El proyecto de ley para prohibir las corridas de toros en la totalidad del territorio nacional supero su cuarto y último debate en la plenaria de la Cámara de Representantes este 28 de mayo. La iniciativa contó con un apoyo mayoritario a pesar de enfrentar un prolongado tramite legislativo, tendrá que pasar a conciliación antes de convertirse en ley de la República. El representante por el partido liberal, Juan Carlos Losada, uno de los promotores principales del proyecto, habló con EL TIEMPO sobre el largo recorrido para prohibir la tauromaquia en Colombia.
El congresista también habló sobre las razones para el éxito del proyecto en el legislativo, el futuro de la agenda animalista en Colombia y comentó sobre otras luchas del progresismo en el país.
Más de 10 iniciativas similares se han hundido en trámite legislativo en los últimos años, pero esta iniciativa pudo tener un trámite exitoso. ¿Qué diferencia a esta iniciativa de otras que fracasaron en su paso por el Congreso?
En primera instancia la conformación del Congreso juega un rol esencial, esto era muy difícil en la época en que este congreso estaba dominado por el gobierno de Iván Duque, donde yo presenté esta iniciativa múltiples veces y todas las veces se terminó hundiendo, no por votos en contra, sino por tiempos. En esta época, teniendo los votos y una conformación del Congreso muchísimo más progresista en los temas que tienen que ver con los derechos de los animales, también habíamos tenido algo de mala suerte. Ha habido diferentes proyectos que han cursado durante el gobierno de Gustavo Petro al interior del Congreso de la República que también se habían hundido.
El proyecto que tramitó por la Comisión Sexta la doctora Esmeralda Hernández tuvo un enfoque mucho más cercano a los temas culturales y recordemos que hace unos años durante el gobierno del presidente Santos el proyecto que hizo curso por la Comisión Séptima desgraciadamente no le alcanzaron los tiempos para surtir todos los debates. Gran parte de la diferencia en esta ocasión tiene que ver con que tenemos un congreso más liberal, mucho más cercano a la causa de los animales. Al mismo tiempo, también estos fenómenos cuentan con una alta dosis de suerte y creo que este proyecto ha contado con buena estrella, las dificultades no han sido pocas.
Aquí ha habido múltiples trabas, dilaciones, artimañas, lo que en la época del ex presidente de este congreso decidieron denominar las' jugaditas'. Las múltiples acciones de tutela en contra del propio Congreso de la República para frenar el trámite, que fueron rechazadas por la Comisión de Ética, dilataron grandemente el debate, pero hemos podido darle manejo a todas estas situaciones y terminar aprobando los cuatro debates.
Usted mencionaba que este congreso es mucho más progresista hacia los derechos animales, ¿usted cree que esa actitud progresista también se puede extender a asuntos como la legalización del consumo de cannabis?
Absolutamente, este congreso es mucho más progresista en casi todos los sentidos, fíjense usted que durante el gobierno de Iván duque yo presenté este proyecto tres veces y lo máximo que llegamos fue a segundo debate en la plenaria de la Cámara donde se nos hundió dos veces. En cambio, en este congreso, fuimos capaces de llegar hasta el octavo debate.
Fue posiblemente la derrota más grande que yo he sufrido en el Congreso de la República, porque por un solo voto en el último de 8 debates, perdimos en aquella ocasión. El avance es gigantesco, pasar de dos debates a ocho es porque en este congreso hay una actitud mucho más abierta, más liberal, más progresista.
Este proyecto contaba con mayorías bastante robustas dentro del Congreso y sin embargo, su trámite se demoró por lo que algunas personas han llamado 'estrategias dilatorias', ¿usted cree que se tiene que reformar el reglamento del Congreso para evitar este tipo de trabas?
