Para quienes viajan constantemente es incómodo tener que estar cambiando de SIM cada vez que llegan a un nuevo país o llenarse de pequeños cuadritos de plástico que no vuelven a usar. Es aún peor si al regresar a su casa no encuentran su SIM habitual y deben comunicarse con su operador.
Desde hace algunos años, en el sector de las telecomunicaciones se viene hablando de la e-SIM, un pequeño chip integrado en el dispositivo que hace posible que cambiar de un operador móvil a otro no requiera una larga fila en una oficina ni la instalación del mencionado plástico en el celular.
Cada vez más, los operadores le apuntan a disminuir el tamaño de estas minitarjetas. Empezaron con las SIM, luego llegaron las micro-SIM, nano-SIM, y ahora buscan prestar su servicio a través de la e-SIM, que vendría en el teléfono por defecto.
En octubre del año pasado, EL TIEMPO consultó a los
presidentes de Tigo-Une,
Telefónica Movistar y
Claro sobre cuándo sería una realidad la e-SIM en nuestro país. Los tres ejecutivos afirmaron que ya se encontraban realizando pruebas,
pero que están a la espera de la respectiva regulación y de que los fabricantes adopten el estándar en los celulares. Sin embargo, hasta hace poco, Claro era el único en habilitar esta tecnología. La compañía invirtió cerca de 6 millones de dólares y alrededor de nueve meses de desarrollo para implementar
la e-SIM en el Apple Watch Series 4, un reloj inteligente que está conectado incluso cuando está lejos del
iPhone. Hace unas semanas habilitó también el servicio en el Galaxy Watch de
Samsung.
Por el momento, la
Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) no ha publicado un plan que ponga al nuevo estándar en el radar. Según el organismo, están “adelantando estudios en temas como portabilidad, en los que se está analizando el impacto de la llegada de nuevas tecnologías como la e-SIM”. Mientras se estima que su uso masivo en Colombia no se logre antes del 2025, Estados Unidos ya libró y resolvió su propia batalla regulatoria.
En abril del 2018, el Departamento de Justicia de EE. UU. publicó una investigación en la que se denunció un supuesto pacto entre dos de los principales operadores del país y la GSMA, asociación de empresas de telecomunicaciones y organismo encargado del desarrollo del estándar.
El espacio que se ahorra mediante la incorporación de una tarjeta e-SIM puede alcanzar un 90 por ciento del de una tarjeta física
El documento argumenta que dicho pacto permitiría que un dispositivo (como un smartphone) esté para todos los efectos bloqueado para determinados operadores, lo que supone una contradicción con la promesa de la e-SIM: facilitar el cambio de línea y servicio.
De hecho, el incidente frenó la adopción de la tecnología en Estados Unidos. La GSMA dijo en su momento: “Este estándar contiene una amplia gama de características, incluida la opción de bloquear el e-SIM. En Estados Unidos, los consumidores tendrían esta opción; sin embargo, tendrían que dar su consentimiento explícito en virtud de acuerdos comerciales específicos con su operador móvil (...)”. Esto significa que el bloqueo solo se aplicaría cuando el equipo se compra directamente a un operador.
Por su parte, Apple avanza en el uso de este estándar en los iPhone XS, iPhone XS Max y iPhone XR, además de su reloj. Los tres cuentan con nano-SIM y e-SIM, esta última función desde mayo puede activarse con Telefónica Movistar para una segunda línea.
"Con esta funcionalidad los clientes tienen la comodidad de tener dos números de teléfono en un solo iPhone, tener números personales y comerciales separados en el mismo teléfono", explica el operador.
¿Cómo funciona?
Esta tecnología se propuso para facilitar a los s conectar varios dispositivos con un mismo plan de datos móviles, fomentar el desarrollo de dispositivos cada vez más pequeños y hacer posible la expansión del internet de las cosas (IoT).
Según Alejandro Adamowicz, director de Tecnología para América Latina de la GSMA, “hay una necesidad de reducir el tamaño y del envío machine to machine, que se traduce en el intercambio de datos entre dos máquinas remotamente bajo las misma condiciones de autenticación de la identidad y conexión”. Estos son los factores, expone, que detonan el desarrollo de la e-SIM.
Así mismo, para Jean-Christophe Tisseuil, gerente de tecnología SIM de la misma entidad, “el espacio que se ahorra mediante la incorporación de una tarjeta e-SIM puede alcanzar un 90 por ciento del de una tarjeta física. Esto ayuda a los fabricantes de equipos originales a liberar espacio para otros usos, como poner más batería. Además, las ‘e’ soportan mucho mejor las vibraciones y el calor, por lo que se pueden soldar en el interior de un motor y, aun así, funcionar”.
Con el sistema que utilizamos hoy en día, un con un smartphone se conecta a la red a través de un operador que para concretar un plan le da una SIM, que debe ingresar al celular para usar la red. Si el desea cambiar de prestador de servicio, necesitará la SIM del otro operador.
Con la e-SIM (que ya viene incorporada en el dispositivo), cuando un contrate un plan de datos, la compañía le proporcionará un código QR para escanear con el celular. Así se descarga el plan para el servicio pospago y se almacena en el equipo. El cambio de operador se hace mediante un nuevo código. Si lo desea, podrá tener hasta cuatro planes en un mismo dispositivo y cancelar el que ya no use.
Un estudio de Ericsson Mobility de 2016 sostiene que de los 28.000 millones de dispositivos que se conectarán en 2021, aproximadamente 16.000 millones serán destinados al IoT. Según la GSMA ese será el escenario de mayor impacto de esta tecnología.
“Cuando tienes un alto volumen de dispositivos, como sucede en IoT, necesitas que los procesos y las actualizaciones sean automatizados. La e-SIM hace que todo eso sea posible de forma remota. Además, el estándar puede ayudar en la reducción de costos y hacer que los dispositivos sean más seguros”, explica Adamowicz.
MARÍA PAULINA ARANGO M.
REDACCIÓN TECNÓSFERA