Noticia
Cámaras fotomultas
Lo que prima aquí es la seguridad vial. El país vive una verdadera epidemia por causa de accidentes.
Las cámaras fotomultas han obligado a miles de personas a reducir la velocidad. Y no existirían si la gente fuera responsable y condujera máximo a 50 kilómetros por hora, como dicta la norma. Por supuesto que muchos quisieran acelerar más en lugares en donde aparentemente es posible hacerlo. Pero ese no es el punto.
Lo que prima aquí es la seguridad vial. El país vive una verdadera epidemia por causa de accidentes que están dejando, en promedio, 22 víctimas fatales cada día. La mayoría involucra motos. En Bogotá, este fenómeno se cobra la vida de alrededor de 600 personas cada año, en muchos casos debido al exceso de velocidad.
No se trata entonces de un capricho, sino de una dolorosa realidad. Las autoridades tienen la obligación de contrarrestar semejante tragedia, así a algunos les parezca que detrás de las cámaras fotomultas lo que hay es un negocio, como se señala de forma simplista antes de reconocer la alarmante siniestralidad vial que persiste.
Recientemente, en una acertada decisión, la Secretaría de Movilidad ha hecho más visibles estas cámaras para que los conductores sepan en dónde se encuentran y reduzcan la velocidad. No están allí para recaudar plata, sino para salvar vidas y crear conciencia.
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