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Noticia
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Premio Nobel de Medicina: ¿Qué es el microARN y por qué el revolucionario descubrimiento abre nuevas vías para el tratamiento de enfermedades como el cáncer?
Los estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun recibieron el galardon por haber descubierto pequeños fragmentos de material genético que modulan la actividad de los genes a nivel celular.
Este lunes 7 de octubre, los estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por haber descubierto los microARN, pequeños fragmentos de material genético que modulan la actividad de los genes a nivel celular. Se trata de un hallazgo podría abrir nuevas vías para el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
El Instituto Karolinska, que otorga el premio, resaltó que el descubrimiento de ambos científicos está "demostrando ser fundamentalmente importante" para comprender cómo se desarrollan y funcionan los organismos.
En palabras sencillas, los microARNs son pequeñas moléculas que actúan como interruptores en nuestras células, controlando cuáles genes se "encienden" y "apagan". Lo hacen uniéndose a otras moléculas llamadas ARN mensajeros, que son las que transportan la información de los genes para fabricar proteínas.
Genética e investigación. Foto:Archivo particular
Si un microARN se une a un ARN mensajero, puede bloquear la producción de la proteína o hacer que el ARN mensajero se destruya antes de cumplir su función. Esto tendría un gran impacto en la medicina porque muchos problemas de salud están relacionados con la regulación incorrecta de los genes, como es el caso del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y algunos trastornos genéticos.
Según las investigaciones de Ambros y Ruykun, si los microARNs no funcionan bien, se pueden llegar activar o desactivar genes de manera incorrecta, lo que derivaría a la producción de proteínas en exceso o en muy poca cantidad.
El ejemplo más sencillo de lo anterior señala cómo en el caso del cáncer, ciertos microARNs pueden dejar de regular adecuadamente algunos genes que controlan el crecimiento celular, lo que permite que las células crezcan de manera descontrolada.
Sin duda, las investigaciones de ambos científicos han abierto la puerta a nuevas formas de diagnosticar y tratar enfermedades, dado que los microARNs pueden servir como "marcadores" que ayudan a detectar condiciones tempranas de salud o a predecir su evolución.
Claire Fletcher, profesora de oncología molecular en el Imperial College de Londres, que no está relacionada con el premio Nobel, explicó al medio de comunicación 24 que existen dos áreas principales en las que los microARN podrían ser bastante útiles: en el desarrollo de medicamentos para tratar enfermedades y como marcadores biológicos.
Además, cabe la posibilidad de que, si un microARN está fallando, los científicos puedan corregirlo para normalizar la función de los genes afectados. Esto podría conducir a tratamientos más efectivos y personalizados para los pacientes, mejorando la calidad de vida de millones de personas.
La ciencia detrás del hallazgo
El flujo de información genética sigue un camino que comienza con la transcripción del ADN en ARN mensajero y que luego es traducido en proteínas, las cuales cumplen funciones vitales en el organismo.
Sin embargo, no todas las células producen las mismas proteínas, a pesar de que comparten el mismo material genético. Esto se debe a la regulación precisa de los genes, lo que permite que cada tipo de célula exprese sólo los genes necesarios para cumplir su función específica, como es el caso de las células musculares o neuronales.
En los años 1960, se descubrió que ciertas proteínas conocidas como 'factores de transcripción' podían unirse a regiones específicas del ADN y regular qué genes se activaban y, por lo tanto, qué proteínas se producen. Sin embargo, en 1993, una nueva investigación mostró que este no era el único mecanismo de regulación genética.
Los investigadores Víctor Ambros y Gary Ruvkun descubrieron un nuevo tipo de regulación genética mediada por pequeñas moléculas de ARN llamadas microARNs (miARNs), un hallazgo que cambió el entendimiento científico.
El descubrimiento de los microARNs se dio mientras estudiaban el desarrollo del pequeño gusano Caenorhabditis elegans. En aquella ocasión, Ambros y Ruvkun investigaban dos genes, lin-4 y lin-14, que controlaban el momento en que diferentes programas genéticos se activaban durante el desarrollo de este organismo.
Ambros descubrió que el gen lin-4 producía una pequeña molécula de ARN que no codificaba para proteínas. Esta pequeña molécula de ARN se unía al ARN mensajero de lin-14, bloqueando la producción de la proteína correspondiente. Esto mostró un nuevo nivel de regulación génica, en el que los microARNs podían regular la expresión génica sin la necesidad de producir proteínas directamente.
El impacto de este descubrimiento fue inicialmente subestimado, ya que se pensaba que estos microARNs eran peculiares y no tendrían relevancia en organismos más complejos. Sin embargo, en el año 2000, el laboratorio de Ruvkun descubrió otro microARN en el gen let-7, que resultó estar conservado en muchas especies, incluidos los humanos.
Este hallazgo desató un gran interés científico y, en los años siguientes, se identificaron cientos de microARNs en diversos organismos.
Hoy en día, se sabe que los microARNs juegan un papel crucial en la regulación genética de prácticamente todos los organismos multicelulares, incluidos los humanos. Es sorprendente cómo un solo microARN puede regular la expresión de múltiples genes, coordinando redes enteras de actividad genética.
*Las imágenes son autoría de la revista Medical Dialogue, 2024.