Un congreso internacional debate este sábado en Ginebra sobre el endurecimiento de las normas del comercio de marfil, los cuernos de rinoceronte y otros animales y plantas en vías de extinción, en un momento en que un millón de especies están en peligro.
Durante 12 días, miles de delegados de 180 países, defensores del medio ambiente y dirigentes políticos debatirán en Ginebra sobre 56 propuestas para aumentar la protección de los animales y plantas salvajes en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). "Seguir como antes no es una opción", aseguró la secretaria general de la CITES, Ivonne Higuero, durante la apertura del congreso, en la que advirtió del "peligro sin precedentes del declive de la naturaleza".
La CITES, impulsada hace 40 años, establece las normas del comercio internacional de más de 35.000 especies de animales y plantas silvestres. Actualmente, dispone de un mecanismo para aplicar sanciones a aquellos países que no respeten estas reglas.
"Estamos perdiendo especies a un ritmo nunca visto", aseguró, por su lado, Inger Andersen, que dirige el Programa de la ONU para el Medio Ambiente. Andersen se mostró, sin embargo, confiada en la capacidad de la CITES de instaurar unas nuevas normas que garanticen la existencia de especies amenazadas. "Debemos encontrar un equilibrio viable entre la humanidad y la naturaleza", añadió.
Cambiar la tendencia
Los participantes abordarán con lupa los grandes perjuicios provocados por el tráfico y la caza furtiva así como el comercio ilegal de especies protegidas a través de internet. La CITES, que se reúne una vez cada tres años, también volverá a tratar la situación de los elefantes en África. La población de elefantes pasó de varios millones a mediados del siglo XX a solo 400.000 en 2015 después de décadas de caza furtiva.
Hace cuatro años, el comercio de marfil quedó prácticamente prohibido. Varios Estados del centro y el oeste de África exigen una prohibición total del comercio de marfil, mientras que otros países del sur del continente piden que se permita la venta de restringidas cuotas de este material, con el argumento de que esto satisfaría la demanda que incentiva la caza ilegal.
Los defensores de los animales rechazan esta propuesta al considerar que la venta legal de reservas de marfil no hace más que incentivar la demanda y, por consiguiente, la caza furtiva, dada la dificultad de distinguir entre los productos obtenidos de forma legal o ilegal.
También forman parte de la agenda de la CITES el futuro de los rinocerontes blancos, también víctimas de la caza furtiva, del cocodrilo americano y de varias especies de tiburones y rayas. Por primera vez, los delegados afrontarán el caso de las jirafas, cuya población se redujo un 40% durante las últimas tres décadas.
"El futuro de la biodiversidad está en peligro (...) pero tenemos una oportunidad única para cambiar esta tendencia", afirmó Andersen.
AFP