Según las mediciones que fueron presentadas en la 53ª Conferencia de ciencia lunar y planetaria del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Marte no existe solo una velocidad del sonido, como ocurre en la Tierra. Esto se debe a que dicha velocidad puede variar dependiendo de la temperatura y la densidad del medio.
( Asi son los trajes espaciales para astronautas de la NASA)
Se trata de conclusiones a las que han podido llegar investigadores de la Nasa gracias a los datos recopilados por el róver Perseverance en Marte, que con los dos micrófonos con los que fue equipado ha sido capas de grabar los sonidos del planeta rojo por primera vez.
Los científicos descubrieron que la velocidad de propagación del sonido en Marte es de 240 metros por segundo, inferior a la velocidad del sonido en la Tierra, que es de 340 metros por segundo. Para que podamos entender cómo esto y las características atmosféricas de este planeta afectarían cómo sonamos,
la Nasa creó la experiencia virtual Sound of Mars, una página web donde usted puede grabar su voz y escuchar cómo esta sonaría en suelo marciano."Si estuviera parado en Marte, escucharía una versión más silenciosa y apagada de lo que escucharía en la Tierra, y esperaría un poco más para escucharla. En Marte, la atmósfera es completamente diferente. Pero, el mayor cambio en el audio serían los sonidos de tono alto, más altos que la mayoría de las voces. Algunos sonidos a los que estamos acostumbrados en la Tierra, como silbatos, campanas o cantos de pájaros, serían casi inaudibles en Marte", explica la Nasa.
Para experimentar cómo sonaría su voz lo que debe hacer es entrar en la opción You on Mars, grabar un breve mensaje de máximo 10 segundos que luego podrá descargarlo para escuchar el sonido modificado como si estuviera en Marte y compartirlo.
Los científicos del micrófono SuperCam de la misión Perseverance tomaron en cuenta las tres variables clave de temperatura atmosférica, densidad y química para generar estos sonidos, con una distancia simulada de aproximadamente 492 pies (150 metros) entre la fuente de audio y el oyente.
REDACCIÓN CIENCIA
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