Sin alcanzar la extensión de una biografía propiamente dicha, la revista cultural Aleph en su número 210, de julio a septiembre de 2024, contiene una profunda investigación y análisis sobre una personalidad paradigmática de nuestra sociedad colombiana: el librepensador, científico, filósofo y artista Antanas Mockus.
Se trata de una construcción textual orientada a iluminar los aspectos más relevantes de la vida académica, intelectual, social y política de este personaje y sus habilidades específicas de liderazgo. Destaca los hechos de mayor interés y iración de “un espíritu sereno y reflexivo con dinámicas sorprendentes en sus elaboraciones y actividades” señala Carlos Enrique Ruiz, el director general de esta revista: “Un reconocimiento a quien ha sido un espíritu actuante al servicio de la educación y del bien común”.
En la carátula, un expresivo retrato del homenajeado, obra de la pintora Pilar González Gómez. En fotografía, un desnudo titulado Antanas pensador, del artista Hernán Díaz, que ocupa una página entera y evoca la conocida escultura de Auguste Rodin.
Esta llamativa edición monográfica sintetiza en la noción de “Inscripción” la totalidad del contenido biográfico al que hace referencia. Acoge para ello la acepción de esta palabra definida por la Real Academia Española como “un escrito grabado en piedra, metal u otra materia duradera, para conservar la memoria de una persona, de una cosa o de un suceso importante”.
Lo más interesante de esta entrega editorial es que reúne aportes de entrevistas, de escritos, de reseñas de libros en inglés, entre esos, el publicado por la Universidad de Harvard The Legacy of Antanas Mockus, 2018, con el apoyo del Centro Nicanor Restrepo Santamaría para la Reconstrucción Civil. Un libro de 645 páginas con seis partes: prácticas y legados de Antanas Mockus, programas de cultura ciudadana, y la respuesta del propio Mockus al material del libro. Carlo Tognato, su autor, lo considera “un matemático con vocación civil que juega en la defensa, cultivo y sostenibilidad de los valores civiles, cuyo aporte cambió el ritmo de Bogotá en los años 90”.
Es un pesar que gobiernos posteriores de la capital hayan ido dejando atrás el sabio principio de ir construyendo sobre lo ya construido.
En opinión de Carmenza Saldías, una de sus cercanas colegas de gobierno, Antanas Mockus “es un ser que sabe tocar el alma humana, no porque sea conocedor de esta, sino porque él mismo vive buscando la manera de ser un buen ser humano”.
La profesora Rocío Londoño al entrevistarlo sobre su paso por la “ciudad blanca” en calidad de rector de la Unal de Colombia, destaca su sentir cuando lo escucha afirmar: “La academia es como el sida, se contagia por o directo, pero, a diferencia del sida, necesita un contagio prolongado porque se contagia despacio”.
A quien no conozca nada de Antanas Mockus le llamará la atención, al leer en esta revista sobre la originalidad de una pedagogía política con efectos “juguetones” como lo han sido sus performances de violencia simbólica, considerados de arte conceptual, y sus campañas para formar ciudad y ciudadanía culturalmente activa. Fueron estos, entre muchos otros, acentos de sus istraciones de rector, alcalde de Bogotá y candidato a la presidencia de la república.
Es un pesar que gobiernos posteriores de la capital hayan ido dejando atrás el sabio principio de ir construyendo sobre lo ya construido, en este caso, ese esfuerzo de alinear lo legal, lo moral y las formas culturales que regulan el comportamiento ciudadano: un propósito de política pública “con mayor modernismo, gracias a las prácticas creativas de Antanas Mockus como agente cultural”.
Bien por el homenaje en vida que hace Aleph a este humanista. Bien por la existencia de esta revista cultural de tanta tradición.