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El acelerado resurgimiento del cólera en el mundo que preocupa a los expertos
Tres factores son clave en el resurgimiento del cólera: crisis políticas, clima y las migraciones.
Las enfermeras de MSF examinan a un niño en el centro de tratamiento de cólera en Katana, República Democrática del Congo. Foto: MSF / Marta Soszynska
A inicios de julio de 2022, Haití padeció una ola de violencia generada por las pandillas. El asedio de las bandas criminales encerró a las personas en sus hogares, afectó el a la sanidad básica y terminó por empeorar las condiciones de la ya afectada infraestructura que había dejado un terremoto de magnitud 7,2 el año anterior. De ese cóctel de crisis surgió un nuevo problema (que es también un viejo conocido en ese país): el cólera, que desde hace más de dos años ha hecho una acelerada reaparición mundial.
La enfermedad, que es causada por bacterias que infectan los intestinos después de que las personas ingieren agua o alimentos contaminados, ha visto desde 2021 un resurgimiento en zonas donde se creía controlada o donde no se reportaba su presencia. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, desde hace más de dos años la Vibrio cholerae ha aumentado en número de casos y distribución, sobre todo en países de África y el Mediterráneo oriental.
En 2021, 23 países notificaron a la OMS brotes de cólera, y al año siguiente el número de países fue de más de 29. Con un agravante: muchos de esos territorios han notificado un número de casos y una tasa de letalidad más elevada que en años anteriores. La tasa media de letalidad por cólera notificada en todo el mundo en 2021 fue del 1,9 por ciento (2,9 por ciento en África), muy por encima de lo aceptable (<1 por ciento) y la más alta registrada en más de una década.
Casos de cólera en 2022. Foto:CEET
La carga mundial del cólera es en gran parte desconocida porque la mayoría de los casos no se notifican; sin embargo, varios estudios estiman que cada año se producen 2,9 millones de casos y 95.000 muertes a nivel mundial.
Según explica Alexandre Marcou, quien hace parte del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Haití, son tres los factores que han sido claves en el mundo para el resurgimiento de esta enfermedad que ya se pensaba controlada en ciertas zonas del planeta: las prolongadas crisis políticas o militares; los desastres naturales cada vez más en frecuentes, muchos casos generados por el cambio climático, y las migraciones de personas que permiten el movimiento del cólera entre regiones.
En el caso de Haití, destaca Marcou, el cólera ha regresado después de varias semanas de aislamiento de la población generada por la violencia de pandillas y la falta de combustibles en el país para movilizarse, lo que ha limitado el de las personas a agua potable y saneamiento básico.
“El país estuvo bloqueado, ¿y qué es lo que pasa? Que al bloquearlo no había a combustible, lo que hacía que en los barrios en los que no hay a servicios básicos y agua la situación empeorara. No llegaron camiones cisterna con agua durante meses en esos barrios. No se recogía la basura tampoco. Y la falta de al agua potable y unas condiciones así de insalubres han hecho que el cólera resurja. Sabemos que es esta la razón, porque el primer paciente llegó a nosotros desde el barrio Cité Soleil, que es una zona muy pobre. Y al día siguiente recibimos a otro paciente de otro barrio con los mismos síntomas. Entonces sabemos que no hubo contagio directo entre dos personas”, relata Marcou.
Un hombre que padece cólera recibe los cuidados de una enfermera en un hospital en Jeremie, región muy golpeada por Matthew. Foto:REUTERS
Tres factores claves en el regreso del cólera
Esa situación vista en Haití se refleja también, según datos de MSF, en países como Somalia y Siria. Pero la realidad cambia en otras zonas del mundo donde los desastres naturales son los disparadores de la enfermedad. Por ejemplo, en Sudán del Sur y Nigeria las inundaciones sufridas en los últimos años han ayudado a propagar la bacteria en fuentes de agua que antes se consideraban seguras. En un escenario contrario, las sequías, como las vistas en Kenia y Etiopía, han secado las fuentes seguras para consumir el líquido, dejando a las personas de poblaciones en riesgo sin otra opción más que consumir líquido de zonas contaminadas.
