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Accidentes eléctricos en piscinas: ¿por qué ocurren?
Allí confluyen agua y electricidad por lo que no hay que escatimar en medidas de seguridad.
Las sales ionizadas presentes en el agua de las piscinas permiten el flujo de la corriente eléctrica. Foto: iStock
Es general el conocimiento sobre el peligro que representa conectar un cable con las manos húmedas o en un lugar mojado, ante el riesgo de sufrir una descarga eléctrica. Esto se debe a que las sales ionizadas, presentes en el agua de los océanos, ríos, lagos, en la que llega a nuestra casa como potable y en la de las piscinas, permiten el flujo de la corriente eléctrica, a diferencia del agua completamente pura que es mala conductora.
En lugares como las piscinas, donde hay cerca instalaciones eléctricas de luces subacuáticas, de equipos eléctricos para piscinas -como bombas, filtros, aspiradoras-, entre otros factores, es necesario realizar inspecciones anuales con profesionales autorizados, para detectar posibles amenazas.
Precisamente en el caso reciente ocurrido en Neiva, donde cuatro personas recibieron una descarga eléctrica en una piscina de un condominio, una de las hipótesis que se maneja es que la corriente eléctrica fue generada en la alberca por las luces subacuáticas debido a la falta de mantenimiento.
Según explica la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos, entre los síntomas que pueden experimentar los nadadores que estén recibiendo una descarga eléctrica dentro de una piscina está la sensación de hormigueo, calambres musculares, no ser capaces de moverse en absoluto y/o sentir como si algo les retuviera.
Esto ocurre porque el cuerpo humano es muy buen conductor de electricidad. Según explica el profesor Diego Alejandro Torres, de la Universidad Nacional, además de que este está compuesto en su gran mayoría por agua tiene otros componentes, como sales minerales, que hacen de él también un excelente conductor.
En el caso de Neiva, tanto el agua de la piscina, que ya contaba con sales y diversos elementos que permiten la fácil conducción, y los cuerpos de los nadadores eran excelentes conductores de electricidad.
Lo que lo puede matar es la magnitud de la corriente. Foto:iStock
Sobre la gravedad de los efectos que este tipo de accidentes con electricidad pueden tener en el cuerpo humano, el profesor Torres explica que dependerán de la cercanía a la fuente que está produciendo la electricidad, "mientras más cerca uno esté, más peligroso es", señala.
"Usualmente las piscinas utilizan bombillas de muy bajo voltaje, pero lo que lo puede matar es la magnitud de la corriente. Unos pocos miliamperios son suficientes para causar estremecimiento en la piel, uno no se puede mover, es un efecto muy normal porque finalmente es la manera como nuestros músculos funcionan, por electricidad, y cuando hay un choque eléctrico una de las cosas que pasan es que simplemente se contraen y es imposible controlarlos de manera adecuada", explica el físico.
Una corriente mayor puede llegar a causar taquicardia o ataques cardíacos. Este tipo de accidentes son especialmente peligrosos para personas con dispositivos como marcapasos porque pueden afectar su correcto funcionamiento.
Sobre qué hacer si en algún momento se encuentra en este tipo de situaciones, la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos recomienda alejarse de la fuente de la descarga y salir del agua, si es posible evitando utilizar una escalera metálica porque tocar este material puede aumentar el riesgo de descarga.