. m., según la agenda. Entonces les dijeron que el vuelo había sido aplazado.
Les explicaron que había “problemas técnico-aeroportuarios”, y luego, que el mandatario tenía cita con la compañía Dassault, fabricante de los jets de combate Rafale que el Gobierno estudiaba adquirir. Esa reunión nunca ocurrió, y los “problema técnico-aeroportuarios” fueron desmentidos por la tripulación del avión. Leyva relaciona la desaparición de Petro con “la drogadicción”, un tema que el hoy mininterior, Armando Benedetti –él mismo un adicto reconocido–, ya había puesto sobre la mesa en sus mensajes de voz a la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia, en 2023. Leyva y Benedetti se detestan, pero en esto lucen de acuerdo.
Lo dramático es que Petro no desmiente categóricamente a Leyva. El miércoles, en X, publicó una pregunta: “¿Es que París no tiene parques, museos, librerías, más interesantes que el escritor (se refiere a Leyva), para pasar dos días?”. Su hija Andrea no habla de museos ni librerías: dice que el Presidente estaba con ella y sus hijos, durmiendo. Pero su testimonio solo cubre unas horas: “Lo vi unas horas el sábado con mis niñas porque salí de rumba esa noche...”.
A pesar de las veces que políticos y periodistas han hablado del tema, Petro nunca ha negado con firmeza que consuma drogas, ni ha aceptado someterse a un test médico. Responde con preguntas y evasivas. Mientras tanto, su comportamiento alimenta las sospechas: mensajes de madrugada, en las redes, con horrores gramaticales, datos falsos y tesis peregrinas; constantes incumplimientos de agenda, y lenguaje insultante y agresivo hacia sus contradictores, y a veces hacia sus ministros y consejeros. Todo un cuadro clínico.
Leyva relaciona la desaparición de Petro con “la drogadicción”, un tema que el hoy mininterior, Armando Benedetti, ya había puesto sobre la mesa en sus mensajes de voz a la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia, en 2023
Agrega Leyva: “...ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo”. Es evidente que un problema como este no pertenece al fuero privado del mandatario: afecta su capacidad para gobernar a Colombia y lo hace víctima propicia para el chantaje.
En 1921, el congresista conservador Laureano Gómez acusó de indignidad al presidente Marco Fidel Suárez, porque le había vendido su sueldo a un prestamista para pagar unos gastos familiares. Decía Gómez que, a más de lo indigno que resultaba, ponía al mandatario en riesgo de chantaje. Agobiado por el debate y amenazado por la Cámara de llevarlo a juicio político, Suárez renunció. Sus pecados eran insignificantes al lado de lo que Colombia debate en estos días sobre la figura presidencial. Pero claro, la Cámara no va investigar a Petro, al menos no por ahora...
MAURICIO VARGAS
IG: @mvargaslinares