Por otra parte, la migración de personas se ha convertido en otro gran vector, en tiempos en los que las crisis de refugiados en amplias zonas de Asia y África son una realidad que proviene de los conflictos ya nombrados: el clima y las crisis políticas o militares. Es así como, según MSF, en 2022 se produjeron brotes de cólera en campos de refugiados en el Líbano, Somalia y Nigeria, donde la falta de inversión en infraestructura de agua y residuos en los campos de refugiados han empeorado la situación.
“La progresión simultánea de varios brotes de cólera, agravada por las complejas crisis humanitarias que viven algunos países con sistemas de salud frágiles y por el cambio climático, dificulta la respuesta a los brotes y aumenta el riesgo de que se propaguen a otros países. La capacidad general de respuesta a múltiples brotes simultáneos se ve mermada por la falta de recursos a escala mundial”, señala un reporte de la OMS en el cual se retrata la gravedad del aumento de la problemática el año pasado.
De acuerdo con la organización, la situación actual supone un rebrote de la séptima pandemia de cólera, en curso desde 1961. De hecho, para el 26 de octubre de 2022, la OMS estimaba que el riesgo de cólera en todo el mundo era muy alto y que seguía siendo una amenaza para la salud pública mundial.
Casos de cólera reportados desde 1989. Foto:CEET
Ante ello, la Organización ha recomendado mejorar el de los países a tratamientos contra el cólera, además de desarrollar o aumentar el al agua potable y a infraestructuras de saneamiento, e impulsar la prevención y el control de las infecciones en los establecimientos de atención de salud. Sobre todo si se tiene en cuenta que el cólera es una enfermedad que si se trata a tiempo y de forma adecuada, su tasa de mortalidad puede ser de menos del 1 por ciento de los casos.
¿Y Colombia?
Por ahora, el único país de las Américas que se ha visto golpeado por casos confirmados de cólera es Haití. Sin embargo, eso no elimina los riesgos para el resto de la región. En Colombia, por ejemplo, si bien no hay reportes o alertas de la enfermedad según el Instituto Nacional de Salud (INS), varias regiones sí cumplen con las condiciones que Médicos Sin Fronteras y la OMS señalan como factores que pueden propiciar el surgimiento de la enfermedad, tales como la mayor tasa de migrantes del sur del continente, que, sumada al difícil al agua potable en ciertas regiones, genera un escenario ideal para la propagación de la enfermedad.
Por ejemplo, departamentos como Amazonas, Guainía, Putumayo, Nariño, Bolívar y Sucre registran un índice de riesgo de calidad del agua (Irca) entre medio y alto. El Irca es el grado de riesgo de ocurrencia de enfermedades por mala calidad del agua para consumo humano establecidas por la normativa colombiana.
Sin embargo, destaca Marcou, de MSF, si bien es cierto que existen en Colombia territorios que pueden ser zonas donde la Vibrio cholerae podría encontrar espacios ideales, también lo es que la situación del país no es tan compleja, a su parecer, si se compara con la de otros territorios.
“Yo trabajé en Colombia y conozco un poco el país. Sin embargo, nunca en mi vida había visto barrios con tan poco a servicios básicos como los que hay acá en Haití. Está claro que hay zonas rurales en Colombia donde el al agua es complicado y la gestión de los residuos es difícil. Pero lo que pasa acá en Haití con eso, más los niveles de violencia que hay –donde las personas no salen de su barrio porque las pueden matar– yo no lo he visto en otros países de América del Sur”, enfatiza Marcou.
En su opinión, es claro que no se debe bajar la guardia. Pero sí es cierto que hoy el cólera se esparce con mayor facilidad en zonas donde los gobiernos tienen muy poca capacidad de acción para resolver las necesidades básicas de sus ciudadanos.