Por la agricultura se ha talado ilegalmente un área similar a Noruega

Un nuevo estudio lanzado esta semana por Forest Trends, organización sin fines de lucro con sede en Washington, descubrió que la destrucción de al menos el 69 por ciento de los bosques tropicales de 23 países talados en pos de productos agrícolas entre 2013 y 2019 se hizo en forma ilícita, con violación de leyes y regulaciones nacionales.

Eso es al menos 31,7 millones de hectáreas (aproximadamente el tamaño de Noruega) durante un período de siete años o al menos 4,5 millones de hectáreas por año, dice el informe.

En otras palabras, este nuevo estudio evidencia por primera vez en qué medida los productos agrícolas producidos en Latinoamérica, el sureste asiático y África, y exportados al resto del mundo, se vinculan con la destrucción ilegal de los bosques. ¿A qué se refiere con ilegal? A la obtención de tierras ilegalmente, a la tala con permisos fraudulentos, corrupción, abusos de los derechos humanos e infracciones de la legislación ambiental.

“Debería conmocionarnos que la tala ilegal para la agricultura comercial sea el mayor factor impulsor de la deforestación, y que esté creciendo. Si no detenemos en forma urgente esta deforestación ilegítima, no tendremos ninguna oportunidad de vencer las tres crisis que enfrenta la humanidad: cambio climático, pérdida de biodiversidad y surgimiento de pandemias”, dijo Art Blundell, coautor principal del estudio de Forest Trends, ‘Cosecha ilícita, bienes cómplices’.

Entre los productos que promueven esta agroconversión ilegal aparece el aceite de palma: se estima que al menos el 81 por ciento de la tala para cultivar el aceite de palma de Indonesia es ilegal, dice el estudio. En el caso de la soya, el estudio identificó que el 93 por ciento de la agroconversión en todos los países productores de soya era ilegal. El 93 por ciento de la tala de bosques para el cacao fue ilegal. Y el 81 por ciento de la tala de bosques para la carne y el 87 por ciento de la de bosques para cuero fueron ilegales.

Por otro lado, la investigación halló que el 31 por ciento de todos los productos agrícolas que salen de tierras deforestadas –en forma legal o no– fue exportado. Solo en 2019, 55.000 millones de dólares en exportaciones de los 23 países estudiados estuvieron vinculados con la destrucción de bosques tropicales, en relación con diez productos, la mayor parte producidas en Latinoamérica y Asia.

“Como resultado, consumidores en Europa, el Reino Unido, China, Estados Unidos y cualquier otro país que importe estos productos corren riesgo de complicidad cuando compran estos productos”, advierte el informe.

Ahora, según los investigadores, el grueso de la tala ilegal identificada tuvo lugar en dos países, Brasil e Indonesia, y está vinculada con productos como ganado, aceite de palma y soya; de las cuales, alrededor de un tercio se exporta a Estados Unidos, China, el Reino Unido y Europa.

Por otro lado, Bolivia, Colombia, México y Malasia también tenían altos niveles de tala ilegal. En nuestro país, el porcentaje de agroconversión que probablemente sea ilegal fue del 89 por ciento, dice el informe.

Los investigadores explican que, según datos del Ministerio de Ambiente y el Ideam, “el acaparamiento de tierras ha provocado del 60 al 65 por ciento de la deforestación en la región Amazónica y el ganado se trasladó a tierras despejadas como una forma de señalar la propiedad”.

Sin embargo, a diferencia de otros países, esta ganadería que promueve la tala ilegal no está orientada a la exportación, ya que casi toda la carne de res se consume en el mercado interno.

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Al respecto, el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, José Félix Lafaurie, denunció en EL TIEMPO que la ganadería ilegal que tumba el bosque en parques nacionales del país y que luego llega a ciudades como Bogotá para su consumo se está dando con complicidad del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), entidad del Estado que entrega un permiso para mover estos animales por el país.

Aunque la institución asegura estar tomando medidas junto con la Policía Nacional, la gerente del ICA, Deyanira Barrero León, le dijo a EL TIEMPO en una entrevista que han abierto 37 investigaciones disciplinarias contra funcionarios por irregularidades en estos permisos.

EL TIEMPO consultó con el Ministerio de Ambiente sobre las medidas para evitar esta deforestación ilegal, en conjunto con el ICA, y posibles sanciones a quienes vendan carne de áreas taladas ilegalmente, pero hasta la fecha no hay respuesta.

La deforestación ilegal para dar paso a estos productos agrícolas fue responsable de al menos 2,7 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono equivalente (CO2e) por año y 19 Gt de CO2e entre 2013 y 2019. Anualmente, eso es más que las emisiones de India en 2019. Ya en detalle, el mayor productor de emisiones ilegales fue América Latina (13,7 Gt), principalmente debido a la pérdida masiva de bosques en Brasil asociada con incendios en los últimos años.

TATIANA ROJAS HERNÁNDEZ

REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE