En una tertulia escuché a un invitado preguntar: ¿por qué defienden a los judíos? Interesante, a no ser que esta no venga de la curiosidad y albergue sesgos y juicios con mala intención. La respuesta es difícil cuando, como en este caso, implica temas que contienen dilemas éticos, morales, alta complejidad y emociones.
En el marco del aniversario ochenta del Holocausto donde fueron exterminados unos 6 millones de judíos –entre ellos 1,5 millones de niños– por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y cuya persecución se extiende a intelectuales, resistencia, personas con discapacidad, LGBT+ y bohemios, me pareció pertinente retomar aquella reunión y su interrogante.
En un mundo de tonos grises infinitos compuestos por la diversidad y complejidad del individuo, las posiciones radicales, simples e injustas son inapropiadas. Quizás pararse en los valores sea la única manera de estar más cerca de lo que llaman "el lado correcto de la historia", pero incluso estos dependen del contexto en el que nacemos, nos desarrollamos y creamos. Así que, como en el caso de la verdad, tan solo es posible acercarse.
Son muchos los temas difíciles de conversar. La reacción es inmediata. Una respuesta en dos letras rotundas: sí o no. Sin opción. No es simple hablar, por ejemplo, del equilibro entre la libertad vs. el deber y el derecho; el punto correcto entre principios tradicionales y progresistas; cómo no extralimitar la inclusión para que no se contradiga con su propio pecado ejerciendo exclusión; la proporción de las compensaciones sociales y económicas frente a injusticias históricas con consciencia del presente; el lugar prudente para el bienestar de la sociedad entre la anarquía caótica y el orden autoritario; si son apropiadas o no las intervenciones de soberanía; las implicaciones éticas entre las víctimas civiles y las estrategias de gobiernos.
Las realidades coexisten poniendo presión a la hora de expresar una opinión.
Retomando la pregunta. ¿Qué son los judíos? Llevándola a su contrapeso: ¿qué son los cristianos? ¿Qué son los alemanes? ¿Qué son los alemanes nazis? Acercándola a casa: ¿qué son los colombianos? ¿Qué son los venezolanos? Cuando la pregunta no es puntual y en el otro, y la traemos al nosotros, la pregunta y la respuesta se vuelven difíciles. La primera, porque homogeneiza y simplifica, lo cual hace que el protagonista de la segunda se sienta vulnerado y malinterpretado.
Las palabras "defienden" y "judíos", como la palabra "alemán", son absolutas. Por tanto, indebidas. ¿Cuál es el hecho de defensa? ¿De quién se habla en el hecho? Se defiende a la víctima y se cuestiona al victimario. El mismo ser en diferentes circunstancias puede estar en un lugar o en el otro. En el Holocausto y en el ataque del 7 de octubre de 2023 la comunidad israelí, desde los hechos, fue víctima de genocidio. Y eso merece reconocimiento. Solidaridad. Su reacción frente al dolor y el riesgo de seguridad desde entonces ha implicado víctimas civiles incumpliendo los acuerdos de la guerra. Lo cual es verdad también en la contraparte, pero no por eso se puede dejar de reconocer al hombre de cien años que con rostro sereno y un número tatuado en el brazo prendió una vela el lunes en conmemoración de un dolor colectivo.
Del lado alemán. ¿Por qué atacar a los alemanes? Mismo escenario. "Ataca" y "alemanes". ¿Todos victimarios? Mientras tanto, la Alemania no nazi presenta esfuerzos de reparación y compensación con actos como el Acuerdo de Luxemburgo; promueve la consciencia pidiendo perdón por medio de sus líderes, educando en la historia y contra el antisemitismo; crea espacios de memoria en honor a las víctimas; restaura la ciudadanía a los sobrevivientes.
Las realidades coexisten poniendo presión a la hora de expresar una opinión. Y se requiere ponerles perspectiva a los momentos para no anular el reconocimiento de dolores que hacen parte de la historia y no porque se alejen en el tiempo, los sobrevivientes vayan desapareciendo con el paso de los años, existan otros intereses y desacuerdos se pueden menospreciar. Es importante abrazar con conciencia los dolores de la historia.