Funcionó a la perfección en Francia. Está empezando a surtir efecto en España. Se trata de un modelo especial para investigar los abusos que durante décadas cometieron ciertos sacerdotes. En Francia se montó una ‘Comisión independiente sobre abusos en la Iglesia católica’ y, luego de una ardua e iluminadora investigación que removió a la sociedad entera, se concluyó que cerca de 216.000 menores de edad fueron víctimas de pederastia desde los años 50 del siglo pasado. En España acaba de darse marcha a una Auditoría Jurídica Independiente, impulsada tanto por la Iglesia de allá como por el Gobierno mismo, que en un año tendrá que aclarar lo que sucedió.
Hay quienes desconfían de la firma elegida para la indagación, pero, como explicó el presidente de la Conferencia Episcopal Española, se busca “clarificar los casos del pasado e incorporar los más exigentes niveles de responsabilidad, que impidan la repetición de los abusos”.
Mientras la Conferencia Episcopal sa empieza el desagravio y la indemnización de miles de víctimas de los abusos y continúa una labor de verdad, justicia, reparación y no repetición que en especial se ha llevado a cabo desde Estados Unidos hasta Europa, esta semana en EL TIEMPO el obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Alí, habló sobre la posibilidad de que se dé una investigación semejante en Colombia. Y dijo que, en medio de dificultades metódicas, ya se han venido reuniendo, reconociendo y castigando los casos que se han dado aquí.
El mismo monseñor aceptó que la Iglesia tiene una deuda, en América Latina, con la verdad de lo que les sucedió a tantos niños y a tantas niñas en la institución. Se mostró abierto a la posibilidad de que, en el marco de seguir animando al país a hacerles frente a sus grandes dolores, se dé paso a una figura como la de la comisión independiente que mostró a los ses las dimensiones del horror. Se trata de recobrar la confianza de los fieles. Y de devolverle a la Iglesia su condición de refugio.
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