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Los dibujos de los niños hablan: ¿cómo entenderlos?
El trazo, la temática y el uso del espacio dan pistas sobre el desarrollo del menor.
Escuche a sus hijos cuando dibujen, pregúnteles que están haciendo, a quién están dibujando y por qué lo hacen de esa manera. Foto: 123RF
¿Qué dice la forma en la que los niños dibujan? ¿Es posible detectar rasgos de su personalidad en los trazos? ¿Los dibujos pueden ser un indicativo del nivel de desarrollo social, cognitivo y motriz de un pequeño?
De acuerdo con los psicólogos infantiles, es a través de los dibujos que los niños expresan sus emociones, sentimientos, estados de ánimo y deseos. Por eso, para los adultos se convierten en el mejor vehículo para acercarse a los pequeños y conocer la forma en la que perciben y representan el mundo.
Además, muchas veces, los dibujos pueden llegar a reflejar el progreso de los niños en aspectos como la motricidad fina, el desarrollo cognitivo, social y emocional a través de la forma en la que realizan sus trazos sobre el papel, la mayor o menor presencia de figuras, detalles y elementos, la utilización de muchos o pocos colores y las temáticas o referencias a las que hacen alusión.
De acuerdo con los psicólogos infantiles, es a través de los dibujos que los niños expresan sus emociones, sentimientos, estados de ánimo y deseos. Por eso, para los adultos se convierten en el mejor vehículo para acercarse a los pequeños y conocer la forma en la que perciben y representan el mundo.
No se trata de que los padres se conviertan en psicólogos sino de que aprendan a identificar algunos aspectos que podrían ser señales relevantes para consultar siempre a un experto
El trazo
Uno de los elementos a los que se le debe prestar más atención es a la forma en la que el niño realiza el trazo, es decir, la presión ejercida sobre la hoja y la precisión de las formas dibujadas. Los niños, en general, adquieren mayor seguridad en el agarre del lápiz hacia los tres años, pasando del garabateo a una forma de dibujo más controlada.
No obstante, si pasada esta etapa el trazo continua siendo demasiado débil, suave o intermitente, esto podría ser, según Isabel Cristina Bettin, psicóloga educativa, un indicador de que el niño puede estar presentando un tono muscular bajo o alguna dificultad motora que le impide ejercer fuerza al dibujar o le genera cansancio.
Ahora bien, Óscar Díaz, psicólogo y epidemiólogo, señala que si un niño pasa repentinamente de utilizar trazos con mayor presión a trazos más suaves, esto podría ser indicativo de algún cambio en su estado emocional como tristeza, inhibición o desesperanza; en cambio, si un niño empieza a ejercer presión excesiva, raya fuerte, retiñe, hace tachones o incluso, rasga la hoja con el lápiz o el color, esto podría indicar algún grado de ansiedad, rabia o estrés. En estos casos se debe hacer un seguimiento para comprobar si la conducta se repite y determinar una consulta con un especialista.
La manera en que los niños dibujan habla mucho de sus emociones y percepciones que tienen del mundo. 123RF Foto:123RF
El contenido
Otra característica que habla mucho de los sentimientos, emociones y estados de ánimo que expresan los niños cuando dibujan, son las temáticas que representan. “Los contenido del dibujo dependen, en gran medida, de las características del entorno en donde el niño se encuentra. Es común que reflejen aspectos cotidianos como las relaciones familiares, sus personajes favoritos de televisión, personajes de fábulas, cuentos o historias que escuchan o aprenden, o simplemente lo que su imaginación en ese momento les inspire a dibujar”, explica Díaz.
En ello coincide Gloria Solórzano, especialista en psicología clínica y desarrollo infantil. “Al dibujar, los menores expresan eventos de su vida y pueden explicar relaciones familiares de una manera muy espontánea: a quienes incluyen o excluyen del dibujo o la cercanía y lejanía entre ellos y sus padres ofrece datos acerca de cómo se relacionan con los de la familia”, explica Solórzano. En este sentido, dice mucho si, por ejemplo, el niño dibuja de manera fluida y bonita o si degenera, mancha o desfigura a la persona, animal u objeto que está representando, como lo explica Bettin.
A su vez, de acuerdo con los expertos, hay que prestar especial atención si el niño suele dibujar armas, sangre y escenas violentas, que pueden estar relacionados con acercamientos a programas de televisión, películas o videojuegos no aptos para su edad o, si por ejemplo, dibuja formas humanas haciendo énfasis en sus partes genitales o situaciones de cama, lo cual según investigaciones, puede estar asociado a situaciones de abuso o violencia sexual.
La correspondencia y el grado de complejidad del dibujo son, para los psicólogos, aspectos muy significativos ya que en algunos casos se ha encontrado que cuando los niños dibujan personas con brazos o manos muy grandes o con enormes dedos filudos como garras, esto puede estar asociado a situaciones de maltrato. También puede ocurrir que el niño dibuje una persona con mayor énfasis o con características particulares que quiera resaltar.
Por ello, es válido prestar atención a los énfasis en los dibujos, si hay algo que resalte más que el resto, para poder indagar sobre las razones que el niño tiene para expresarlo de esa forma. “En el momento que se presenten dibujos con características muy marcadas y que se prolonguen en un tiempo, es importante acudir a la orientación de un profesional experto en el tema”, recomienda Natalia Turriago, magister en Psicología Clínica y de la Familia.
El uso del espacio
Finalmente, respecto a la ocupación de la hoja y el tamaño de los dibujos no hay un consenso entre los psicólogos. Por un lado, hay quienes afirman que la ocupación de todo el espacio da indicios de una personalidad extrovertida, exploradora, segura y participativa, mientras que si un niño solo ocupa una pequeña porción o hace dibujos muy pequeño muestra un carácter tímido, inseguro, prudente e inhibido.
En cambio, otras voces señalan que la ocupación de la hoja depende de la edad: los más pequeños utilizan la hoja indiscriminadamente mientras que los mayores ya tienen una conducta social establecida que les indica que se dibuja con cierta lógica, es decir, el cielo arriba, el suelo abajo y los objetos y personas sobre este y no flotando.
Cuidado con exagerar
No olvide que antes de entrar a analizar la manera en que sus hijos dibujan, es clave el diálogo sin ningún tipo de prejuicio: “déjelos ser espontáneos a la hora de dibujar, no los corrija, hable con ellos cuando estén dibujando, pregúnteles qué están haciendo, a quién están representando y por qué”, aconseja Bettin. De esta forma, los niños sentirán la confianza suficiente para poder contar si algo les sucede.