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¿Qué se requiere para hacer del país una potencia en producción de madera?
Pese a características óptimas y disponibilidad de suelo, nos rezagamos ante pares de la región.
Madera legal para usar en el hogar (Imagen de referencia). Foto: iStock
Colombia cuenta con casi 26 millones de hectáreas (ha) con aptitud forestal, es decir, para la producción esencialmente de madera. De esas, un total de 7’507.862 ha son de una aptitud alta para el cultivo y la producción de especies maderables, lo cual quiere decir que allí están las mejores condiciones desde el punto de vista físico, socioecosistémico y socioeconómico. En esas zonas, distribuidas por todo el país, Antioquia es el departamento con un mayor potencial, pues un total de 1’464.227 ha son de aptitud alta; le siguen Córdoba, con 720.853 ha, y luego Santander, con 606.947 ha.
Y es que el país cuenta con una gran aptitud forestal, pues dispone de suelos de buena calidad, gran recurso hídrico y extensas zonas de cultivo; mucho de ello sigue aún sin explotar. Hoy, solo se utilizan 523.255 ha en plantaciones forestales, de acuerdo con cifras oficiales.
Este sector, además, ofrece ventajas claves –si se hace de manera correcta– en un mundo que enfrenta graves desafíos climáticos; por ejemplo, permitir la reforestación en zonas afectadas por la pérdida de bosque, aumentar la captura de Co2, regular cuencas y mitigar la erosión, entre otros.
En el libro Colombia país de bosques, 51 expertos nacionales coinciden en que el país no está aprovechando ni utilizando la riqueza de sus suelos de manera correcta y que, por el contrario, los está afectando gravemente.
En palabras de la coeditora del texto, María Fernanda Valdés, Colombia podría ser una potencia mundial en producción forestal, como lo son Chile o Brasil; sin embargo, “por falta de visión o por falta de una apuesta frontal, no se ha logrado implementar”, le dijo la experta a EL TIEMPO en abril durante el lanzamiento del libro.
Con esa posición coincide Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra). De acuerdo con él, aunque Colombia presenta ventajas comparativas favorables para ser competitiva en el sector forestal comercial, lo cierto es que la producción nacional de madera, sobre todo en pequeños y medianos productores, es de una calidad baja. Solo en pequeñas excepciones, algunos grandes comerciantes que se han sumado a cadenas productivas tecnificadas, han logrado desarrollar un negocio pequeño, de nicho y con altas cualidades alrededor de este mercado.
Esto se debe, en la mayoría de los casos, a que en el país se están utilizando de forma incorrecta las tierras que hay disponibles, desarrollando actividades que no son de la aptitud correspondiente de la zona o la región. Por poner un ejemplo, aunque Colombia tiene casi 40 millones de hectáreas disponibles para agricultura, solo se utilizan 7 millones en esto; mientras que en ganadería se están aprovechan 39 millones de hectáreas, cuando el sector cuenta solamente con 8 millones de hectáreas de terreno apto para su realización.
Zona aptas para el cultiva de especies maderables en Colombia Foto:Upra
“La cadena de plantaciones forestales con fines comerciales debe poner en marcha una ambiciosa pero posible transformación, que implicará no solo incrementar la productividad y el área de las plantaciones forestales con fines comerciales para la obtención de madera, sino aumentar la productividad y la capacidad instalada de la industria de tableros y pulpa de madera; modernizar e incrementar la productividad y la capacidad instalada de las industrias de madera aserrada y del mueble, además de establecer nuevas capacidades de producción para otros productos de elaboración secundaria, la energía a partir de biomasa forestal, los biocompuestos y los productos a partir de la madera para las industrias química, energética, cosmética y alimenticia”, destaca Fonseca.
Tenemos un sector muy pequeño, hay que aumentarlo, pasarlo del 0,69 por ciento del PIB a por lo menos el 12 por ciento del PIB. Este sector en Chile exporta más que lo que Colombia exporta en carbón
Ante eso, asegura Juan Miguel Vásquez, director ejecutivo de Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas), el gremio le ha propuesto al gobierno entrante realizar varias reformas que potencien la producción nacional de especies maderables que puede producir el país, que suman en total 20, entre ellas cuatro que son nativas: ceiba, roble, balso y nogal.
Según él, esos cambios están basados en tres componentes claves: el primero es que exista un rector forestal que esté compuesto por representantes del Gobierno, la sociedad civil y la empresa privada, de donde surjan las normas y reglas de juego del sector, como hacen otros países como Brasil, Chile y Uruguay.
El segundo componente es que las instituciones financieras tengan capacidad de analizar al sector en el largo plazo, lo que hoy es difícil de comprender para bancos y otras entidades, pues una plantación forestal puede tardar entre 15 y 20 años en entregar su primera producción, algo muy distinto, indica Vásquez, a lo que están acostumbrados los actores nacionales frente a otros productos como el café, la caña o el arroz. Y finalmente, destaca el experto, es necesario enlazar clústeres comerciales, para que esa producción que pueda ponerse hoy en marcha tenga finalmente un comprador y una cadena para funcionar de manera correcta.
De acuerdo con Vásquez, el sector forestal podría ser una pieza clave en los planes del gobierno entrante de desarrollar un capitalismo sostenible. Eso en vista de que, según los cálculos de Fedemaderas, el sector, desde la base del cultivo hasta la transformación, genera hoy un total de 200.000 empleos; sin embargo, si se aprovechara el total de 7 millones de hectáreas aptas habría un potencial de generar 2,4 millones de empleos.
“Tenemos un sector muy pequeño, hay que aumentarlo, pasarlo del 0,69 por ciento del PIB a por lo menos el 12 por ciento del PIB. Este sector en Chile exporta más que lo que Colombia exporta en carbón”, asegura el líder gremial.
Cuando plantamos un árbol protegemos el suelo contra la erosión, se regulan las corrientes de agua, se genera empleo y hay una simbiosis entre el bosque natural y las plantaciones comerciales
El sector empresarial también ve con buenos ojos la idea de convertir en potencia forestal a Colombia. Según Nicolás Pombo, gerente forestal de la multinacional Smurfit Kappa, una de las pocas compañías que realizan producción forestal de alta calidad en el país, lo que se tiene hoy es la oportunidad de producir y a la vez conservar, pues las plantaciones de bosque forestal comercial ofrecen la posibilidad de ser corredores de biodiversidad que terminan resguardando el bosque, evitando la deforestación y protegiendo especies de fauna nativa.Según Pombo, eso es algo que ya han visto en la compañía, pues de las cerca de 70.000 hectáreas que manejan, 22.000 son de conservación y son claves en la generación de los insumos que requieren como compañía.
“Cuando plantamos un árbol protegemos el suelo contra la erosión, se regulan las corrientes de agua, se genera empleo y hay una simbiosis entre el bosque natural y las plantaciones comerciales”, sostiene Pombo.
Hoy, lo cierto es que el sector forestal colombiano es pequeño y rezagado, y potenciarlo es una apuesta de al menos dos décadas que pueden convertir el país en la potencia productora y exportadora que no ha logrado ser.