Se me aguaron los ojos. Murió, a los 82 años, uno de mis ídolos, una leyenda, tricampeón mundial, Edson Arantes do Nascimento, el Rey Pelé. O mais grande do mundo. Se fue ‘O Rei Pelé’. Aquí lo vivimos recordando porque cualquiera se siente ‘rey pelié’. El desacuerdo nacional es una pandemia. Aunque no faltan las notas de humor.
Ayer, precisamente, el científico Moisés Wasserman, en otra de sus buenas columnas, escribía sobre los Santos Inocentes y acerca de la risa y sus orígenes. ¿Dedicar un día para chistes y bromas, en memoria de la matanza de niños menores de dos años en Belén por parte de Herodes? Eso no da para reír. Lo que pasa es que aquí nos reímos de los inocentes.
A mí me pareció como un “pásenla por inocentes” la petición del presidente Petro este 28 al Instituto de Bienestar Familiar –donde, a propósito, ha habido polémica política por el nombramiento de la directora, pero al que no quiere Baracaldo se le dan dos tazas– de no comprar más bienestarina porque es importada. Quiere el mandatario que se privilegien los alimentos para los niños cultivados en Colombia.
Este magnífico suplemento alimenticio a base de cereales –tiene harina de trigo, fécula de maíz, harina de soya, leche, hierro, zinc, vitaminas A y C y otras que no me sé, etc.– ha sido una bendición para varias generaciones. Además, la estamos haciendo aquí desde 1976. Inocentes o no, Presidente, entiendo su intención pero, por favor, revise con cuidado. Y proponga todo muy sopesado, pues aquí somos muy ‘aminoácidos’. Una de mis uvas de hoy será para que en este país, donde mueren de desnutrición, los niños jamás vayan a perder un suplemento alimenticio como este. Gracias, Presidente.
De otro lado, se armó una polémica nacional porque en Cali el Ministerio del Trabajo le quitó el trabajo al niño torero Marco Pérez, de 15 años, al prohibirle torear, en el festival Taurino de la Feria de Cañaveralejo. Y eso que allí estaba la espada de Bolívar, pues también toreaba el diestro Luis Bolívar. Cree el ministerio que el niño se expone a un peligro inminente. Pero el camino del prohibicionismo es matar el toro de las libertades.
Una de mis uvas de hoy será para que en este país, donde mueren de desnutrición, los niños jamás vayan a perder un suplemento alimenticio como este. Gracias, Presidente.
Los animalistas presionaron. Pero, de otro lado, los grupos armados tienen a muchos niños que “trabajan” con armas y están en peligro ‘inminente’. ¿No salimos a la calle a gritar que no más reclutamiento de menores?
Y al mismo tiempo, el 28, había otra noticia que espanta y que tiene que ver con niñas y niños. También para salir todos a repudiar, a clamar justicia y políticas sociales, señores congresistas. El Departamento istrativo Nacional de Estadística (Dane) dio a conocer que en los dos últimos años los embarazos en niñas entre los 10 y 14 años aumentaron. En el año 2020 los nacimientos en niñas de 10 años eran de cuatro, y para el 2021 fueron ¡79!
El dato que me pareció más impresionante está en que, según el Dane, en 2022 que hoy se va, nacieron 3.500 bebés hijos de menores de entre 10 y 14 años. Y más grave aún, que los padres son mayores de 20 años. Significa que aquí hubo violaciones ¿3.000, 3.500? Y, entonces, debe haber justicia. Toda. Y mucha bienestarina y ayuda del Estado a estas niñas que juegan a ser mamás con niños de verdad, por lo general por debajo de la primera línea, pero de pobreza, se desprenden graves problemas sociales, falta de afecto, de protección, de recursos, niños abandonados, expuestos y sin futuro. Niñas sin infancia ni oportunidades.
Mi deseo para este 2023 es que se legisle por los niños, los verdaderos y santos inocentes, tan atropellados. Que se les proteja, que haya justicia, que protestemos por nuestros verdaderos dramas y que tratemos de ponernos de acuerdo. Feliz año para todos, inclusive para los que me insultarán.
LUIS NOÉ OCHOA