En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Enfermedades mentales, otra secuela de la pandemia en niños y adolescentes
Según expertos, los problemas de salud mental pueden manifestarse a cualquier edad.
Lo más importante para enseñarles a los niños a entender sus emociones es darles buen ejemplo. Foto: Getty Images
"Carlitos, mi hijo de 11 años, comenzó a aislarse, de repente no quería ir al colegio y era un buen estudiante. Ya no le gustaban las comidas que le preparaba y no hablaba casi. En las noches yo entraba a su habitación y me decía que no podía dormir. Dios (...) debí prestarle más atención. Un día lo encontramos en su habitación y se había quitado la vida”, así lo manifestó Blanca, su progenitora, quien repite que debió sospechar que algo andaba mal con el menor.
Como este caso, Roberto Chaskel, psiquiatra de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, dice que ha tenido muchísimos, que se han incrementado durante y después de la pandemia.
De hecho, un reciente estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) da cuenta del impacto significativo que ha tenido la contingencia sanitaria relacionada con el covid-19 en la salud mental de niños, adolescentes y jóvenes en Latinoamérica y el Caribe.
Entre los menores encuestados, el 27 por ciento reportó sentir ansiedad y el 15 por ciento, depresión en los últimos siete días. En este sentido, Chaskel hace un llamado a los padres de familia para que estén siempre atentos ante los signos y síntomas que pueden desencadenar en una crisis “que lleve al pequeño a la muerte porque no encuentra otra salida”, manifiesta Chaskel.
Psiquiatras alarmados por el aumento de las enfermedades mentales en niños y adolescentes, especialmente pospandemia, hacen un llamado a detectarlas desde temprana de edad.
Las secuelas son evidentes, especialmente en niños entre los 6 y los 12 años, cuando la ansiedad y la depresión se han incrementado notablemente, en las mujeres adolescentes los trastornos de alimentación, en los jóvenes el trastorno bipolar y los bebés no se salvan de éstas manifestaciones.
Es importante anotar que, entre más factores de riesgo tenga un individuo, mayor es la probabilidad de padecer una enfermedad mental
“Los problemas de salud mental pueden manifestarse a cualquier edad, sin embargo, hay algunos que se presentan con mayor frecuencia en ciertas edades. Por ejemplo, los trastornos del neurodesarrollo, como los del espectro autista, se detectan a muy temprana edad, alrededor de los 2 años, aunque sus manifestaciones pueden ser evidentes desde mucho antes”, señaló José Francisco Cepeda, miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría y experto en psiquiatría infantil.
Señaló Cepeda, que los trastornos relacionados con el aprendizaje comienzan a ser notorios cuando comienza la escolaridad, alrededor de los 5 años y los trastornos de la conducta varían de acuerdo con la edad y suelen ser frecuentes durante la infancia, entre los 6 y 12 años.
Agrega el experto que en esta etapa también se empiezan a ver los trastornos de ansiedad y depresión, especialmente durante la pubertad y es muy probable detectar trastornos de alimentación, mucho más en mujeres y durante el resto de la adolescencia, también suelen presentarse trastornos afectivos como la depresión y el trastorno afectivo bipolar.
Asimismo, “es más frecuente ver a esta edad los problemas asociados al consumo de sustancias psicoactivas, y las conductas autolesivas y de suicidio. Los trastornos psicóticos son poco frecuentes durante la infancia, pero existen, y patologías como la esquizofrenia que suelen iniciarse hacia el final de la adolescencia o inicio de la vida adulta, especialmente en hombres”, insiste Cepeda.
También hay que hacer énfasis en el hecho de que sean más frecuentes a ciertas edades, no significa que no se puedan presentar antes o después, incluso a edades muy tempranas. De hecho los bebés de pocos meses de edad, se pueden deprimir y presentar otros problemas de salud mental.
De acuerdo con cifras de UNICEF, en América Latina y el Caribe, (2021), se estima que en el 2019 había cerca de 16 millones de niños, niñas y adolescentes (NNA) entre los 10 y 19 años viviendo con un trastorno mental. Específicamente en Colombia, se concluyó que el 13% en este rango de edad presentaba un trastorno mental.
Los pacientes con antecedentes de ciertas enfermedades son más susceptibles. Foto:iStock
En cuanto a los trastornos mentales en específico, UNICEF encontró que el 48% corresponde a trastornos de ansiedad y depresión, seguido del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con un 27%. El suicidio es la tercera causa de muerte en adolescentes entre los 15 y 19 años.
Aunque los psiquiatras detectaron que la pandemia por covid-19 tuvo un impacto en la salud mental de ésta población, con un aumento en niveles de estrés y ansiedad y casos de depresión y conducta suicida, también se evidenció que este mismo grupo mostró una gran resiliencia con el paso del tiempo y los niveles de angustia psicológica disminuyeron después de 3 años. Todavía falta evaluar el impacto de la pandemia en la salud mental a largo plazo, dijo el médico psiquiatra Cepeda.
Para la psiquiatra infantil Liliana Betancourt, la mejor forma de ayudar a los jóvenes es empezar por desestigmatizar los problemas de salud mental y hablar abiertamente de estos: "También es importante ser conscientes de que somos modelos a seguir para los jóvenes y si no practicamos hábitos para proteger nuestra salud mental y se pregunta ¿por qué deberíamos esperar que ellos lo hagan?”.
