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Análisis
El pulso en el Congreso por reconocer la violencia vicaria, la cual dejó 2.517 mujeres víctimas en 2023
Se debatirán dos iniciativas para reconocer este tipo de violencia, una afirma que se puede ejercer contra hombres y mujeres, mientras otra postula que se trata de una violencia basada en género.
Fundación Colombiana Contra la Violencia Vicaria en Cámara de Representantes. Foto: Prensa Alexandra Vásquez.
Una de las discusiones en el Congreso de la República, que ha pasado desapercibida hasta el momento, es el reconocimiento de la violencia vicaria. Pero sin duda, en las próximas semanas cobrará importancia en la agenda pública. Actualmente, cursan en el Congreso dos proyectos de ley que reconocen este tipo de violencia, aunque solo uno la reconoce como violencia de género mientras que el otro postula que esta violencia también se puede ejercer contra el padre. Las dos iniciativas han superado sus primeros dos debates, por lo que se espera un pulso entre los dos articulados durante esta legislatura.
La definición más aceptada de la violencia vicaria, es aquella violencia que se ejerce contra una madre por medio de sus hijas o hijos con el objetivo de herir, violentar y controlar a la madre, generando un daño psicoemocional a ella y a su progenie.
Representantes a la Cámara Alexandra Vásquez y Jennifer Pedraza junto a de la Fundación Colombiana Contra la Violencia Vicaria. Foto:Prensa Alexandra Vásquez.
Según datos de organizaciones, como la Fundación Contra la Violencia Vicaria, al cierre del año 2023, al menos 2.517 mujeres fueron víctimas en Colombia. Para 2024, los números muestran que en el primer trimestre, 890 mujeres sufrieron este tipo de violencia. De acuerdo con expertos en violencia de género, la violencia vicaria constituye la mayor violencia patriarcal después del feminicidio. Aunque la violencia vicaria no es un concepto ampliamente conocido, sí se trata de una problemática de preocupante prevalencia en el país, el cual tiene altas cifras de violencia contra mujeres y niños, llegando a 630 feminicidios y 78 muertes violentas de niños en 2023.
La iniciativa, que nació en la Cámara de Representantes, fue de autoría de la representante del Pacto Histórico por Cundinamarca, Alexandra Vásquez y ha contado con el respaldo de múltiples organizaciones que trabajan en la protección de mujeres en Colombia, entre esas, la Fundación Contra la Violencia Vicaria. La iniciativa de Vásquez no busca establecer penas y se enfoca en el reconocimiento de este tipo de violencia de género dentro del ordenamiento jurídico colombiano. Llama la atención que este articulado contó con ponencia positiva de la representante del Partido Conservador Delcy Isaza.
Representante por Cundinamarca Alexandra Vásquez. Foto:Prensa Alexandra Vásquez.
El proyecto de la congresista del Pacto, está dirigido a la prevención, atención integral, efectivo a la justicia, mediante acciones como la formación de funcionarios públicos, medidas de protección para la madre y su progenie, atención especializada por parte de las comisarías de familia y la creación de un registro de violencia vicaria por parte del DANE. Adicionalmente, el día once de mayo, quedaría consagrado como el día contra la violencia vicaria, como parte del componente pedagógico del articulado.
La iniciativa que se originó desde el Senado, es de autoría de la senadora Nadia Blel Scaff, ahora presidenta del Partido Conservador. El proyecto se llama “Ley Gabriel Esteban”, en referencia al trágico caso de filicidio que conmocionó al país en 2022. El articulado se diferencia por adicionar delitos y penas al código penal y por no definir la violencia vicaria como una violencia de género, sino como un tipo de agresión que podría ser aplicada también contra padres.
El articulado propuesto por la congresista conservadora, crea el delito de homicidio vicario y le establece una pena intramural de 500 a 700 meses, por su parte, quien ejerza violencia vicaria tendría que pagar de uno a seis años de prisión y una multa de hasta 16 salarios mínimos.
Nadia Blel, presidenta del Partido Conservador Foto:Prensa Partido Conservador
Desde que se acuñó el término en España en 2012, todos los otros países donde ya se ha reconocido la violencia vicaria, la han distinguido como una violencia de género, siendo estos: México, Uruguay, Argentina y Australia. La psicóloga clínica y forense, Sonia Vaccaro, quien creó el término para distinguir este tipo de violencia a través de terceros de la simple violencia intrafamiliar, ha caracterizado el fenómeno como una agresión específicamente dirigida hacia las madres.
