El Banco Mundial acaba de actualizar las proyecciones de crecimiento económico y ubica a Colombia este año en niveles de 1,3 % y el año entrante en 3,2 %, por encima de Chile (2,2 %), Brasil (2,2 %), México (2,1 %); incluso, mejor que Estados Unidos (1,8 %), la zona euro (1,4 %) y el promedio de América Latina (2,7 %).
Dichas proyecciones coinciden con estimaciones de diversos analistas del país. Significa el reconocimiento de que la economía ha entrado en una senda de recuperación, tal como se infiere a partir del reciente resultado del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), que registró un crecimiento de 5,5 % para abril. Además, el desempleo bajó a 10,3 % en mayo y hubo 463 empleos más que hace un año. Los sectores que más contribuyeron fueron: actividades artísticas (231.000), construcción (160.000) y alojamiento (139.000).
No obstante, para consolidar y acelerar dicha recuperación es importante poner en marcha un plan de reactivación, el cual está siendo construido con diversos actores e instituciones y tiene dos componentes. El primero consta de un paquete de estímulos tributarios que debe ser tramitado a través de un proyecto de ley, el cual se espera presentar en la nueva legislatura. Consiste en estímulos para reactivar la dinámica económica sin perder la consolidación del balance fiscal, pero honrando la deuda heredada, la cual pasó de 48 a 61 % del PIB entre 2019 y 2020, lo que representa más de 200 billones de pesos.
Esto significa que la pandemia se pagó con deuda equivalente a más de 10 reformas tributarias y le corresponde a este gobierno honrarla cumpliendo la regla fiscal. Además, conviene señalar que existe otra deuda que fue adquirida por fuera del cupo (US$ 12.000 millones) porque se tramitó en el marco de la declaración de emergencia, pero corresponde a compromisos que se tienen que pagar entre 2024 y 2025, aunque los pagos no liberan cupo. Por tal razón, el Congreso acaba de aprobar un cupo de endeudamiento por US$ 17.607 millones, aclarando que el Gobierno no está contrayendo más deuda, sino que simplemente está sincerando las cuentas y obteniendo recursos para honrar créditos adquiridos.
El segundo componente de la reactivación consiste en un paquete de acciones concretas que no requieren trámite legislativo y recaerán sobre sectores económicos deprimidos. Algunos criterios para definir dichas acciones son: generación de empleo, efecto multiplicador por peso invertido, sintonía con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, enfoque de sostenibilidad, aporte a la transición energética y contribución al proceso de reindustrialización y al turismo.
Con respecto a este último, es importante destacar que se consolida como alternativa para apalancar la transición energética. Informes económicos califican su avance como un hecho contundente, pues el año pasado registró un récord histórico de 5,8 millones de visitantes, cuando en 2022 ingresaron 4,4 millones. Además, las divisas obtenidas en 2023 lo ubicaron en el cuarto renglón y la expectativa para este año es que llegue al tercer lugar, por encima del carbón, representando un hecho significativo y un acierto del Gobierno en su apuesta por encontrar nuevas fuentes de divisas para avanzar en la transición energética.
si bien la economía muestra que empieza la senda de recuperación, será importante implementar un plan de reactivación, teniendo en cuenta que la inversión extranjera directa sigue creciendo.
En síntesis, si bien la economía muestra que empieza la senda de recuperación, será importante implementar un plan de reactivación, teniendo en cuenta que la inversión extranjera directa sigue creciendo y que la tasa de interés acaba de disminuir a 11,25 %.
RICARDO BONILLA GONZÁLEZ
Ministro de Hacienda y Crédito