La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda el consumo de pan como parte de una dieta saludable debido a que contiene muchos de los nutrientes básicos para el organismo. La OMS aconseja comer 250 gramos de pan al día por persona y entre 40 y 50 gramos en cada comida.
En la actualidad, con frecuencia el pan tiene mala reputación por ser fuente de carbohidratos y otros componentes que 'engordan'. Generalmente, suele ser el primer alimento que se retira de las dietas, puesto que algunos argumentan que el pan hecho en fábricas tiene demasiados conservantes, aditivos y sal.
Sin embargo, el pan puede ser una buena fuente de carbohidratos que son necesarios para una dieta balanceada. Existen muchos tipos de panes que puede incorporar a su dieta y son buenos para el organismo. Algunos ejemplos son:
Pan de avena
El pan de avena se elabora con harina de trigo integral, levadura, agua y sal. Tiene un alto contenido en fibra y nutrientes beneficiosos, que incluyen magnesio, vitamina B1, hierro y zinc. La fibra en la avena, conocida como beta glucano, puede ayudar a reducir los niveles de colesterol, regular el azúcar en la sangre y disminuir la presión arterial alta. Pero debe cerciorarse de que siempre incluya la avena y la harina integral como los dos primeros ingredientes.
Pan sin gluten
Los panes sin gluten se elaboran sin granos como el trigo, el centeno o la cebada. Son opciones seguras tanto para quienes necesitan evitar el gluten como para personas celíacas o con sensibilidad al gluten. Mucha gente cree erróneamente que los panes sin gluten son más saludables que los que contienen gluten, pero lo cierto es que la mayoría de las variedades sin gluten se elaboran a partir de harinas refinadas y con alto contenido de azúcares añadidos, además de otros aditivos innecesarios. Se debe elegir aquel que tenga ingredientes más saludables, menos carbohidratos y más fibra.
Grano entero germinado
El pan germinado está hecho de granos integrales que han comenzado a brotar debido a la exposición al calor y la humedad. Se ha demostrado que la germinación aumenta la cantidad y disponibilidad de ciertos nutrientes. También los antioxidantes. Los granos germinados no aumentan el azúcar en la sangre tanto como otros granos, lo que supone una buena opción para las personas con diabetes o que deseen equilibrar el azúcar en la sangre. Además, la mayoría de los panes germinados son ricos en fibra y proteínas.
Expertos nutricionistas aseguran que si quiere reducir las calorías de este alimento, puede optar por el pan integral frente al blanco (la harina integral debe superar el 75% de la composición). Este es rico en carbohidratos complejos de liberación lenta y contiene más fibra que facilita las digestión,
Más noticias de Salud