Durante el segundo día del 'Primer Encuentro Iberoamericano de Cáncer de Mama' (Eiboma), que se lleva a cabo en el Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer Luis Carlos Sarmiento Angulo (CTIC), expertos de varios países han compartido sus conocimientos sobre los últimos y más innovadores avances oncológicos.
Miguel Martín, oncólogo internacional de cáncer de mama y jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, centro público de la Comunidad de Madrid, participó en el sobre el manejo de terapia hormonal para pacientes con este tipo de cáncer.
En entrevista con EL TIEMPO, el médico español habló sobre la efectividad de este tratamiento y los beneficios del ejercicio y la dieta en la vida de las pacientes.
¿Qué es la terapia endocrina adyuvante?
La terapia endocrina adyuvante es un tratamiento que tiene por finalidad evitar las recaídas de los tumores de mama que expresan receptores hormonales. Hay 60 %, aproximadamente, de cánceres de mama que tienen receptores de estrógenos y de progesterona. Estos tumores viven y crecen por estímulo de las hormonas de la paciente.
Cuando estas enfermas son diagnosticadas en etapa precoz y se quita el tumor, todavía queda un riesgo de que el tumor haya soltado células por el cuerpo que estén asentadas en el hueso, en ganglios o en otras vísceras y esas células, si no se hace nada, pueden reproducir la enfermedad a distancia dentro de 2, 3 o 4 años.
Y por eso se hacen tratamientos endocrinos adyuvantes que tienen por finalidad destruir esas células. Son tratamientos orales con pastillas que se deben tomar durante varios años. A todas las enfermas que tienen receptores hormonales positivos se les da terapia hormonal y se ha demostrado que esto reduce muchísimo la tasa de recaídas.
¿Cómo sabe una paciente si es candidata para recibir esta terapia?
Por el estudio inmunohistoquímico de su tumor. El patólogo hace el estudio inmunohistoquímico del tumor y si se tiñe para receptores de estrógenos como la closterona, significa que ese tumor depende de los estrógenos de la mujer para crecer. Y si damos un tratamiento hormonal endocrino que es antiestrogénico, hacemos que esas células se mueran, que no puedan sobrevivir en el caso de que existan. No todas las enfermas lo necesitarían, pero como son tratamientos poco tóxicos, se los damos prácticamente a todas las mujeres con la enfermedad.
¿El tratamiento es 100 % efectivo?
En medicina nada es 100 % efectivo. Lo siento, pero eso no existe y el que diga lo contrario le engaña. Todo tratamiento reduce el riesgo, pero nunca jamás se podrá decir que lo abole completamente. Hay varios tratamientos endocrinos, algunos menos eficaces, otros más eficaces. Los hay aquellos que reducen el riesgo más o menos y depende también del riesgo de recaída que tenga la enferma. Es decir, si una enferma tiene un riesgo de recaída del 50 %, pues es lógico esperar que se reduzca ese riesgo con hormonas, con tratamiento endocrino en un 10 % o15 %, no más.
Nunca jamás podemos garantizar que hay un 100 % de reducción del riesgo, pero sí podemos garantizar que como grupo estadístico, si tratas 1.000 enfermas con tumores endocrinos sensibles, un porcentaje importante que iban a recaer si no hacías nada, con terapia endocrina no recaen. Ahora, lo difícil de saber es cuál va a ser la paciente que curas y cuál va a ser la que a pesar de todo recae. Eso no lo podemos saber hoy por hoy.
Y cuando recaen, ¿existe otro tratamiento?
Las recaídas del cáncer de mama hormono sensible hoy por hoy no son curables. Entonces, el objetivo del tratamiento ahora es prolongar la supervivencia lo más que se pueda, manteniendo una buena calidad de vida. Cuando yo empecé a tratar el cáncer de mama, hace muchos años, estas mujeres vivían una media de año y medio. Ahora viven una media de más de 5 años, que puede parecer no mucho, pero para estas pacientes sí es mucho.
Una mediana, para ser más correcto, de más de 5 años quiere decir que el 50 % vive más de 5 años y en muy buenas condiciones, haciendo una vida normal. Porque el cáncer de mama es una enfermedad que, aunque tenga metástasis, si se trata bien, no tiene por qué dar síntomas. No es como un cáncer de esófago o de páncreas en que el enfermo está malnutrido, pierde peso, no tiene apetito, está postrado. El cáncer de mama es compatible con una calidad de vida perfecta hasta etapas muy avanzadas de la enfermedad, cuando ya no se puede controlar. Y por tanto, merece la pena.
¿Cuál es el objetivo con estas pacientes si nunca se podrán curar?
Prolongar la supervivencia tanto que podamos cronificar la enfermedad. Es decir, que aunque tenga que estar siempre con tratamiento, si conseguimos que vivan una mediana de 20 años, pues probablemente ya nos podemos dar por satisfechos porque es lo que iban a vivir sin la enfermedad. Pasa igual que con la diabetes. Con la diabetes, cuando no había insulina ni medicamentos, los enfermos se morían. Ahora no los curamos, pero hacemos que vivan lo mismo que si no tuvieran diabetes.
