Comenzamos el año con un cometa en el plato fuerte del menú astronómico del mes. El nuevo visitante es el cometa C/2022 E3, descubierto en marzo de 2022, y se espera que pueda ser visto a simple vista hacia finales de enero.
Miles de aficionados a la astronomía, y muchos otros curiosos, saldrán a contemplar el firmamento para apreciar el paso de este objeto que da vueltas alrededor del Sol cada 50.000 años. Su máxima aproximación a la Tierra será el 1.º de febrero, momento en el cual podremos apreciar su máximo brillo, pero antes de eso tendrá que haber pasado su punto de mayor cercanía al Sol.
Típicamente, los cometas tienen órbitas muy elípticas, y en su aventura cósmica viajan desde las gélidas regiones externas del sistema solar hasta llegar a su máxima aproximación al Sol en el llamado perihelio. El 12 de enero ocurrirá el perihelio para el cometa C/2022 E3, cuando sentirá el intenso calor que aumenta la vaporización del material, alimentando así su majestuosa cola.
Algunos cometas se acercan tanto al Sol que se vaporizan completamente o no logran escapar de la atracción gravitacional de la estrella y son finalmente devorados. En las últimas tres décadas, más de 4.000 cometas han sido capturados por el Sol para nunca más volver. La gran mayoría de los que llevan a cabo este viaje suicida son de la denominada familia Kreutz. Otros de la misma familia tienen mejor suerte y logran escabullirse, luego de pasar rozando el Sol, con lo cual no es extraño que se los suela denominar heliorrasantes.
Hay alrededor de 1.500 cometas conocidos actualmente que se acercan al Sol a distancias menores a 6 veces el diámetro del astro rey. El nombre Kreutz hace honor al astrónomo alemán Heinrich Kreutz, quien en la segunda mitad del siglo XIX demostró que los cometas rasantes de 1843, 1880 y 1882 estaban relacionados entre sí, siendo pedazos de un gran cometa que se fragmentó hace varios siglos. Al fin y al cabo, no es extraño que un objeto que se acerca demasiado al Sol sea perturbado por su intensa gravedad y descuartizado a su paso. Antes de Kreutz se pensaba que se trataba del mismo objeto pasando una y otra vez.
Algunos de los cometas más brillantes de la historia han pertenecido al grupo de cometas Kreutz y hacen parte de los llamados grandes cometas, visibles incluso a plena luz del día.
El primero reportado con estas características fue el gran cometa de 1680, que se acercó tanto al Sol como la mitad de la distancia que hay entre la Tierra y la Luna. Más adelante, el gran cometa de 1843 parecía una nube alargada justo al lado del Sol, y luego el de 1882 sorprendió a los que pudieron observarlo incluso a través de nubes ligeras.
El más reciente de los grandes cometas fue el Ikeya-Seki, que nos visitó en 1965, siendo uno de los cometas más brillantes en el último milenio, superando en brillo a la luna llena.
Mientras esperamos el regreso de otro de estos sorprendentes cometas que, literalmente, nos deslumbran, necesitaremos ser muy sagaces para poder contemplar el que por ahora tenemos más a mano, el cometa C/2022 E3. Cielos despejados.
SANTIAGO VARGAS
Ph. D. en Astrofísica
Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional