La reciente presentación del Informe de la Comisión de Verdad nos hace reflexionar sobre diversos aspectos de la vida de Colombia. Esta historia afectó y afecta el
La reciente presentación del Informe de la Comisión de Verdad nos hace reflexionar sobre diversos aspectos de la vida de Colombia. Esta historia afectó y afecta el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, y el impacto en sus familias, vecinos y amigos fue abordado por la Comisión dedicando un capítulo especial, llamado ‘No es un mal menor’. Este volumen da cuenta de las marcas, vacíos y a veces cicatrices duraderas que dejó en sus biografías, a lo largo de su ciclo de vida, porque quedaron huérfanos, porque huyeron solos o con algunos de su familia, porque fueron reclutados, usados o utilizados por un actor armado, porque abandonaron sus estudios o nunca pudieron comenzarlos, porque fueron secuestrados, porque fueron víctimas de violencias sexuales, o porque fueron víctimas o testigos de escenas inhumanas y crueles, entre otros. Este volumen también destaca la fuerza y el coraje de los niños, niñas y adolescentes para salir adelante a través de varias formas de afrontamientos, a pesar de entornos sociales e instituciones que en muchas ocasiones fallaron en garantizar su protección y sus derechos.
La Comisión de la Verdad, desde el inicio de su mandato, integró el derecho a la participación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tanto en sus procesos de investigación como de diálogo social. Creó los espacios, las plataformas y los mecanismos para garantizar su participación segura y trabajar de la mano con ellos y ellas. Unicef se sumó a esta ardua tarea desde sus inicios. Y ahora, en el marco del trabajo como aliado para apoyar el legado de la Comisión, da continuidad a ello, pues reconoce que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes cuentan con el potencial y el conocimiento para vincularse a la construcción de la paz desde sus realidades y alejarse de la historia de violencia y terror.
Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes cuentan con el potencial y el conocimiento para vincularse a la construcción de
la paz desde sus realidades y alejarse de la historia de violencia y terror.
Unicef Colombia reconoce la importancia de las reflexiones, prioridades, recomendaciones y planteamientos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para la Colombia de hoy y mañana. Estas recomendaciones deben servir de norte para el nuevo “rumbo” por la paz y la verdad que nos llaman a construir conjuntamente. Esto se sustenta significativamente en la “Consulta Nacional de niños, niñas, adolescentes y jóvenes por la Verdad”, en donde ellos y ellas plantearon que son quienes pueden cambiar el rumbo del legado de violencia dejado por los adultos; hacer de bisagra entre el pasado, el presente y el futuro; construir mecanismos y estrategias para la paz en su vida diaria y desde sus entornos de desarrollo; participar activamente en la movilización juvenil para comunicar lo ocurrido y en la construcción de políticas públicas; conocer y divulgar lo sucedido con la niñez y con el país para prevenir que vuelva a ocurrir. De sus resultados emergieron recomendaciones claras y concretas sobre sus aspiraciones y sentires. Describieron el gran interés en saber lo ocurrido durante el conflicto armado en Colombia (98 %), en querer hablar de ello en varios espacios de la vida cotidiana, incluidos instituciones educativas (80 %), medios de comunicación (60%), así como de vivir en entornos libres de violencias y ser líderes en la construcción de paz.
Para Unicef Colombia es imperativo darle continuidad a la consolidación de la paz, a través de acciones humanitarias y de desarrollo, desde los entornos de niños, niñas y adolescentes, con un enfoque diferenciado, debido al impacto desproporcionado del conflicto armado en ellos, efecto que aún se vive en algunos territorios donde ellos y ellas crecen. Por el papel fundamental que pueden jugar la infancia y la adolescencia en la difusión y apropiación del Informe Final, pero, sobre todo, en la ruptura de los ciclos de violencia y en la construcción de una paz duradera.
Desde Unicef invitamos la sociedad colombiana, en particular los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como a las instituciones de gobierno, en particular el sector de educación, a conocer y dialogar acerca de los hallazgos y las recomendaciones del Informe Final, y en particular el volumen sobre la niñez, con el fin de reconocer el impacto del conflicto en las víctimas, a través de sus propios testimonios, promover la reconciliación y aprender de las lecciones del pasado para construir, hoy y mañana, la paz en Colombia
VICTORIA COLAMARCO
* Representante a. i. de Unicef Colombia