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Petro concilia con antagonistas políticos y abre dilemas entre seguidores

Las reuniones con contradictores contrastan con reclamos que le han hecho sectores que lo apoyaron.

Petro y Uribe se reúnen en un edificio del norte de Bogotá.

Petro y Uribe se reúnen en un edificio del norte de Bogotá. Foto: Cortesía

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Es una paradoja. En pocos días, el presidente electo Gustavo Petro izó bandera blanca con sus más acérrimos e históricos contradictores y sembró inquietud entre algunos de sus antiguos alfiles y varios grupos sociales y ambientales que lo llevaron a ganar las elecciones.
En efecto, varios de sus antagonistas, como el expresidente Álvaro Uribe, acordaron con Petro establecer un canal de comunicación para aportar en las soluciones a los problemas del país, mientras que organizaciones sindicales como Fecode expresaron su decepción por ni siquiera haber contado con ellas para los comités de empalme.
Aunque las dos primeras semanas como presidente electo sorprendieron por su relativa tranquilidad, en las últimas horas surgieron dudas inesperadas.
En un lapso de siete días, en la última semana de junio, el próximo jefe de Estado se reunió con Iván Duque, Rodolfo Hernández, Germán Vargas Lleras y Uribe. El factor común en todos estos encuentros fue el diálogo cordial y los mensajes de respeto tras las reuniones.
De hecho, Uribe dijo tras su reunión de dos horas y 17 minutos: “No se vaya nadie del país. Trabajemos, trabajemos, trabajemos y trabajemos de manera alegre”. Era un mensaje de confianza valioso por tratarse de su mayor antagonista político.
“Con esta cita vuelve realidad la posibilidad política de acercar los dos extremos ideológicos por una causa común: Colombia”, consideró Jairo Libreros, analista político de la Universidad Externado. Advirtió que no se trata de que en el país desaparezca la oposición, sino que esta se haga con altura.
Las expresiones Empezó el cambio (Hernández) y “Se percibe un buen ambiente, de no confrontación” (Vargas Lleras) también eran imprevisibles un mes atrás.
El pasado viernes, Hernández dio a conocer las palabras de Petro al verlo y que antecedieron un abrazo: “Perdóneme todo lo que lo lastimé”.
Por su parte, Duque fue pragmático en su encuentro. Empero, hubo dos hechos de extrema cordialidad que ningún analista había previsto: la sorpresa que le dio Duque al mostrarle la espada de Bolívar que fue devuelta por el M-19 y las reuniones “respetuosas” que han sostenido los equipos de empalme presidencial.
Para Jaime Duarte, profesor del programa de Gobierno de la Universidad Externado, estos acercamientos son importantes, ya que “neutralizan” a la oposición y la enrutan a ser “creativa”.
Unas semanas atrás, la apuesta más segura era que Petro, férreo opositor en los últimos cuatro años, tendría diferencias con Duque durante el proceso de empalme. Ese no fue el caso.
Pero lo cierto es que los colombianos han visto una transformación, por decirlo de alguna manera, de un senador muy vehemente, en alguien dialogante, que busca consensos, que está llamando a la unidad nacional. Es un hecho que Petro ha mostrado su tono más conciliador en sus primeros movimientos.
Para Patricia Muñoz, catedrática de la Universidad Javeriana, el tono conciliador en la búsqueda de su gran acuerdo nacional, de vincular a su gran pacto, “es útil en la medida que acerca voluntades y baja la tensión entre los actores políticos” y envía un buen mensaje a la gente. “Está construyendo un ambiente positivo”, dijo.
Pero hay quienes todavía están escépticos a pesar de del optimismo de algunos sectores.
“Petro, todos sabemos quién fue y cuál fue su discurso, cómo empezó formulando propuestas y al final fue suavizando el discurso y hoy está convocando a la unidad nacional. Ahora, cuando se afiance en el poder cómo se comportará, esa es la gran incógnita. No sabemos si será el Petro de antes”, dijo Ómar Yepes, expresidente del Partido Conservador.

Los amigos

Gustavo Bolívar, senador electo que encabezó la lista del Pacto Histórico, dio declaraciones que contrastan con el tono conciliador que ha mostrado su líder. Luego de la trascendental reunión con Uribe, aseguró: “Bienvenida la reconciliación, pero a Uribe solo perdón social. Perdón judicial si va a la JEP. Perdón divino… difícil. No podemos traicionar a las víctimas”. Se trató de un nuevo episodio de disenso en el que el epicentro es el congresista.
Pero eso no es todo. Ante los rumores de que Carlos Amaya, exintegrante de la Coalición Centro Esperanza y votante de Rodolfo Hernández en segunda vuelta, podría ser el nuevo ministro de Agricultura, Bolívar usó en sus redes sociales la etiqueta “#ConAmayaNo” y exhortó a no dejar de lado a las organizaciones sociales, sindicales, campesinas, indígenas y afrocolombianas.
Este numeral no ha pasado desapercibido y miles de seguidores de Petro han interactuado con mensajes que se oponen a un nombramiento que, hasta el momento, solo forma parte del sonajero de algunos medios.
El docente Jaime Duarte considera que, “por la cohesión misma que hoy tiene la gente alrededor de la figura del triunfo presidencial”, no es probable que estos reclamos y diferencias afecten en gran medida la gobernabilidad de Petro. Según él, solo son “llamados de atención para no desviarse de ideales y líneas rojas”.
Fecode y Gustavo Petro en rueda de prensa.

Fecode y Gustavo Petro en rueda de prensa. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO.

