El torneo de selecciones más antiguo del planeta, la Copa América, comienza hoy con el partido Argentina-Canadá en Atlanta. Será la edición número 48 de la tercera competición más importante del balompié en el ámbito de las selecciones nacionales, detrás de la Copa Mundo y la Eurocopa de naciones. En esta ocasión no solo participarán las diez selecciones del sur del continente, sino que seis más de la Concacaf le darán a esta edición una connotación verdaderamente continental.
Es verdad que a diferencia del Viejo Continente, donde son menores las distancias y mayores las facilidades de transporte, en esta parte del mundo es difícil reeditar las fiestas que son los Mundiales y las Copas de Europa. No obstante, el que la competición tenga lugar en Estados Unidos logra llenar ese vacío de fiesta multicultural. Desde hoy se verán estadios con abundante presencia de fanáticos de los 16 países en competencia en las gradas de los 14 estadios que albergarán el evento. Más allá de las consideraciones de mercadeo e ingresos para las federaciones –que desde luego pesan, y mucho–, que el país del norte albergue colonias tan numerosas de inmigrantes de toda la región permite darles a eventos como este un tinte especial, entrañable incluso para quienes pueden ir a ver a sus ídolos nacionales y encontrarse con sus paisanos.
En lo deportivo, la expectativa, una vez más, pasa por la disputa entre los dos colosos: Argentina, reciente campeón del mundo, y Brasil, eterno rival, que quiere desquitarse. Listos para aprovechar cualquier resbalón de los gigantes figuran, entre otros, Chile, Uruguay, Ecuador y una Selección Colombia que deberá demostrar que, por fin, la emoción que ha generado su invicto y gran desempeño en el camino a la Copa es un factor a favor y no en contra. Y, sin duda, habrá una sorpresa, algún equipo que hoy no está en las cuentas y que dará que hablar. Bienvenida la Copa, un respiro continental.