Avanzan, afanosas, las negociaciones entre el Gobierno y una de las disidencias de las Farc, la llamada ‘Segunda Marquetalia’, liderada por alias Iván Márquez. Se trata de un tristemente célebre terrorista, con estrechos vínculos con el narcotráfico, un largo historial de muerte y –para rematar su palmarés– el comandante que les puso conejo a los acuerdos de La Habana.
Otty Patiño, exguerrillero y comisionado de Paz del presidente Gustavo Petro, se desvive en cariños para con este grupito de unos pocos cientos de bandoleros, mucho menos de una décima parte de lo que alguna vez fueron las Farc. Patiño acaba de lamentar “profundamente” la muerte, en un ataque del Ejército –¡uno al fin!–, del criminal alias Hermes, que había asolado poblaciones y matado a inocentes campesinos. Afligido, Patiño les pidió a los ‘Marquetalios II’ “reciban mi abrazo de condolencia”. Solo le faltó proponer un día de luto nacional.
El problema de estas negociaciones es que cualquier acuerdo político con ‘Márquez’, que lo beneficie con medidas de justicia transicional como no pagar cárcel por sus múltiples crímenes, enfrenta un gigantesco obstáculo: la Constitución. Y la Corte Constitucional, que ya le ha tumbado muchas cosas a este gobierno, de seguro actuaría.
El problema de estas negociaciones es que cualquier acuerdo político con ‘Márquez’, que lo beneficie con medidas de justicia transicional como no pagar cárcel por sus múltiples crímenes, enfrenta un gigantesco obstáculo: la Constitución.
Como bien lo explicó en una columna en EL TIEMPO el senador Humberto de la Calle, exjefe negociador del gobierno Santos en La Habana y con toda la autoridad para decirlo, “desde la Constitución, está claro que no se podrá aplicar la justicia transicional a de grupos armados que “una vez desmovilizados, sigan delinquiendo” (Acto Legislativo 01 de 2012)”.
“También con rango constitucional –agrega De la Calle–, en 2017 se estableció como condición el principio de no repetición”. Si se comete un nuevo delito que constituya un incumplimiento, como es el caso de ‘Márquez’, no se aplicarán las sanciones transicionales “sino las ordinarias contempladas en la misma JEP”, explica De la Calle. Como quien dice, si ‘Márquez’ quiere dejar las armas, tendrá que resignarse, entre otros castigos, a pagar varios años de cárcel.
Más que una negociación política, le corresponde someterse a la Justicia. En el espíritu –y en la letra– de los acuerdos de La Habana, es claro que quienes les pongan conejo pierden el derecho a un trato favorable.
Con su característica lucidez, De la Calle agrega que hay “obstáculos morales” a darle beneficios jurídicos a ‘Márquez’: premiar al que traiciona los acuerdos es inaceptable, una pésima señal que les dice a los hampones que, sin importar cuántas veces se burlen de lo pactado y vuelvan a secuestrar, narcotraficar y matar, siempre encontrarán un gobierno que los perdone.
En un arrebato de cinismo, ‘Márquez’ se siente autorizado a hacer exigencias en la mesa: quiere una constituyente para cambiar el sistema político y económico del país. Ni siquiera las Farc grandes –las de verdad– se atrevieron a tanto. ¿Qué representatividad y qué legitimidad tiene el jefe de un pequeño núcleo de criminales para semejante demanda?
‘Márquez’ quiere todo esto de afán, y así lo acepta el comisionado Patiño, que corre a la misma velocidad. ¿Por qué la prisa? Porque ni Patiño ni ‘Márquez’ saben por cuánto tiempo el régimen chavista pueda brindarle al comandante refugio y plataforma segura para atacar, desde allá, en Colombia. El 28 de julio hay elecciones presidenciales en Venezuela, y todas las encuestas dan por seguro ganador a Edmundo González, el candidato opositor, por amplio margen.
Obvio que Nicolás Maduro y sus cómplices harán todo lo posible por anular la candidatura de González o montar un fraude descomunal. Pero –se preguntan ‘Márquez’ y Patiño– ¿y si los chavistas fracasan? Lo concreto es que allá no está asegurada la protección al comandante que es paradigma de traición, burla y conejo a los acuerdos de La Habana. Así que tienen que correr.
MAURICIO VARGAS
Instagram: @mvargaslinares