A eso se le suma que en el equipo de empalme en temas educativos, que encabeza Alejandro Gaviria, están ausentes de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode).
“Estamos muy extrañados porque no nos convocaron a la comisión de empalme cuando Fecode se jugó el todo por el todo en esta campaña”, aseguró Carlos Rivas, expresidente y actual ejecutivo de Fecode. Incluso recordó que algunos educadores fueron “estigmatizados y maltratados” por apoyar a Petro durante la campaña.
Y eso llevó a Mauricio Lizcano, uno de coordinadores de empalme designados por Petro, a señalar que el comité de empalme está trabajando de la mano con todos los sindicatos, incluido Fecode.
Y Fecode no solo saludó la comunicación con la comisión, sino que ratificó que estarán “dispuestos al fortalecimiento de la educación pública”.
Si bien la Central Unitaria de Trabajadores (Cut) tiene a su presidente, Francisco Maltés, en la comisión de empalme en el ámbito del trabajo, este sindicato no tiene una postura unánime. Algunos integrantes del Comité Ejecutivo de la Cut (Diógenes Orjuela, Victoria Avendaño, Laura Munévar y Timoteo Romero) contrariaron la postura oficial de su agrupación.
Su intención es que la central obrera tenga independencia y autonomía frente al nuevo presidente y evitar que la Cut, “como es evidente en el comunicado aprobado, quede como apéndice del Gobierno”.
Además, varias organizaciones sociales han emitido comunicados en rechazo al nombramiento del conservador Guillermo Reyes como jefe de empalme del sector justicia.
En una carta firmada por líderes sociales y ambientales, se aseguró que Reyes representa lo contrario a “la mitigación del cambio climático, la transición energética y la materialización de los derechos de las comunidades, dedicadas por generaciones a la agricultura” que plantea Gustavo Petro.
Reyes, por su parte, reconoce que es un conservador, que trabajó en el Gobierno de Uribe pero destaca que él también acompañó a Petro en su paso por la Alcaldía y exige bajarle el tono a las estimagtizaciones.

‘Matrimonio incómodo’

Robledo y Petro

Robledo y Petro Foto:Jaime Moreno / Mauricio León

Alejandro Bohórquez-Keeney, docente de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, plantea que estas divisiones son “un viejo problema de la izquierda” y grupos que la integran, como el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (Moir) y el Pacto Histórico, han tenido “un matrimonio incómodo”.
“Seguir una tendencia ideológica tan marcada y fuerte es lo que hace difícil ese diálogo. Suelen ser muy doctrinarios”, analiza sobre las distintas vertientes izquierdistas en el país. Además, contrasta esa tendencia con la flexibilidad de la derecha para hacer alianzas, ya que tiene “unos principios muy generales”.
Con él coincide Jaime Duarte, quien asegura que la derecha “transita mucho más fácil por sus diferencias” que la izquierda. Según él, esa es la razón por la que esta última corriente solo hasta ahora tiene “una verdadera posibilidad” en el poder.
Duarte explica que, por ejemplo, Jorge Enrique Robledo, líder del movimiento Moir, seguirá siendo contradictor de Petro, a pesar de que esté siendo unificador y haya calmado algunas tensiones.
A propósito del Moir, Duarte explica que Robledo, líder del movimiento, seguirá siendo contradictor de Petro, a pesar de que esté siendo unificador y haya calmado algunas tensiones.
Sobre el pasado del presidente electo, sin embargo, el experto reconoce que tuvo una histórica ruptura con el Polo Democrático cuando “más se le necesitaba para apoyar la candidatura de Carlos Gaviria”.

Los nuevos ministros

Álvaro Leyva Durán y Marta Lucía Ramírez.

Álvaro Leyva Durán y Marta Lucía Ramírez. Foto:Twitter Marta Lucía Ramírez.

En los últimos días, Petro anunció dos nombres de su gabinete ministerial: Álvaro Leyva Durán será su ministro de Relaciones Exteriores; José Antonio Ocampo, su ministro de Hacienda.
Leyva, con ideología conservadora, ha sido persistente en su búsqueda de salidas negociadas al conflicto armado en Colombia, por lo que su actuación estará influenciada por el objetivo de la paz. Él ya empezó el proceso de transición con la canciller y vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez.
Por su parte, Ocampo ya había dirigido la cartera económica en la presidencia de Ernesto Samper. Además, ha trabajado con la ONU en distintos campos.
De acuerdo con Jaime Duarte, estos nombramientos “son llamados a la tranquilidad de los partidos tradicionales en Colombia”. En ese sentido, explica que “el tema juicioso” de Ocampo ha sido el de las economías distributivas; el de Leyva, la paz.
Por el contrario, Bohórquez-Keeney afirma que estas designaciones se dan en el contexto de un país polarizado, por lo que algunos seguidores de Petro “no quieren ninguna concesión con la derecha” y, desde la derecha, “seguirán los cuestionamientos” a su mandato.
Eso, sumado a los reclamos que Petro ha recibido de copartidarios y sectores sociales, puede “dificultarle un poco la gobernabilidad”, concluye Bohórquez-Keeney. Pero, a la vez, “le puede jugar a favor que a los partidos les gusta ser parte del oficialismo” y pocos están dispuestos a ser de oposición.
Pero todo esto, como es evidente, es solo el prólogo de un mandato que aún no ha iniciado. Luego de la posesión, empezarán a aparecer las disyuntivas cruciales para un proyecto que, en principio, es ambicioso.
“En el corto plazo habrá una ruptura que dejará a Uribe como jefe de la oposición, es decir, Petro fragmentará la derecha y dificultará que regresen al poder en el 2026”, advirtió el analista Jairo Libreros.
Santiago Carmona Caraballo - Redactor de Política de EL TIEMPO
En Twitter: @scarmona926

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