En estos momentos, en la ciudad marroquí de Marrakech se están desarrollando las reuniones anuales de 2023 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En medio de este encuentro de autoridades económicas, bancos centrales, ministros de Hacienda, académicos y otros representantes de la sociedad civil, el FMI publicó el panorama de la economía global, así como el monitor de la situación fiscal.
Las perspectivas de este organismo multilateral sobre el rumbo de la economía mundial muestran, en palabras de su economista jefe, Pierre-Olivier Gourinchas, “una resiliencia que ha sido excepcional”, mientras que “el crecimiento se mantiene lento y desigual, pero con crecientes divergencias”. Para el FMI, la economía global crecerá un 3 por ciento en 2023 y 2,9 por ciento en 2024, por debajo del promedio de 3,8 por ciento registrado en este siglo XXI hasta el año previo a la pandemia.
Al igual que en Colombia, la inflación en el mundo ha venido descendiendo desde el 8,7 por ciento de 2022 y bajará a un 6,9 por ciento a finales de este año y a 5,8 por ciento para el año entrante. No obstante, la inflación subyacente, sin alimentos ni energéticos, no está reduciéndose al ritmo deseado a nivel global. Este escenario internacional, que también experimenta el país, conduce al sostenimiento de altas tasas de interés y lleva al FMI a recomendar a los bancos centrales el mantenimiento de las actuales políticas monetarias.
Hay que atender las alertas por la disparada de los gastos de los gobiernos y la caída de ingresos por la desaceleración.
Entre los mensajes de alerta que han surgido de estas reuniones macroeconómicas se destaca el llamado a los gobiernos a dar “pasos significativos” para dominar el gasto público ante la “creciente dificultad para la mayoría de los países del mundo de equilibrar las finanzas públicas”. El ‘Monitor fiscal’ de la entidad advierte sobre la disparada de los gastos de los gobiernos, la caída de los ingresos por la desaceleración y los déficits al alza. A pesar de lo anterior, el horizonte global refleja una economía “coja” pero resiliente y en ruta a un “aterrizaje suave”, esto es, aun con alzas de las tasas, la actividad económica no registró caída libre.
Las perspectivas para la economía colombiana van en línea con estas tendencias más globales. El FMI proyecta un crecimiento de 1,4 por ciento en este 2023 y un 2 por ciento en 2024, con una inflación de 11,3 por ciento a final de año que se moderará el año entrante a 5,2 por ciento. Colombia tendrá un desempeño más bajo que el promedio de la región latinoamericana y el Caribe: 2,3 por ciento. Lo anterior ratifica la urgencia para el Gobierno Nacional de desplegar un paquete de políticas contracíclicas que mitiguen los efectos de la caída en las actividades productivas y que incentiven el crecimiento económico en el corto y el mediano plazo.
Al mismo tiempo, los últimos datos del índice de precios al consumidor (IPC) ratifican que, si bien con tendencia descendente, la lucha contra la inflación no ha terminado y que los esfuerzos deben concentrarse en que ese ritmo de caída se incremente. Uno de los objetivos de este tramo final del 2023 es lograr que la variación anual de precios registre un solo dígito. En conclusión, un panorama que resalta esta resiliencia pero que cuenta con las alertas del crecimiento, la inflación, el gasto y la sostenibilidad fiscal.
EDITORIAL