El competido ‘lobby’ en Washington entre la izquierda y la derecha colombiana

La confrontación política del país se trasladó a Washington D. C., capital de Estados Unidos y sede de algunos de los organismos multilaterales más influyentes en la región.

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Primero viajaron tres congresistas del Pacto Histórico, quienes fueron recibidos por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Tras el encuentro, Almagro afirmó: “Mantuve reunión de trabajo con los congresistas colombianos Karmen Ramírez, Alejandro Toro y Alejandro Ocampo sobre los principales temas de la actualidad política, económica y social de su país, con énfasis en aquellos relevantes para la estabilidad institucional del país”.

Y tras esto, un sorprendente comunicado: “La OEA exige que se abandonen los intentos por parte de diferentes actores políticos de dañar el proceso democrático en Colombia y considera imprescindible garantizar que el presidente Gustavo Petro, quien fue debidamente elegido el 19 de junio de 2022, complete su mandato presidencial”. Aunque luego, para matizar, pidió respetar la autonomía del Poder Judicial.

Otra del expresidente César Gaviria Trujillo, quien además tiene el valor agregado de haber sido secretario del organismo durante una década (1994-2004). “No salgo del asombro”, le dijo, porque, entre otras cosas, “menoscaban la autonomía de la Corte Suprema de Justicia de Colombia y la separación de poderes”.

Pero ¿por qué Almagro le dio crédito a semejante tesis? En los pasillos de este organismo se dice que al embajador Luis Ernesto Vargas se le escucha con atención y sus valoraciones son tenidas en cuenta. En paralelo se produjo el comunicado de la Corte Interamericana de DD. HH. (CIDH), que también exigió celeridad en la elección del fiscal, aunque también matizó que se debe hacer “sin interferencias”.

“Es comprensible porque en esta (CIDH) hay una afinidad, son muy receptivos a las opiniones del presidente Petro desde la época en que fue alcalde de Bogotá y se interpretó que fue una especie de víctima de un ‘golpe blando’ por el entonces procurador Alejandro Ordóñez”, le dijo a EL TIEMPO una fuente que sigue la actividad de este organismo.

Ante esto, se produjo el viaje de una delegación del opositor Centro Democrático. “Señores de la OEA, en Colombia no hay intentos de golpe. Investigar conductas delictivas del hijo del presidente y algunos de sus colaboradores de campaña no es un golpe, son los frenos y contrapesos propios de la democracia”, afirmó la senadora Paloma Valencia.

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Las razones de estos desplazamientos tienen una explicación. “Por el lado de la izquierda se busca un validador externo que refuerce la idea de que se está obstruyendo al Gobierno”, dice el analista Gabriel Cifuentes.

“Por parte de la derecha, se está desesperadamente buscando una rectificación por parte de organismos como la OEA. Ese tipo de validadores, para un lado y para el otro, refuerza las narrativas”.

“Es una competencia por ganar la legitimidad del discurso interamericano en derechos humanos”, dice el analista Jairo Libreros. “Saben que si obtienen este aval, ganan legitimidad política”. De ahí los viajes relámpago de las fuerzas políticas que ya no solo mantienen un pulso aquí, sino en escenarios internacionales.

Armando Neira

EDITOR POLÍTICA EL TIEMPO