¿Cuáles serían los efectos secundarios de esta terapia?
La terapia hormonal puede producir algún trastorno de tipo sofocos y dolores articulares que suelen ser matutinos, además de rigidez articular. Suele mejorar con el tiempo y mejoran mucho con ejercicio físico. También depende del tipo de medicamento endocrino porque hay varios, pero en general se considera que los efectos son aceptables porque muchas enfermas están con ellos 5, 7 o 10 años. Si no fuera así, no estarían tanto tiempo con ellos.
Además, siempre estamos intentando buscar fórmulas para que se reduzcan al máximo los efectos secundarios de la terapia endocrina. Parece una paradoja, pero el ejercicio físico regular es lo que más ayuda a estas enfermas. En mi hospital en Madrid, que es nuevo, hemos hecho un gimnasio para pacientes para que hagan ejercicio físico regular. Porque esto es fundamental. Cada vez está más claro que el ejercicio físico ayuda muchísimo a las mujeres con cáncer de mama.
¿Cómo ve el panorama del cáncer de mama hoy en día?
Mejorando progresivamente. Hay diferencias entre países. Es clave la diferencia entre países que tienen campañas de cribado poblacional y aquellos que no. El cribado poblacional consiste en que el gobierno cita a todas las mujeres a partir de una edad, a través de los listados que tiene de los censados en un país. Cuando tienen en España a partir de 50 años o 45 años en alguna región, les llaman para hacer una mamografía de control. Sin que tengan ningún síntoma, eso es cribado. Si tienen síntomas, ya no es cribado, ya es diagnóstico. Entonces, en España aproximadamente el 75 % de las mujeres van a estas campañas. Lo cual se considera un complemento suficientemente útil. Y con esto se detectan tumores pequeños que son muy curables. Y además se curan con menos agresividad que si lo dejas evolucionar y diagnosticas cuando hay una masa. Entonces, los países que tienen campañas de cribado tienen un mejor pronóstico de las enfermas y se curan mucho más que los que no lo tienen.
Las mujeres jóvenes ya no tienen hijos y al parecer esto incide en un aumento en las tasas de cáncer de mamá, ¿por qué?
Es completamente correcto. No tanto como no tener hijos, porque algunas mujeres no quieren, pero si desean tenerlos a los 40 años, 39 o lo más tarde posible para que no afecte su carrera profesional. Esto es comprensible. El problema es que el tener hijos pronto, que sean varios, y lactar reduce el riesgo de cáncer de mama. Mi madre tuvo seis hijos, pero ya las siguientes generaciones tienen dos o uno o ninguno. Entonces, el número de hijos influye en el riesgo y sobre todo el momento del primer embarazo. Cuanto antes sea, más protector contra el cáncer de mama es. En España, ahora mismo, creo que la edad mediana del primer hijo es de 37 o 38 años, cuando antes era de 21.
¿Qué otros factores inciden en el cáncer de mamá?
Pues estamos alimentándonos muy mal, comemos comida procesada y hacemos dietas inaceptables. Se ha demostrado en estudios del Grupo Español de Investigación en cáncer de mama, que una dieta mediterránea reduce el riesgo de este cáncer. La dieta mediterránea es legumbres, verduras, frutas, frutos secos, cereales con fibra, pescado, intentar no tomar carne roja o reducirla. No se debe tomar alcohol en lo posible, que también es un factor negativo y, sobre todo, no tomar comidas procesadas. Las comidas procesadas tienen todo tipo de aditivos carcinogénicos y no lo sabemos.
Otra cosa que es muy importante es evitar la obesidad, y cada vez hay más obesidad, porque ahora la gente está sentada mirando el móvil en lugar de caminar, en lugar de hacer ejercicio, y la obesidad es un factor de riesgo importante también para el cáncer de mama.
¿Qué piensa usted sobre estos encuentros en los que médicos de varios países comparten investigaciones y conocimientos en español sobre el cáncer?
Yo creo que la idea de este simposio es juntar a médicos que tienen una idea parecida, que esto puede parecer una tontería porque parece que la ciencia es universal y no tiene que ver con el lenguaje, pero esto no es así. La medicina actual es una medicina de equipos, no es una medicina individualizada, ya no hay genios que sean capaces de descubrir algo ellos solos, ahora es un trabajo de equipo y los equipos entre personas que tienen afinidades culturales y lingüísticas son mucho más fáciles de llevar. En la medicina latina hay muchísimo talento en los médicos, en los investigadores. Quizás falta un poco de organización. Entonces estamos intentando juntarnos y buscar fórmulas para colaborar, para organizarnos y para hacer estudios y mejorar los resultados de los tratamientos disponibles para las mujeres con cáncer de mama.