La metformina es un medicamento utilizado en algunas ocasiones junto a la insulina para tratar la diabetes tipo 2. Esta pertenece a los fármacos biguanidas, y ayuda a controlar la cantidad de glucosa en sangre.
En internet hay múltiples artículos que refieren un supuesto beneficio de este fármaco contra la obesidad, pero esta práctica es peligrosa y no debe ser una opción en el control del peso. Le contamos.
La metformina no cura la diabetes, pero ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre hasta un rango seguro, y esto puede verse reflejado en el peso, que puede disminuir.
Sin embargo, los expertos aseguran que este medicamento no debe usarse con este fin, pues además de tener efectos secundarios graves que pueden poner en riesgo al paciente, la pérdida de peso por metformina no es de largo plazo.
Entre estos efectos secundarios de cuidado está la acidosis láctica, que es el más grave. De hecho, la metformina tiene una "advertencia en un cuadro negro" sobre este riesgo, que es la advertencia más grave que emite la FDA.
La acidosis láctica es un problema que ocurre cuando se acumula la metformina en el cuerpo, lo que lleva a que haya una acumulación de ácido láctico en sangre. Esta debe ser tratada de inmediato en un hospital.
Otros riesgos
Otro de los riesgos de utilizar la metformina fuera de receta médica es la anemia. Debido a que este fármaco puede disminuir los niveles de vitamina B12 en el cuerpo, se puede presentar una anemia (nivel bajo de glóbulos rojos), que se manifiesta a través de síntomas como los mareos y el aturdimiento.
También se sabe que este medicamento tiene un riesgo de hipoglucemia, que no es causada solo por la metformina, sino cuando se combina con una dieta inadecuada, ejercicio extenuante, consumo excesivo de alcohol y otros medicamentos para la diabetes.
Estos riesgos se vuelven mucho más latentes cuando alguien decide utilizar la metformina solo para bajar de peso, como si se tratara de un suplemento dietario con efectos adelgazantes.
Los expertos en nutrición reseñan que no existe ningún alimento o medicamento que tenga la capacidad de reducir el peso por sí solo. Perder peso no es un proceso mágico, requiere de entrenamiento, una dieta balanceada y el cuidado de la salud en general.
Hasta el momento se sabe que el fármaco, cuando se utiliza para controlar la diabetes, sí tiene un efecto moderado de pérdida de peso, pero los estudios disponibles (Malin, Kashyap. 2014) indican que se requiere de una "comprensión más detallada" para analizar este efecto.
¿Por qué es peligroso?
Entonces, si el efecto de perder peso existe, ¿cuál es el peligro? Pues bien, no se trata solamente de que sea un medicamento que no fue diseñado para la disminución de la masa corporal o el control de la obesidad, sino que no se sabe a ciencia cierta cómo es que tiene este resultado.
Si los científicos no conocen de dónde proviene la habilidad que tiene el fármaco para este propósito no pueden medir su seguridad, por lo que termina siendo un riesgo producido por una "solución rápida", que, como ya se mencionó, ni siquiera tiene un efecto prolongado.
Incluso, los nutricionistas afirman que ese efecto es, en la mayoría de los casos, a corto plazo, y luego de haber perdido entre uno y tres kilos en los primeros seis meses, desaparece. Dando lugar a efectos adversos que pueden ser más graves dependiendo de la dosis que haya consumido la persona.
Ninguna autoridad sanitaria ha avalado hasta la fecha la metformina como un tratamiento para la reducción del peso corporal. En cambio, hay evidencia de sobra que pone al ejercicio físico y la alimentación equilibrada como primera y más segura medida de control del peso.
No se deje engañar por publicaciones en redes sociales donde intentan venderle la metformina como un fármaco que le hará perder peso y "quemar grasa" como por arte de magia, los riesgos que esto conlleva superan por mucho a cualquier posible "beneficio" que le puedan prometer.
Recuerde que si su propósito es bajar de peso, lo más saludable, en aras de garantizar un proceso constante, es consultar con un médico nutriólogo, que pueda guiarlo sobre una dieta acorde a sus necesidades y una rutina de ejercicios que no pongan en riesgo su salud.
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