La no caracterización de la violencia vicaria cómo una violencia de género en el proyecto de Senado ha generado preocupación de parte de varias organizaciones que trabajan en defensa de las mujeres y madres. En un comunicado oficial emitido por la Fundación Mujer Libre, la fundación expresó su preocupación ante el riesgo de que quienes perpetran este tipo de violencia, puedan utilizar las disposiciones para judicializar o las madres injustamente. “Esto podría suceder si el enfoque del proyecto no diferencia adecuadamente entre víctimas y agresores, permitiendo a los perpetradores manipular el sistema legal para su beneficio".
El proyecto del Senado recibió un concepto negativo de parte del Consejo Superior de Política Criminal. La entidad consideró que el proyecto no logra demostrar cómo la creación de nuevos tipos penales solucionaría el problema de la violencia vicaria de forma efectiva y además anotó que la pena propuesta para el homicidio vicario sería la más extensa de todo el Código Penal, superando incluso la pena por genocidio. De acuerdo al concepto, una pena de 54 años iría contra jurisprudencia de la Corte Constitucional que señala que la pena máxima de un tipo penal no puede ser superior a 50 años.
Mientras tanto, el proyecto originado en Cámara no recibió objeciones del Consejo Superior de Política Criminal, ya que se ocupa mayoritariamente de medidas istrativas y de reconocimiento y se abstiene de crear nuevos delitos. De acuerdo con del equipo de la autora del proyecto, primero se debe avanzar con la concientización sobre este tipo de violencia específica y se deben consolidar datos sobre la prevalencia de este fenómeno antes de crear nuevos tipos penales.
Alexandra Vasquez, autora de la iniciativa de Cámara, manifestó en entrevista con este diario que las cifras revelan que en la gran mayoría de los casos en los que se hiere a un progenitor por medio de sus hijos o hijas, el agresor es un hombre y la víctima es una mujer. “Realmente los índices que se han podido recopilar demuestran que es una violencia basada en género, se realiza como una forma de poder y sometimiento a mujeres que están siendo víctimas”, dijo la parlamentaria.
Ximena Ordóñez, sobreviviente de violencia vicaria y fundadora y directora Fundación Colombiana Contra la Violencia Vicaria, habló con EL TIEMPO acerca de la puja entre los dos proyectos de ley. La líder de la fundación manifestó su preocupación por la versión del Senado, ya que según ella, podría revivir el Síndrome de Alienación Parental (SAP), el cual fue proscrito por la Corte Constitucional como criterio en el análisis del testimonio de infantes y adolescentes. La Corte consideró que el SAP invalida los testimonios de las mujeres desde una argumentación machista que presupone intenciones vengativas por parte de la madre.
Plenaria de la Cámara de Representantes. Foto:Cesar Melgarejo. EL TIEMPO
“La gran rencilla que tenemos con el proyecto de ley de la senadora Nadia, es que al no dejarlo legitimado como la violencia de género, sino dejarlo en ambas vías, pudiendo ser el padre o la madre la que ejerza violencia vicaria, se puede revivir el Síndrome de Alienación Parental, cuya proscripción ha sido uno de los grandes avances de la lucha de mujeres y colectivos. La ley podría ser usada por los victimarios para llevar a cabo artimañas jurídicas”, dijo Ximena Ordónez.
María Camila Correa Flórez, profesora de Derecho Penal de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, expresó que si bien el proyecto de la Senadora Blel protege a los pocos hombres que puedan sufrir de este tipo de violencia, la indeterminación de los sujetos pasivos y activos podría generar persecuciones judiciales revictimizantes: “En principio uno podría pensar que los hombres también pueden ser víctimas de ese tipo de violencia, pero sin un contenido de discriminación. El tema es que las cifras indican que pocos o ninguno son víctimas de este tipo de violencia, mientras que sí es una forma en la que se suele victimizar a las mujeres, lo cual la hace una manifestación de violencia de género contra las mujeres”.
Actualmente, los dos proyectos de ley tendrán que pasar a dos debates en cámaras donde ya fueron apoyadas, por unanimidad, las iniciativas con las cuales compiten. El articulado proveniente de la Cámara podría encontrar mejores vientos debido a su concepto positivo por parte del Consejo Superior de Política Criminal y a su apoyo por parte del Gobierno y de colectivos. Sin embargo, el proyecto tendrá que pasar por la Comisión Séptima del Senado, la cual es presidida por Nadia Blel. Expertos consultados por este diario manifestaron que también es posible que los dos proyectos queden estancados en el Capitolio y quedé pendiente el reconocimiento de esta forma de violencia.