De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 33 lactantes presenta alguna cardiopatía congénita a nivel global. Esta condición se trata de malformaciones del corazón que se producen durante la gestación y se pueden diagnosticar por medio de ecografías de control durante el embarazo, o al momento del nacimiento.
En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, las cardiopatías congénitas son algunas de las malformaciones más frecuentes en el país, con una prevalencia de 36 casos por cada 10.000 nacimientos.
Por su parte, la Sociedad Colombiana de Cardiología asegura que las cardiopatías congénitas ocurren en casi el 2 por ciento de los nacidos vivos. Entre los defectos de nacimiento, la cardiopatía congénita es la principal causa de mortalidad infantil.
“El diagnóstico durante la etapa de gestación es uno de los retos más importantes que tenemos como profesionales, ya que nos permite ofrecer un abordaje integral e individualizado de acuerdo con cada paciente, mejorando su pronóstico de vida. Hemos tenido muchos casos de recién nacidos con cardiopatías congénitas que tienen una alta probabilidad de recuperación, siempre y cuando el diagnóstico y la intervención sean oportunos”, comenta Sonia Morales Echavarría, cirujana cardiovascular del Hospital Infantil San Vicente Fundación.
Las manifestaciones de esta condición pueden aparecer en diferentes etapas de la vida, pero lo más frecuente es que se manifiesten durante la etapa de gestación o en el momento del nacimiento.
En lactantes o niños pequeños, pueden presentarse síntomas como dificultad para respirar, soplos cardíacos, desaturación, fatiga al alimentarse, coloración morada en boca, dedos o piel, hospitalizaciones frecuentes por enfermedades infecciosas, bajo peso, etc.
En cualquier de estos casos, el proceso para diagnosticar una cardiopatía congénita es a través de una ecocardiografía, realizada por un cardiólogo pediátrico, y después de su diagnóstico el menor debe ser evaluado por un grupo de especialistas en este tipo de enfermedades para definir su manejo y tratamiento adecuado.
Por otro lado, el tratamiento de una cardiopatía congénita en recién nacidos varía según la gravedad y el tipo específico de la afección. En muchos casos se requiere cirugía para corregir la anomalía cardíaca y mejorar la función cardiaca. Además de la cirugía, los médicos pueden recetar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la función cardíaca. En algunos casos puede ser necesaria una intervención médica inmediata después del nacimiento para estabilizar al bebé antes de que se pueda realizar una cirugía programada.
Ante cualquier caso, siempre será necesario consultar con un experto en salud cuál es el proceso que se debe seguir.
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