De acuerdo con algunos expertos, el baby bótox y el peeling son los tratamientos más buscados por mujeres entre los veinte y treinta años, dado que disminuyen las marcas de envejecimiento.
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), desde 2019, en Colombia estos procedimientos médicos no quirúrgicos con fines estéticos, han incrementado en un 8.6 % de tratamiento con toxina botulínica y relleno con ácido hialurónico.
El baby bótox retrasa la aparición de las líneas de expresión y arrugas. Este procedimiento consiste sencillamente en la inyección de microdosis de botox, es decir, se utiliza mucha menos cantidad de la que se usa habitualmente en los tratamientos con toxina botulínica tipo A, previniendo en edades más tempranas la formación de arrugas en el rostro.
Con esto se busca mejorar arrugas dinámicas y gesticulación, también se suma la aplicación de ácido hialurónico en labios para aumentar volumen.
También se busca marcar la mandibula en hombres y en las mujeres definir la cara para hacerla ver más joven.
La segunda opción, el peeling consiste en una exfoliación profunda que estimula la renovación celular manteniendo la piel más luminosa, homogénea y firme por más tiempo.
Sin embargo, como todos estos procedimientos invasivos, no son inocuos si son realizados por personas no profesionales o se abusa de ellos.
Algunos de los los posibles efectos secundarios y complicaciones son: dolor, hinchazón o hematomas en el lugar de la inyección, dolor de cabeza o síntomas similares a los de la influenza. También pueden presentarse párpados caídos o cejas asimétricas. En cualquier caso, la personalización es clave a la hora de adaptar el protocolo al género, tipo de piel, grado de envejecimiento o edad del paciente.
De acuerdo con especialistas, la duración del efecto depende de cada paciente, pero lo habitual es entre cuatro y seis meses, momento en el que suelen remitir los resultados y se aconseja repetir el tratamiento para potenciarlos, ya que la toxina actúa también a medio plazo 'educando' a los músculos para que se contraigan con menos fuerza y se suavicen las arrugas.
Este tipo de procedimiento se aconseja especialmente en el tercio superior del rostro (frente, entrecejo y patas de gallo), sin embargo, no está indicado en zonas donde se requiere una verdadera parálisis del músculo como por ejemplo en los músculos maseteros, para tratar el bruxismo, ya que en este caso se necesitan dosis más altas.
FUENTE: Campo Elias Paez, Dermatólogo.
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