Recientemente ha circulado un estudio que propone que tomar doxiciclina, un antibiótico, después de mantener relaciones sexuales sin preservativo podría reducir el riesgo de contraer tres enfermedades de transmisión sexual (ETS) comunes: la clamidia, la gonorrea y la sífilis.
La investigación fue expuesta en la 24.ª Conferencia Internacional sobre el Sida en Montreal (Canadá) y asegura haber analizado a 544 personas, la mayoría de ellos hombres que tenían sexo con hombres, pero también mujeres transgénero y personas de género diverso en ciudades como San Francisco y Seattle (EE. UU.), todos ellos considerados como grupos de alto riesgo frente a infecciones de transmisión sexual (ITS).
Aunque el hallazgo es importante y prometedor, también ha generado discusiones sobre los efectos que podría tener a largo plazo el uso de antibióticos, teniendo en cuenta que las bacterias multirresistentes a estos medicamentos se consideran una problemática de salud pública a nivel global.
Al respecto, los autores del estudio han aclarado que los resultados están enfocados únicamente en poblaciones de alto riesgo y que es necesario continuar estudiando las posibles consecuencias a largo plazo que deriven de estos hallazgos. “En este momento los datos respaldan el tratamiento como una intervención dirigida a los grupos de alto riesgo que tienen una alta prevalencia de ETS, no en todos”, explica Annie Luetkemeyer, principal autora del estudio.
Llama la atención que, según la investigación, el uso de preservativos se ha reducido considerablemente gracias a las pastillas de PrEP al VIH. Lo cierto es que los condones de látex, cuando se usan de manera correcta y constante, continúan siendo una herramienta altamente eficaz para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Sin lugar a dudas, este método no se limita únicamente a un campo de prevención.
Llama la atención que, según la investigación, el uso de preservativos se ha reducido considerablemente gracias a las pastillas de PrEP al VIH
El preservativo, por ejemplo, también tiene un papel importante en la disminución del riesgo de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y otras enfermedades asociadas, una cuestión de suma importancia de cara a la salud pública global.
En este punto, más allá de cualquier investigación cuyos hallazgos sean potencialmente valiosos en el campo de la sexualidad, es oportuno resaltar que el uso de métodos convencionales para prevenir enfermedades de este tipo no solo ha sido estudiado y avalado por la ciencia durante años, también garantiza un acto sexual consciente y sensato. Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO
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