Cada cual describe la fiesta según le va, cuando cuando las reglas son desfavorables, pues por supuesto que uno cuestiona la actitud de los congresistas, cuando la regla es favorables son utilizas como herramientas para frenar proyectos que uno considera nocivos. Yo no creo que este sea un tema de las herramientas que da la ley quinta para que los debates tengan coherencia y por supuesto que se garantice que no haya conflictos de intereses. Yo creo que por ahí no es el camino, creo que el camino es el de tener congresistas más conscientes y éticos a la hora de utilizar estas herramientas. Por ejemplo, durante la caída de la Ley de Garantías, nosotros utilizamos todas las herramientas que nos daba la ley quinta para intentar tumbarla.
Pero por ejemplo, artimañas como la de utilizar ciudadanos para que recusen desde afuera, sin ningún tipo de argumento, realmente es antiético. Usar la acción de tutela como una fórmula para frenar el trámite legislativo, es terriblemente peligroso. Usaron más de 100 tutelas en contra del Congreso de la República para frenar las corridas de toros y sí hubiesen prosperado esas acciones estaríamos en un caos absoluto para legislar en Colombia, porque la herramienta de la tutela sería utilizada en contra de básicamente todos los proyectos de ley. No es una cuestión de cuáles son las herramientas, sino de con qué ética se utilizan.
Este proyecto no incluye los otros espectáculos que se realizan con animales: las peleas de gallos, las corralejas y el coleo, ¿cuál es la siguiente frontera para la lucha animalista en Colombia?
Este proyecto de ley, prohibió solamente uno de los cuatro espectáculos culturales con animales que están establecidos como excepciones al maltrato animal en la ley 84 de 1989, ahí la sociedad colombiana tendrá que tener una reflexión. Esos espectáculos tienen arraigos populares que todavía los hacen muy difíciles de prohibir, me parece a mí que es pertinente en primera instancia avanzar en términos de la cultura ciudadana antes que tratar de prohibirlos en una guerra campal en el Congreso de la República. Yo creo que las corridas de toro se podían prohibir porque la sociedad estaba lista.
Hoy por ejemplo, las corralejas están muy situadas en la región norte Caribe y las peleas de gallos están en absolutamente todas las regiones del país. Yo creo que una mayor pedagogía ciudadana, en términos del respeto hacia los animales, nos va a permitir avanzar en las próximas décadas, a mediano plazo,en la posibilidad de pensar en la prohibición.
Además, como lo ha dicho en la Corte Constitucional, las tradiciones pueden cambiar en la medida en que cambie la sociedad. Creo que hay muchos otros temas en la agenda animalista que vale la pena trabajar antes que en las prohibiciones de otros espectáculos culturales, al menos de manera inmediata.
¿Cuales serían esos otros temas de la agenda animalista?
Por ejemplo la comercialización de animales, la reglamentación de los criaderos de animales, la reglamentación del transporte de animales, reglamentación de la experimentación de animales con fines farmacéuticos o con fines científicos. Hay un montón de temas en la agenda animalista, porque desde que nosotros logramos en la ley 1774, de mi autoría, declarar a los animales como seres sintientes y por lo tanto sujetos de especial protección por parte del estado de las autoridades, se abrió todo un abanico de posibilidades.
El proyecto tiene que pasar a conciliación ante s de convertirse en ley, ¿puede empezar a tambalear la iniciativa en esta etapa?
Por supuesto que sí, es que esto no termina hasta que cuando se votan las dos conciliaciones en cámara y el Senado, vamos a tener que someter el proyecto a dos votaciones, una y en la Cámara Alta y otra en la Cámara baja. Eso tiene sus riesgos, pero yo creería que con las mayorías que obtuvimos ayer somos capaces de sacar esa conciliación adelante. El texto debería estar listo esta misma noche, para ser radicado y que de tal manera pueda ser votado el martes o miércoles de la semana entrante. Con eso ya no restaría más que la firma presidencial para que sea Ley de la República.
SANTIAGO MALAGÓN RESTREPO - REDACCIÓN POLÍTICA