Murciélagos de la Amazonia, afectados por incendios forestales

Hace algunos días los incendios forestales en la Amazonia volvieron a ser noticia; en el Caquetá y el Guaviare los bosques ardían, las alarmas se encendieron ante el impacto que el fuego podría tener en lugares protegidos, como el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, y en las ciudades capitales, con la llegada del humo que afecta la calidad del aire.

El fuego, la mayoría de las veces causado por la gente, sigue representando una gran amenaza para la selva amazónica colombiana y es poco lo que sabemos sobre cómo está cambiando la vida en sus bosques.

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Aportar información que ayude a armar el rompecabezas para resolver ese interrogante es la tarea que han emprendido investigadores como la bióloga Laura Obando Cabrera.

Desde el grupo de investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (Ecolmod), de la Universidad Nacional de Colombia, científicos como Obando, bajo la dirección de la profesora Dolors Armenteras, se han especializado en estudiar la ecología del fuego y cómo este elemento altera los ecosistemas. Sin embargo, sus publicaciones han estado centradas en buena medida en la vegetación y no en la fauna que habita en bosques como los que se siguen quemando.

Un vacío que la reciente investigación de la bióloga Obando esperaba contribuir a llenar, por lo menos en lo que a los murciélagos de la Amazonia colombiana se refiere. La investigadora desarrolló durante tres años un estudio sobre cómo estos animales responden a los incendios forestales en remanentes de bosques en el Guaviare.

De acuerdo con Obando, a partir de información satelital y de entrevistas con los habitantes se seleccionaron cuatro fragmentos de bosque: uno se había quemado hace 3 años, uno hace 8, otro hace 19 y un último que nunca se había quemado, como control.

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En estas zonas Obando siguió el rastro de los murciélagos por sus sonidos. “Instalé unos equipos que permiten grabar en ultrasonido, puse unas trampas para colectar insectos, para ver cómo estaba esa disponibilidad de comida, y evalué cómo estaba la estructura vegetal, cuántos árboles habitan, qué tan altos eran, para ver cómo esto estaba relacionado con la presencia o no de los murciélagos en cada uno de estos bosques”, detalla la bióloga.

El análisis de los datos recolectados le permitió percatarse de que, a medida que pasaba el tiempo en los bosques afectados por el fuego, la diversidad acústica de murciélagos aumentaba.

“En la localidad que se incendió hace tres años no había tantos sonidos emitidos por estos animales”, explica Obando, y añade que a mayor recuperación del bosque afectado, la información acústica incluso se llegó a parecer mucho a la localidad que nunca se había incendiado. Una prueba esperanzadora de la resiliencia de estos animales, capaces de regresar a estos ecosistemas donde se habían visto amenazados.

A partir de esta información, la investigadora plantea que el retorno de los murciélagos a bosques que han sido afectados por el fuego inicia en algún punto entre los tres y los ocho años después de ocurrido el incendio.

“Todavía es esperanzador, ellos están volviendo y si se deja que estos bosques se regeneren naturalmente como un modo de manejo, podemos ayudar a la conservación, no solo de los murciélagos sino de muchas otras especies”, asegura Obando.

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Pero los resultados de esta investigación, que tuvo el apoyo de organizaciones como la Fundación Alejandro Ángel Escobar y la Fundación Ceiba, son también una prueba irrefutable de que la fauna dentro de los bosques de la Amazonia está siendo golpeada por los incendios y que es necesario plantear políticas para controlar la situación porque, a pesar de que los murciélagos están dispuestos a regresar, habrá un punto en el que no lo hagan más.

ALEJANDRA LÓPEZ PLAZAS

REDACCIÓN CIENCIA

EL TIEMPO