Editorial

Se hace justicia

Es positivo, en medio del dolor que pervive en el círculo de Camilo Sánchez y Camila Espitia, que la labor policial está dando resultados.

11.11.2024 20:45 Actualizado: 12.11.2024 00:00

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El crimen aleve de Camilo Sánchez y Camila Espitia el pasado 15 de agosto, en el parque El Porvenir de la localidad de Bosa, estremeció a sus allegados, a quienes compartían con ellos en sus iniciativas de cambio social a través de la música, el arte urbano y la agricultura urbana y a todos aquellos que sabían del valor de estos dos jóvenes y su liderazgo para una comunidad víctima de diferentes violencias y dinámicas de exclusión.

Rápidamente se acallaron las lecturas revictimizantes que apuntaron a las actividades de ambos como supuestas causas de su asesinato. Por fortuna, fue así y pronto la Dijín asumió la misión de dar con los responsables.

Es positivo, en medio del dolor que pervive en el círculo de Camilo y Camila que la labor policial está dando resultados. La semana pasada se anunció la captura de tres de los integrantes de la banda ‘los Patacones’, dedicada al microtráfico en este sector, cuyo jefe, alias Patacón, ya se encontraba recluido desde el 24 de septiembre en la Cárcel Distrital. A ellos se les responsabiliza del crimen.

Estas capturas era lo que procedía para enviar el mensaje de que existe una institucionalidad en plena capacidad de hacer justicia ante un hecho tan doloroso para una comunidad

Estas capturas era lo que procedía para enviar el mensaje de que existe una institucionalidad en plena capacidad de hacer justicia ante un hecho tan doloroso para una comunidad. Resta, al parecer, dar con el paradero del otro determinador del crimen y estar alerta para que no haya dilaciones ni maniobras jurídicas cuestionables que terminen en la libertad de los señalados.

Con todo, estremece la degradación social que un asesinato así deja en evidencia, comenzando por la pasmosa facilidad con la que se recurre al homicidio para resolver diferencias y la facilidad con la que una organización criminal, como los Patacones, puede proceder contra jóvenes que van en contravía de sus perversos planes. Esto es duro síntoma de un mal mucho mayor que está en mora de ser atendido de forma estructural.

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