La innovación es un tema que toma cada vez mayor relevancia en las empresas, al ser vista como una alternativa para mejorar procesos dentro de las compañías o incluso encontrar nuevos modelos de negocio que las impacten positivamente y les permitan mantenerse vigentes en medio de las dinámicas del mercado.
Dentro de esta movida, el modelo de innovación abierta ha ido ganando una gran relevancia como instrumento para fortalecer el relacionamiento y la cooperación entre empresas, startups y centros de investigación. Esto permite la cocreación de nuevas soluciones que respondan a necesidades específicas que se tengan.
“La innovación abierta es cómo conectamos el conocimiento que hay en empresas, en centros de investigaciones y en startups, y lo vamos hilando para generar beneficios para todos los actores. Usualmente los productos y resultados van orientados hacia que las empresas logren encontrar nuevos mercados y productos”, explica Eloísa Vela, coordinadora de emprendimiento e innovación abierta de Connect Bogotá Región.
Este concepto no es nuevo, y su término fue acuñado a principios de la década del 2000 por el profesor y director del Centro Garwood para la Innovación Corporativa, Henry Chesbrough, y desde hace varios años viene cobrando relevancia en los ecosistemas de innovación de los países. En Colombia, en la última década, este sistema ha ido ganando espacios con retos de innovación abierta, eventos de relacionamientos entre empresas y emprendimientos y diferentes beneficios tributarios.
Los acuerdos
La principal estrategia con la que se ha impulsado este modelo en el país es a través de retos de innovación abierta, que pueden ser liderados por los gobiernos, entidades encargadas de fomentar el emprendimiento o por las mismas compañías.
En estos procesos se lanza un reto que responde a una necesidad específica y se quiere que desde startups, centros de investigación y universidades se genere un producto o servicio que permita solucionarlo.
“Acá se busca que se puedan juntar las capacidades inherentes de la empresa que ha lanzado el reto, junto con la solución planteada, con el fin de potenciarla”, detalla Vela.
Usualmente los productos y resultados van orientados hacia que las empresas logren encontrar nuevos mercados y productos
Pero esta no es la única forma como se genera innovación abierta, existen otros mecanismos como la adquisición por parte de una gran empresa de una nueva startup, cuyos servicios o productos permitan fortalecer algún aspecto dentro de la compañía o con la apertura de nuevos mercados. Este tipo de estrategia la han implementado empresas como Adobe, Amazon, Cisco, Microsoft, entre otras.
Así mismo, también se puede hacer licenciamiento de tecnología. “Esto es más nuevo, generalmente son los centros de investigación y las empresas las que licencian tecnología, la sacan al mercado para que otras empresas la puedan aprovechar y se lucran a través del licenciamiento”, detalla Vela.
La otra alternativa es a través de procesos de cocreación, en donde tanto las empresas como el emprendimiento o centros de investigación aportan sus conocimientos o herramientas para la generación de una nueva solución.
Estos procesos se logran por medio de acuerdos de relacionamiento, que varían según el nivel de intensidad del vínculo que se genere entre los dos actores. El más básico corresponde al primer encuentro, en donde se establece un conocimiento de en qué trabaja cada uno y qué tipo de actividades se podrían llegar a desarrollar de manera conjunta.
Le siguen los procesos de proveeduría, en los cuales la startup o la universidad le presta a la empresa un servicio o hace un licenciamiento determinado que está delimitado, es claro y corresponde a un aspecto en específico.
También se pueden hacer procesos de adquisición por parte de la compañía, ya sea con la compra completa del emprendimiento, un porcentaje de sus acciones o a través de una inversión. El nivel más complejo responde a las cocreaciones, que pueden llevar a la creación de nuevos productos o modelos de negocio entre las dos partes. Estos dos últimos son los que requieren mayores esfuerzos, destaca la experta.
Empresas y ‘startups’
Para poder llevar a cabo este proceso, cada uno de los actores debe tener presente algunos aspectos; en el caso de las empresas, se debe mirar que los procesos de innovación abierta se ajusten a la estrategia empresarial.
Las compañías deben sensibilizar culturalmente a sus empleados y a sus diferentes equipos sobre los aspectos que conlleva aplicar este modelo. “En esto es importante contar con áreas jurídicas fuertes, que tengan claro todo el aspecto de los contratos y acuerdos que se desarrollan”, sostiene Vela.
Por otro lado, las empresas deben saber qué están dispuestas a ofrecer dentro de la innovación abierta, ya que se debe tener en cuenta que es una relación bilateral.
Las startups, por su parte, necesitan capacitaciones en temas de propiedad intelectual, explica la experta, puesto que esto les va a permitir negociar y entender qué tipo de productos y servicios se pueden proteger y cuáles no.
“Los emprendimientos deben aprovechar los procesos de aceleración, que es una manera de conectar con las grandes empresas, pero con un sistema de seguridad”, puntualiza Vela.
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