En promedio, los colombianos pasamos 26 minutos al día conectados a una pantalla mirando redes de comunicación. Las
redes sociales son las que más consultamos y, entre ellas, las de fotografía y video son las que más captan nuestra atención.
Estos datos del estudio hecho por las empresas IAB Colombia, NetQuest y Dot Research, nos muestran como, aunque la conexión es importante, también puede invadir nuestras vidas y convertir las pantallas en nuestro único mundo. Llevarnos a una adicción.
En términos médicos la adicción es el hábito que domina la voluntad de una persona. Se trata de la dependencia a una sustancia, una actividad o una relación. En este caso al deseo imperioso de consumir datos, información y de estar conectado y consultando permanentemente las redes sociales.
Por eso, cualquier momento es válido para hacer un detox o desintoxicación tecnológica, antes de que se nos vuelva una auténtica adicción. Lo ideal sería una desconexión total, pero sabemos que la vida familiar y el trabajo no lo permiten. Entonces hay que pensar, por lo menos, en fijar unos límites al consumo que hacemos de las múltiples redes y pantallas.
En ese caso, habría que empezar por identificar dónde se está perdiendo más el tiempo y dónde está el punto en el que nos saturamos de información que no es relevante. Al identificar la fuente será más fácil ponerle límites.
Adriana Molano Rojas, consultora en Transformación Digital con Sentido Humano y docente de Comunicación y Periodismo Digital, opina que en una sociedad saturada de dispositivos e información es importante considerar que mientras las máquinas están en capacidad de procesar grandes cantidades de información, nosotros, las personas, tenemos limitaciones de ‘espacio en el disco duro’ de nuestras mentes, por lo que el desafío es enfocarnos y tomar decisiones sobre aquello que realmente requiere de nuestra atención.
Por otro lado, la también llamada ‘infoxicación’ se da cuando estamos tan saturados de información que ni siquiera podemos prestarle atención, menos, usarla de forma positiva.
Por ejemplo, si estamos pasando de una pantalla a otra, sin realmente ver el contenido, estamos perdiendo nuestro tiempo en lugar de usarlo en otras áreas fundamentales como la vida social, familiar y de pareja. O leyendo, haciendo ejercicio o practicando un hobby.
Otro síntoma de una posible ‘infoxicación’ es el hecho de preguntarse si se está siendo víctima de ella. Si usted se está haciendo la pregunta, probablemente es porque sabe que está demasiado atento a las pantallas, por lo que este sería un buen momento para tomar la decisión de evaluar qué tanto está usando los dispositivos con propósitos que realmente sean positivos, agrega la experta en transformación digital.
Cómo comenzar
Como pensar en mantenerse productivo y a la vez desconectado no es compatible, la desintoxicación tecnológica puede comenzar por fijar el tiempo que dedicará al día a revisar sus correos y a navegar por internet y redes sociales. Luego, establezca en qué momento del día lo va a hacer. Que se vuelva un acto más de su rutina diaria.
* De ser necesario, hable con su jefe y colegas para contarles su decisión y acordar la forma de o y disponibilidad.
*Aproveche las opciones de ‘silenciar notificaciones’ que ofrecen las distintas redes sociales y chats.
* Despídase de los grupos que ya no necesitan de su atención.
* Tenga en cuenta que “hay espacios para todo, y cuando se trata de compartir con alguien lo mínimo que se requiere de usted es darle su atención a la otra persona”, dice Irina Salah, life coach de Ifniec).
* Cree un código de ‘llamado de atención’ con su familia y amigos, para que avisen si lleva demasiado tiempo conectado.
* Cuando salga a restaurantes o eventos guarde el celular en la cartera o chaqueta y póngase la meta de no revisarlo.
* Mantenga el celular en modo vibración o en silencio, para evitar las notificaciones.
¿Qué beneficios trae?
“Son más gratificantes para los seres humanos la relación cara a cara, las miradas, las caricias, el abrazo, saber realmente con quién interactuamos. Más rostros y menos pantallas”, dice Luz Danny Moreno, psicóloga y coach.
* Hay mejor aprovechamiento del tiempo en pareja, con la familia y amigos, y para uno mismo.
* Se logran metas personales y profesionales con mayor efectividad. Se aumenta la productividad.
* Investigaciones cosméticas señalan que al reducir la exposición a la luz emitida por dispositivos móviles se puede mejorar la piel y evitar las muestras de fatiga en el rostro.
Adicionalmente, según la coach y especialista en inteligencia emocional Jassel Arzuza, mientras más nos relacionamos a través de medios tecnológicos y menos intercambiamos momentos reales con los demás, más disminuimos nuestra posibilidad de desarrollar valores propios de la inteligencia social y emocional, como lo es la empatía, y como sociedad vamos perdiendo nuestra calidad y calidez humana. Consecuentemente, su recomendación es “arriesgarnos más a los encuentros personales y aminorar el uso de la tecnología en la construcción de relaciones familiares y sociales”.
BRENDA BARBOSA