A esta bogotana no le gusta quedarse en la zona cómoda y menos dar las cosas por sentado. Eso se lo ha enseñado la vida y ella, que es una juiciosa aprendiz, vaya que sí lo ha aprendido de todas las veces que le ha tocado empezar de cero.
Esta es una de las razones por las que decidió prepararse como coach existencial y artística. “Y porque quiero además de formar artistas integrales, ayudarles a descubrirse como seres humanos”, dice la actriz Alina Lozano.
Cuando tiene que ver por el espejo retrovisor lo que ha sido su vida y las tantas veces que se ha recuperado de un duro revés en el pasado, trae a la conversación uno de los años en los que mayor incertidumbre y desazón laboral ha tenido. Y fue cuando menos lo pensaba, en uno de sus momentos de mayor gloria con la interpretación de su exitoso personaje doña Nidya en Pedro El Escamoso.
Pensó que más puertas se le abrirían tras su destacado papel en esta telenovela que se convirtió en un fenómeno de masas en Latinoamérica, pero la oportunidad dorada nunca llegó o, por lo menos, no de la manera que esperaba. “Yo me decía: ‘Me va a llover el trabajo porque ahora soy famosísima, y no me llovió, duré un año varada; me paralicé y me asusté, pero empecé a gestionar mi propio trabajo”. Recuerda que tenía un manager, pero le dijo que ella misma se haría cargo porque no podía esperar “el contrato de petrodólares ni quedarme pensando que estaba en el curubito”.
Tocó puertas en los canales y productoras para que le dieran empleo, en lo que fuera no importaba porque necesitaba trabajar. Una lección de humildad y aterrizaje forzoso a la realidad que Alina hoy, como coach y representante de artistas, les enseña a sus alumnos.
“Me he reinventado tantas veces, ha habido momentos muy críticos, pero esto es un aprendizaje porque sé que las primeras veces no fui tan asertiva”, confiesa la actriz que interpreta a Elvira en Pa’quererte, la producción exitosa del Canal RCN que, justo cuando atravesaba por su mejor momento, fue aplazada hasta nuevo aviso por la pandemia que obligó al parón en las producciones televisivas nacionales.
Y ella que no quiere ser la representante tradicional de nuevos talentos, les propone a quienes quieren hacer parte de Alma, su empresa, que “creen una organización lúdica en la que llevemos el arte a varias dimensiones, que descubran otros talentos y que los pongan al servicio a través de talleres, generación y producción de contenido con los que también generamos ingresos”.
Así, en primera instancia, les pregunta qué otros oficios quieren aprender y los apoya con cursos de manejo de redes, edición, diseño, etc. “Cada uno aporta sus habilidades y se les compensa económicamente, ahora no es mucho, pero sí les reconocemos su labor”, dice.
Los resultados ya los están viendo: En pocos días lanzará Atakaos, una serie transmitida por YouTube, hecha por los mismos actores, además del montaje de la página web de la empresa y la promoción de los otros servicios que prestan.
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“Pensamos que tendríamos más tiempo y lo que hicimos fue acelerar el proceso y no quedarnos mirando el techo”, dice Lozano, y asegura estar agradecida porque en plena pandemia su empresa, de la que hacen parte 10 jóvenes, se está fortaleciendo y generando oportunidades. “Esta idea nació del coaching con la idea de reunir talento no solo para televisión sino en otros sectores y para formar buenos seres humanos no solo para una profesión, sino para la vida”.
REDACCIÓN VIDA