La vitamina E es un nutriente liposoluble presente en muchos alimentos. En el cuerpo, actúa como antioxidante porque ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres son compuestos que se forman cuando el cuerpo convierte los alimentos que consumimos en energía.
El organismo también necesita la vitamina E para estimular el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden. A demás, este nutriente ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos de sangre en su interior.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), la deficiencia de vitamina E es muy poco común en las personas sanas. Casi siempre está relacionada con ciertas enfermedades que causan una mala absorción o digestión de las grasas. Algunos ejemplos incluyen la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística y ciertas enfermedades genéticas poco frecuentes como la “abetalipoproteinemia”, entre otras.
La deficiencia de vitamina E puede causar daños a los nervios y los músculos con pérdida de sensibilidad en los brazos y las piernas, pérdida de control del movimiento corporal, debilidad muscular y problemas de la visión. Otro signo de deficiencia es el debilitamiento del sistema inmunitario.
Quizás las señales más sencillas de identificar son los problemas de coordinación. La deficiencia de vitamina E puede hacer que las neuronas de Purkinje del cerebro se rompan y éstas son cruciales para la coordinación y el control del movimiento.
Por otro lado, suele ser muy común el entumecimiento y hormigueo de las extremidades. En algunos casos, la falta de vitamina E puede causar neuropatía periférica, una afección que produce entumecimiento, generalmente en las manos y los pies. Esto sucede porque se presenta una falla en las fibras nerviosas, lo que puede impedir que transmitan las señales correctamente.
A pesar de que puede presentarse deficiencia de este nutriente en el organismo. Existen muchos suplementos de vitamina E que se presentan en diferentes cantidades y formas. Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) al elegir un suplemento de vitamina E, hay que tener en cuenta dos factores fundamentales:
La cantidad de vitamina E: la mayoría de los suplementos minerales multivitamínicos diarios aportan alrededor de 13.5 mg de vitamina E, en tanto que los suplementos de vitamina E por lo general contienen 67 mg o más. Las concentraciones que contienen la mayoría de los suplementos de vitamina E sola suelen ser mucho más elevadas que las cantidades recomendadas.
La forma de vitamina E: aunque la vitamina E parezca una sola sustancia, es en realidad el nombre de ocho compuestos relacionados presentes en los alimentos, entre ellos, el alfatocoferol. Cada forma tiene una potencia, o nivel de actividad, diferente en el organismo.
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