Betancourt adiciona que es esencial brindar a los pequeños un entorno seguro, donde sus necesidades básicas en términos de afecto, estimulación, interacción con otros, juegos y aprendizaje estén satisfechas. Esto solo es posible si los padres, madres y/o cuidadores cuentan con un hogar seguro y una alimentación balanceada, oportunidades de educación, trabajo, y a servicios de salud, y si existen a nivel estatal políticas de protección hacia las familias, los NNA, y la salud mental, entre otras. Parecería obvio, pero no sobra alertar sobre la protección de los NNA de la violencia de todo tipo, el maltrato, el trabajo infantil, entre otros.
Por otra parte Andrea Otero, presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría (A) señala que la crianza debe estar fundamentada en el cariño, la empatía, el compromiso, la responsabilidad, la comprensión, la comunicación, el respeto, la tolerancia, y en inculcar hábitos positivos. Esto último se refiere a hábitos de aseo y cuidado personal, alimentación saludable, sueño adecuado, el uso adecuado de las tecnologías como pantallas y redes sociales, actividad física y estimulación intelectual.
Otero adiciona que se debe promover la salud física y mental, además de educar sobre sexualidad y riesgos relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas.
Además que otro punto es la creación de programas basados en el colegio y en la comunidad para promover la salud mental enfocados en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, así como habilidades para afrontar y resolver problemas que son de gran ayuda para prevenir problemas de salud mental.
Otro aspecto importante, según dijo el psiquiatra Cepeda, es mejorar el a la atención en salud mental de los niños, niñas y adolescentes y en general de toda la población. Se estima que, en países ingresos bajos y medios, entre el 76-85% de las personas con trastornos mentales no reciben tratamiento, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La experiencia de enseñar en casa Foto:istock
De acuerdo con la OMS la mitad de las enfermedades mentales inicia antes de los 14 años, muchas veces, pasan sin ser detectadas y, obviamente, sin recibir atención adecuada sino hasta muchos meses o años después. Esta situación empeora el pronóstico y aumenta el riesgo de complicaciones derivadas de la enfermedad mental.
Para el especialista existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona padezca una enfermedad mental a lo largo de su vida. Hay factores prenatales como la enfermedad mental en madre y padre y el consumo de sustancias psicoactivas. Existen factores perinatales tales como las complicaciones durante el embarazo, la malnutrición materna y el bajo peso al nacer, el consumo de sustancias psicoactivas durante el embarazo, la depresión materna, entre otros.
Señaló además que entre los factores de riesgo psicosocial encontramos la ausencia de relaciones positivas (familiares y sociales), la crianza con pautas severas, la pobreza, la desnutrición, la desescolarización, la carencia de a salud, y la vivencia de eventos traumáticos (violencia, maltrato, abuso sexual), y la discriminación, entre otros. Y existen factores personales, como la ausencia de hábitos positivos, las dificultades para entablar vínculos sociales significativos, problemas para regular las emociones o para afrontar problemas, y el consumo de sustancias psicoactivas (de todo tipo, incluyendo el alcohol y el cigarrillo). Es importante anotar que, entre más factores de riesgo tenga un individuo, mayor es la probabilidad de padecer una enfermedad mental.
El suicidio es la 4° causa de muerte en adolescentes y adultos jóvenes entre los 15 y 29 años a nivel mundial, según la OMS y es la 3° causa de muerte en adolescentes entre los 15 y 19 años de Latinoamérica y el Caribe, según un informe de la UNICEF. En Colombia, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó que, entre enero y abril del 2022, se presentaron 86 muertes por suicidio en niños, niñas y adolescentes y las personas fallecidas estaban entre los 10 y 17 años de edad. El suicidio se ubicó como la 4° causa de muerte entre las muertes violentas.
'Los efectos negativos se pueden reversar’
En conversación con EL TIEMPO, Olga Albornoz, psiquiatra infantil y miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, asegura que es posible recuperar el tiempo perdido en los procesos de aprendizaje de los niños como consecuencia del aislamiento por la pandemia, así como las afectaciones en la salud mental.
¿Qué han perdido los niños en términos de salud mental con la pandemia?
Son muchas cosas. Hay que entender que el desarrollo de los niños, sobre todo en los primeros 6 años de vida, es psicomotor, y lo que yo he visto es que han tenido un retraso de al menos un año en ese proceso, lo anterior debido al aislamiento, el encierro y la falta de o, así como de socialización. A esto se suma que la parte social es crucial en la infancia y en la adolescencia, por lo que se ha visto un aumento de los índices de agresividad en esta población.
¿Qué tipo de trastornos se han agudizado o aparecido por esta causa?
Han aumentado la depresión, la ansiedad y los trastornos del aprendizaje.
¿Es posible reversarlo?
Si pensamos en salud mental, lo que se debería hacer es cómo se recupera por plasticidad cerebral estos procesos en los niños. Esto es posible, si se maneja bien, ya que existe la manera de que los menores recuperen este tiempo perdido porque su cerebro está ávido de aprendizaje. Con ambientes propicios para la salud mental en sus hogares, colegios, y algunos de ellos, con cierto tipo de terapias.
¿En qué consiste la plasticidad cerebral?
Lo que quiere decir esto es que el cerebro no se ha terminado de formar, entonces hay posibilidad de hacer conexiones y restaurar las que se han perdido. A estas edades no se puede hablar de daños cerebrales, sino de retraso de las funciones o inmadurez, entonces la ventaja es que podemos hacer terapias, trabajar en la salud mental, hasta alcanzar la madurez y recuperar el tiempo perdido.