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La historia oculta detrás de la expulsión del diplomático cubano
Desde hace meses, Omar García inquietaba a inteligencia ¿Salida está vinculada con movilizaciones?
Ómar Rafael García Lazo, miembro de la embajada de Cuba en Bogotá. Foto: Archivo Particular
El cubano Omar Rafael García Lazo aterrizó en Colombia en enero de 2018 y casi de inmediato empezó a causar inquietud en algunos sectores.
Inicialmente, desde su cargo como primer secretario de la embajada de Cuba en Bogotá, empezó a mover hilos para que las misiones médicas de su país fueran postuladas al premio Nobel de Paz. Y después fue relacionado con el Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba, que rechazaba la inclusión que hizo Estados Unidos en la lista de Estados que patrocinan el terrorismo.
Pero, de manera paralela, y para algunos clandestina, empezó a ejecutar roles que no tenían nada que ver con su misión diplomática.
La Cancillería colombiana se limitó este viernes a señalar que se verificó que “estaba desarrollando en el país actividades incompatibles con lo previsto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”. Por lo que se procedió a su expulsión.
Pero EL TIEMPO conoció de primera mano información según la cual se recibieron alertas sobre actividades que buscaban generar brotes de inconformismo, en objetivos específicos colombianos, con fines de desestabilización.
Omar Rafael García Lazo, cubano expulsado de Colombia. Foto:Archivo particular
‘Movimientos de masa’
“Los movimientos de jóvenes a los que se llega en foros y charlas en universidades ha sido uno de los canales de acción. Allí se habla de la revolución y del relevo generacional a través del movimiento de masas”, señala una fuente enterada del caso.
“Estaba desarrollando en el país actividades incompatibles con lo previsto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”: Cancillería.
De hecho, EL TIEMPO estableció que desde hace 4 meses, el Gobierno venía evaluando la medida en torno a García Lazo.
“Se iba a tomar el mismo día en que se expulsaron a dos funcionarios de la embajada de Rusia por espionaje”, señaló la fuente. Para ese momento, se evaluaban supuestas operaciones de influencia y conductas a través de cadenas de difusión en plataformas como WhatsApp.
No obstante, García Lazo aparece en convocatorias de charlas para estudiantes de la Universidad Nacional y en círculos académicos como licenciado en Comunicación Social en la Universidad de La Habana y magíster en Relaciones Internacionales.
Además, fue miembro del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista e integrante de la Unión de Periodistas de Cuba.
Jose Luis Ponce caraballo, embajador de Cuba en Bogotá. Foto:Archivo Particular
Cuba respondió de inmediato al caso García Lazo. Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, convocó al embajador de Colombia para trasladar una “nota verbal enérgica” de protesta.
Este episodio se une a las ya tensas relaciones entre ambos países por cuenta de la presencia de la cúpula del Eln en la isla; y por la información de inteligencia de un supuesto atentado de esa guerrilla que La Habana nunca quiso compartir con Colombia.
En todo caso, la Cancillería colombiana señaló que, “pese a las circunstancias, el propósito de Colombia es privilegiar la relación diplomática y de cooperación con la República de Cuba”.