'Hay un lenguaje vago': De la Calle cuestiona agenda creada entre Gobierno y Eln

El senador Humberto de la Calle, quien fue el jefe negociador del Gobierno en la negociación con la exguerrilla de las Farc, le envió una carta a José Felix Lafaurie,  miembro de la delegación del Gobierno en las conversaciones con el Eln. En la misiva le manifestó algunos reparos sobre la agenda que se construyó en México y algunos cuestionamientos del pasado que hizo el presidente de Fedegán.

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El 10 de marzo concluyó el segundo ciclo de conversaciones en Ciudad de México entre ambas partes. Allá construyeron la agenda que será la guía para seguir dialogando de ahora en adelante. En total se contemplan seis puntos. 

Sin embargo, hay algunos artículos que, según De la Calle, tienen un ''lenguaje vago". Por ejemplo, señala que "la dejación de armas fue uno de los puntos más explícitos de la agenda en La Habana. Dice así: "2. Dejación de las armas. Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil"".

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En cambio, señala que en la agenda actual con el Eln dice: "5.6 En el marco de las nuevas circunstancias generadas por este proceso, la construcción de un acuerdo sobre las armas del ELN, en sincronía con la estrategia para superar la violencia y neutralizar el armamentismo y el belicismo”". 

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Al senador también le preocupa que en el numeral 5.23 se lee que los acuerdos parciales a los que se van llegando en la mesa son de implementación inmediata. Para él, eso es "inquietante porque puede suceder que el Eln busque mantener las armas durante un plazo posterior al acuerdo final, o incluso negarse a su dejación, cuando muchos de los acuerdos ya habrán sido convenidos".

Por otro lado, De la Calle cuestionó a Lafaurie. En la misiva le preguntó: "¿Por qué desató una implacable oposición al proceso con las Farc, cuando en la agenda actual con el Eln se observan temas mucho más comprometedores para el Estado y la sociedad?". 

Al final del texto le dice que "su aprobación de estas ideas, en contraste con la pugnacidad respecto de las conversaciones de La Habana, pone sobre el tapete cuál fue su motivación en ese momento. Se ha dicho que esta actitud fue una respuesta a la traición de Santos. Yo no creo que haya sido una traición sino una necesaria rectificación". 

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El congresista, finalmente, le menciona que "el repudio a la supuesta traición fue solo una reacción emotiva y subjetiva. Lo anterior pone en jaque las expresiones que alguna vez usted y su partido expresaron sobre el Acuerdo de la Habana, en el sentido de que se oponían al proceso por el deseo de proteger a la sociedad colombiana de males gravísimos". 

Aura Saavedra Álvarez

REDACCIÓN POLÍTICA